24 - Promesa

469 42 59
                                    


Kevin Álvarez tiene una peculiar sensación en el pecho. Desde muy pequeño, en las calles y terrenos baldíos de Colima, el futbolista notaba que cada vez que algo negativo sucedía en uno de sus partidos desde un partido en el recreo hasta un 11 contra 11, su cuerpo se apretaba, se entumecía y la sensación aparecía una y otra vez. Hoy, todo sigue igual. Recuerda día con día a su padre enseñándole a ponerse las espinilleras, las calcetas, los zapatos; luego, un licuado y el viaje hasta la cancha donde el sueño de su papá comenzó a ser también el suyo, hasta convertirse en "algo como una espina clavada".

Eso es lo que en pocas palabra expresa una de las tantas entrevistas a Kevin, esa sensación mencionada no había aparecido desde hace mucho ya, pero hoy con la noticia estaba siendo más fuerte.

—¿Una qué?

—Pubalgia, es una lesión aquí. — señalaron el lugar a la lejanía.

—¿¡Lesión!? — las palabras de Kevin aumentaron su tonalidad, estaba que no se la creía, una lesión de nuevo no por favor.

—Tranquilo, Kev. — dijo Mala quien estaba acompañándolo mientras acariciaba una de sus manos, lo que no sabía es que Álvarez comenzaba a sentir como todo su cuerpo empezaba a entumecerse.

—Así es Kevin, la vienes arrastrando desde hace mucho, me temo que tendrás que tener un reposo relativamente profundo.

—¿Cuantos partidos me perderé?

—Te seguiremos evaluando conforme pase el tiempo para poder tomar una decisión de que tan grave es esto, hasta entonces te perderás probablemente los siguientes dos partidos.

—¿Qué tan grave puede llegar a ser?

Sinceramente no querían responderle a esa pregunta, no tenían el valor de decirle que podía dejar de jugar incluso si no se trataba de la mejor de las formas.

—Ya veremos. — dijo aquel que diagnosticó y se levantó, dándole una última palmada en el hombro a Kevin se retiró con todos dejándolo solo con Mala.

El silencio abordaba en toda la habitación, la sensación de su pecho apretándose con fuerza no le gustaba para nada, estaba pasando de nuevo y era lo que no quería.

Había trabajado muy duro para llegar hasta donde estaba, no podían arrebatarle eso con una lesión, simplemente no.

—Vas a estar bien mi amor, se que es difícil de creer y pudiera parecer que no, pero eres joven y muy fuerte, más que nadie de las personas que haya conocido, sé que vas a poder con esto e incluso con más. — dijo el portero titular mientras se arrodillaba enfrente de él y lo tomaba de las manos acariciando estas.

—¿Y si no?

—No pienses eso mi amor, una lesión no puede quitarte todo por lo que has sufrido para estar aquí.

El lateral no pudo evitarlo, sus ojos se empezaron a sentir llorosos siendo notado por el portero quien no dudó en levantarse y llevar sus brazos hacia su novio acurrucándolo en su pecho mientras acariciaba su pelo.

Ninguno de los dos dijo nada, Kevin por su lado sintió como esa sensación de su cuerpo desaparecía y comenzaba a sentirse más relajado, no sabía si era por el hecho de que su novio lo hubiera abrazado pero de igual forma le agradaba la sensación de apoyo.

—¿Te sientes mejor? — después de un rato Mala por fin mencionó.

—Si, creo que si.

—Ven, vamos.

Sus manos se entrelazaron y sus pasos avanzaron hacia afuera en las instalaciones donde los demás entrenaban, los primeros en acercarse al lateral y al portero fueron Igor y Brian.

Ninguno de los dos [Malakev]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora