ᴇʟʟᴀ ɴᴏ ᴇꜱ ᴛᴜʏᴀ - 𝘓𝘶𝘪𝘴 Á𝘯𝘨𝘦𝘭 𝘔𝘢𝘭𝘢𝘨ó𝘯

07

Entre a la fiesta junto a Malagón y Brian.
— Que lindo todo.—Dije mientras veía el lugar, si había bastantes jugadores de fútbol esta noche.
— Si, re lindo.—Dijo Brian y Ángel solo sonrió.
— Vamos a la barra a ver qué hay.—Dijo y asentimos, nos dirigimos a la barra y ellos pidieron mojitos y yo un ginger.
— Mala, cuídamelo, voy al baño.—Le dí el vaso y el asintió, fui al baño a checar que todo estuviera en orden, o sea que me viera bien y si, solo retoqué el gloss un poco pero solo eso.
Al salir me quedé en mi celular mandándole mensaje a Caro e Igor para saber si ya venían o ya iban a llegar.
— Sofía ¿cierto?—Dijeron delante mío y yo subí la mirada para toparme con un chico de cabello negro, y muchos lunares en el rostro.
— Ehmm, sí ¿por qué?—Dije un poco asustada.
— Tranqui, no te asustes. Soy Jordan, jugador del Club Santos Laguna, un gusto.—Dijo extendiendo su mano y yo estreché nuestras manos con una sonrisa.
— Bueno, un gusto, Jordan. Soy Sofía.—Respondí antes de separar nuestras manos.—Si no es imprudente o incómodo ¿cómo para que me necesitas o sabes de mi existencia?—Cuestioné confundida.
— Bueno, creo que estás en boca de la mayoría de futbolistas, y no de mala manera, sino que... Eres atractiva y por fin estás soltera. Ese es el caso de todos los demás que te están mirando, yo te conozco gracias a Acevedo, el portero del club me habló muy bien de tí, te vi aquí y no quise perder la oportunidad de conocerte.—Respondió amablemente y yo reí un poco.
— ¿Acevedo? Hace un montón no hablo con el.
— Bueno, si, ese Acevedo me habló de tí.
— Wow.
— ¿Te saliste de Tigres?—Preguntó y yo asentí.
— Sí, ya no era mucho lo mío...—Respondí con dificultad.
— ¿Ahora dónde estás?
— En el Club América, con las águilas.
— Nunca había conocido una nutrióloga tan solicitada.
— No es para tanto, exagerado.—Respondí y éste rió.
— En mi club también te quieren.—Dijo y yo lo miré un poco sorprendida.
— Supongo que tengo mis magias y trucos con los futbolistas.—Dije sonriendo.
— ¿Cómo? ¿Enamorándolos?—Dijo y yo reí.
— Noo, así no.—Dije golpeando su hombro suavemente, me había agradado mucho.

| NARRA LUIS ÁNGEL |

Sofía se había ido hace unos 15 minutos fácil, salió rápido del baño pero se quedó afuera platicando con un chico que no lograba reconocer.
¿Qué si estoy celoso? Sí, un poco.
1- El chico se ve mucho más joven que yo.
2- Se veía que a Sof le había agradado.
— ¿Y esa cara?—Dijo Igor a un lado mío.
— Nada.—Respondí seriamente.
— No creo.
Caro le hizo una seña a Igor para que me viera hablando con un chico.
— ¿Es eso, hermano?
— Algo así.
— Tranqui, quizá es un amigo suyo.
— Se acaban de conocer, ví como estrecharon sus manos.
— Bueno, vamos entonces a ver que pasa.

— Pásame tú whatsapp, para estar más en contacto.—Me dijo Jordan y yo asentí.
— Claro, es-
— Hola.—Dijo Ángel detrás mío mientras pasaba una mano por mi cintura.
— Ah ¿tienes novio?—Me preguntó y yo lo miré algo confundida por la acción de Ángel.
— Sí, sí tiene.—Respondió Ángel por mí y Jordan asintió.
— Igual pásamelo, me caíste bien.—Me dijo y yo sonreí un poco para después pasarle mi número.
— Un gusto conocerte, Jordan.—Dije y éste me abrazó.

En el momento que se fue Jordan yo giré mi cuerpo hacia Ángel.

— Perdón.–Dijo como niño chiquito regañando.
— ¿Y eso?—Dije tratando de no reír.
— Nada... Pensé que era Sebastián.—Se excusó.
— ¿Apoco?—Dije sarcásticamente ahora si soltando la risa.
— Yaaaa...—Dijo mientras me abrazaba para evitar que viera su sonrojo y yo reí.
— Vamos con los demás.—Dije sonriendo y nos fuimos donde los demás.
— Caritooo!!—Dije feliz y la abracé.

Pasaba la noche y realmente yo ya no sabía cuántos tragos llevaba, solo sé que estaba bailando con Caro en la pista, sonaba "Pa que retocen"
de Tego Calderon.
De un derrepente no se a donde había ido Caro pero me quedé en la pista bailando sola, pero estaba feliz.
— Sof, hola, hola.—Me dijo Marcelo Flores mientras se acercaba a mi.
— ¿Marce? ¿Qué haces aquí?—Pregunté algo asustada y confundida.
— Vengo a... Saludarte ¿cómo has estado?—Me dijo nervioso y confuso.
— No estoy para juegos ¿qué quiere Sebastián?—Dije ya algo harta y molesta de la situación.
— ¿Sebastián? ¿Él qué?—Dijo nervioso.
— Marce, no es casualidad que Diego me llamó hace rato para saber donde vivo y ahora tú sales de la nada a según saludarme.—Dije cruzando mis brazos.
— Ahm, no, no es de Sebas... Es que el quiere volver contigo y estamos intentando ayudarlo.
— Pensé que éramos amigos, vete mucho a la chingada.—Me fuí de ahí molesta y comencé a caminar como pude hacia afuera, me recargue en un auto y suspiré aliviada, el aire fresco me daba en la cara.
— ¿Qué haces tan solita?—Dijo Ángel mientras estaba a lado mío.
— Salí a respirar un poco... El ambiente allá estaba pesado y me sofocaba.—Dije mientras giraba mi cara hacía el con una pequeña sonrisa.
— ¿Segura que sólo eso? Te vi saliendo casi corriendo.—Dijo preocupado.
— Tranqui, me encontré con una persona no deseada, lamentablemente.—Dije con una pequeña risa.
— Uh ¿quién era? ¿a quién nos tenemos que madrear?—Dijo bromeando haciendo que riera.
— A nadie... Es que ya estoy hasta la madre, Sebastián no me deja en paz y tengo que estar al pendiente de mi misma con miedo de que me haga algo.
— ¿Por qué dices eso?
— Porque ya mandó a Diego a que me llamara para que le dijera donde vivo, y ahora me encuentro con Marcelo adentro, es como si me estuvieran espiando.
— ¿Tan loco está?—Me preguntó mientras se acercaba a mi y se ponía frente a mi.
— Por eso nunca quise terminar con el, sabía perfectamente que era capaz de cualquier cosa.
— Mmm, tendremos que ponerle un alto de una u otra manera.
— Yo creo que sip...

Se formó un pequeño silencio pero no de los incómodos, era un silencio cómodo.

— Te ves muy bien hoy.—Dije sonriendo un poco.
— ¿Hoy nada más?—Preguntó y yo rodé los ojos.
— Todavía que te estoy diciendo cosas bonitas Luis Ángel.—Me crucé de brazos.
— Es bromaaa... Tú también te ves muy bien hoy.—Guiñó su ojo con una sonrisa.
— Mentira, solo lo dices para quedar bien.
— Que no, te ves muy hermosa.—Se acercó más a mi.
— Mmmm... No lo sé.
Dije y éste gruñó como enojado, hasta que se acercó más a mi quedando a milímetros de mi boca.
— Entiende que sí.
— Me cuesta.
— ¿Por qué?
— Sebastián siempre me hacía sentir mal e insuficient-

Me interrumpió y me besó, beso que obviamente yo seguí, puso sus manos en mi cintura y yo las mías en su nuca.

— Ya vete olvidando de ese cabrón.—Dijo separándose de mí para después abrazarme.
— Solo por tí.
— Hazlo más por tí que por mi, linda.

🤍🖇️

Finalmente pasó lo más esperado ¿qué se vendrá después?
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Cuídense y tomen agüita.