31

1.8K 147 16
                                    


Llegamos al hotel y me bajé junto a Igor del camión, entramos al hotel y traté de visualizar a Ángel pero no lo encontré.

Subí a la habitación con Igor y el cayó rendido en la cama, no pudo más y quebró en llanto.

— Lich... ¿Qué pasa?—Pregunté acercándome a el y abrazándolo.

— Pasa que por mi culpa perdimos, si yo no hubiese fallado ese puto penal todo estuviera bien ahorita.

— No, Igor... Las cosas no son así, todo pasa por algo y si esto paso hay una razón, por algo el Mazatlán quedó eliminado también.—Dije mientras jugaba con sus rizos y el se limpió las lágrimas que tenía.

— ¿Entonces tú crees que no fue mi culpa?—Me preguntó mirándome y yo negué.

— No fue tu culpa... Como dijo Henry; el partido estuvo perdido desde que terminaron los 90 minutos.—Respondí mientras seguía jugando con sus chinitos.

— En las redes andaban diciendo que mejor me regresara a Tigres que yo no represento a un águila.

— Es gente mierda, Lich.

— También estaban diciendo que era mi culpa que Malagón se hubiera puesto así... Que si no hice nada en el partido que mínimo hubiera metido un penal.

— Es gente que no sabe lo que se siente sentir tanta presión frente a todos, no les tomes importancia, Igor.—Respondí dándole una sonrisa segura y el me abrazó.

— Gracias, So... Te quiero mucho, enana.—Me dijo aún limpiándose las lagrimas y yo solo lo abracé también.

Nos tuvimos que separar del abrazo porque mi celular comenzó a soñar por una videollamada.

Facetime entrante de "Carito 🌟"

Verga, no me puede ver así, contéstale; ya vengo.—Pidió y se fue corriendo al baño, yo reí y le contesté a Caro.

Hola, bonita.—Respondí la llamada con una sonrisa y ella sonrió inmediatamente.

— Hola, corazón ¿cómo estás?—Preguntó amablemente.

— Bien, bien... Creo.—Dije soltando una risa al final y ella rió también.

— Ay nena... Lamento lo del partido de hoy.—Respondió haciendo un puchero.

— Tranquila, así tenían que ser las cosas.

— ¿Igor cómo está?

— Bien, le cuesta pero anda bien; espera ya viene, está en el baño.

— Okay, nena.

— ¡Apúrale, Lichnovsky!—Le grité y el salió corriendo hacia la cama, se tiró encima mío para quitarme el celular, lo tomó y se levantó.

— Hola, amor.—Dijo Igor sonriéndole a Caro a través del teléfono.

— Hola, cielo...¿Cómo estás?—Preguntó Caro e Igor me miró para que le diera la aprobación si se veía bien (o sea que si no se veía que estaba llorando hace unos minutos y yo solo le hice "👍")

— Estoy bien mi amor, me dió un bajón pero acá la Sof me ayudó y ya ando bien.

— Que bueno que estes con ella.

ᴇʟʟᴀ ɴᴏ ᴇꜱ ᴛᴜʏᴀ - 𝘓𝘶𝘪𝘴 Á𝘯𝘨𝘦𝘭 𝘔𝘢𝘭𝘢𝘨ó𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora