Cuando preguntas debes estar lista para la respuesta

71 8 18
                                    

Pedimos comida y fuimos a su departamento.

Estábamos sentados junto a la mesa ratonera comiendo y bebiendo. No me llevo bien con la comida coreana aún, por eso siempre como pollo o carne, pero me hizo probar cada combinación diferente, explicándome como se hacía. Ya sabía de su habilidad para la cocina, pero me encantaba lo emocionado que estaba explicándome cada cosa.

No me di cuenta que me le quede mirando y el solo se detuvo y mi miro con esa sonrisa cerrada de labios juntos, le sonreí.

-Tienes que dejar de mirarme así-

Dijo apenado y nos sirvió más vino. Yo tenía la cara caliente, era nuestra segunda botella, él tenía las mejillas rosadas.

-Tú madre tenía razón cuando dijo que pareces un dumplings-

Le sonreí y tomé un sorbo del vino. El negó con la cabeza.

-Tú todavía no diferencias a Suga de Yoongi-

Me encogí de hombros y empecé a recoger la mesa, ya no había comida solo vino. Cuando dejé las cosas sobre la mesada sentí sus brazos rodeándome.

-Te molestaste-

Susurro sobre mi cuello, dándome un beso, haciendo que se me erice el vello del cuerpo y sintiendo cada célula nerviosa.

-Pensé que como ya te quitaste las ganas solo seriamos amigos-

Susurre sosteniéndome de la mesada, mis piernas estaban por empezar a fallar, era como si él tuviera un manual de donde tocar, como besar exclusivamente para mí.

- ¿Eso quieres? -

Susurro contra mi piel. Con las manos abiertas acariciaba mi vientre, jugando con sus dedos meñiques el borde hacia abajo.

Que era lo que quería. Era una pregunta real. Estaba entreteniendo a un joven, para que cuando llegue alguien más joven me dejara por ella.

Ese pensamiento enfrió mi cuerpo y él se dio cuenta el momento exacto en el que ocurrió el cambio, aflojo su agarre, pero no me soltó. Me hizo girar, baje el rostro y con sus manos en mi mentón me obligo a levantar la mirada, tenía los labios rojos e hinchados de morderlos. Él me estaba observando, mordiéndose los extremos de los labios, su mirada fija no se perdió nada. Era observador y era controlador.

- ¿En que estabas pensando? -

Su voz grave bajo una octava y sus expresiones faciales se endurecieron, toda su atención estaba puesta en mí y me sentía como un ratoncito bajo la lupa.

-Nada en particular-

Dije sacando mi rostro de su mano, pero sin hacer un intento real de moverme, él invadía todo mi espacio personal. Se acercó más, acorralándome con su cuerpo contra la encimera y volvió a tomar mi mentón y levantarme la mirada.

No dijo nada, pero tenía la pregunta tallada en la cara, dejando en claro que odiaba repetirse.

-No entiendo el alboroto, pronto iras al SM, pronto empezaras tu gira por D Day, soy un entreteniendo hasta que llegue tu chica perfecta-

Volví mi rostro y trate de moverme, pero no me dejo, presionaba sus caderas sobre mi vientre, me acorralo con los brazos a los lados y bajo su rostro hasta el mío.

-Te perseguí cuatro años solo para sacarme... las ganas-

Eso era un susurro duro, casi siniestro y aun así bajo por mi espalda como fuego, cerré los ojos porque no quería mirarle, él tenía un nivel de hiper foco que te hacía sentir importante, apreciada.

Cuando crees que llegas tardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora