Capitulo 52: Hasta que se iluminen los ojos.

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Capitulo 52: Hasta que se iluminen los ojos.
Después de que Aaron obtuviera el pase para los cuartos de final de la copa celestial, se fue caminando para el túnel de vestuarios donde lo esperaba su compañera de vida. Por otro lado, Emilio estaba inconsciente por el duelo que tuvo con el anterior rival, además, su familia estaba pendiente a todo. Por el cual, tuvieron que ir hacia la arena de batalla para acompañarlo y decirle:
— Peleastes muy bien, hijo. Felicitaciones. — dijo Jorge Lee
— Eres muy inteligente, al no dudar de tus capacidades, mi niño. — aplaudía Victoria Lee
— Eres genial, hermano. Como estuviste de tu a tu con Aaron. Fue emocionante. — sonreía Cristiano
En ese momento, llegaba Celestina para felicitar a uno de los participantes elegidos por ella y también, para enviarlo al hospital más cercano al santuario celestial.
— Chicos, todos ustedes, familia lee. Los felicito, en verdad. Han luchado siempre por mantenerse en pie, apesar de los tropezones o de los golpes que te dan, ¿no?. Entonces, me alegra en gran parte, que está familia, sea aguerrida y eso es muy interesante. Saben?, quiero invitarlos al templo de loa dragones celestiales. Se lo merecen. — comenta Celestina
— ¿Enserio? — respondió Cristiano
— No me lo puedo creer, enserió?,  Me puedo quedar un día?,  podemos entrenar con las armas del templo?, ¿Tendremos todo para ser las fuertes? — preguntaba una y otra vez, el hermano de Cristiano, Junior.
— Así es, chicos. Tienen todo, bueno... Casi todo, porque ya saben, hay cosas muy privadas e importantes del templo. — apunta Celestina
— Esta bien, esta bien, nosotros hacemos lo que tu digas, Señorita Celestina. — dijo Junior
— Así que nos hemos ganado el privilegio para ir al templo más importante de la ciudad. Estoy... No, no. Estamos encantadisimos de ir hacia ese lugar tan maravilloso. — halagó Jorge.
— Bueno, mi cielo, parece que iremos a conocer tal majestuoso templo. — dijo Victoria Lee a su esposo.
— Claro que si, jejeje. Pero ahora, preocupemonos de nuestro hijo, Emilio. Vale? — le indica Jorge a su esposa
— Me parece perfecto. — responde Victoria Lee
— Bueno, asistentes de primeros auxilios, lleven a Emilio al hospital más cercano que tenemos, ya saben. Con cuidado. — le dice Celestina a los asistentes de primeros auxilios
— ¡SI!, ¡¡ALLÁ VAMOS!! — respondieron los asistentes de primeros auxilios, llevándolo a un hospital.
— Yo les aviso, ok?, no demoren en llamarme, vale?, necesito que todos ustedes esten bien para llevarlos al templo. — les pregunta Celestina.
— Claro, claro. — responden los padres de Emilio.
<<Actualmente en el libro de poderes>>
La batalla entre Aaron y Emilio, ya tuvo vencedor. Sin embargo, no todo era tan simple y feliz, como se suele recordar. El dragón celestial del viento, Joel Smith. Está en estos momentos yendo para el templo de los dragones celestiales para realizar ese pedido que le encargo su líder, Lothar. Por otro lado, Kendra se postraba inconscientemente en el suelo del bosque que está cerca del santuario celestial y lejos del templo de los dragones celestiales. Ahora, los dragones celestiales están presenciando lo que será, la cuarta batalla de los octavos de final de la Copa Celestial.
En ello, los siguientes combatientes estaban listos para entrar al campo de batalla, sin embargo, Leonel Campbell estaba siendo interrumpido, por alguien con quien había charlado hace varias semanas.
— ¿Que haces aquí, Sam? — le pregunta Leonel a su compañero Sam.
— Acompañando tus batallas, sabes? — responde Sam
— Jajajaja, no tenías otra cosa que hacer, o algo? — le pregunta nuevamente Leonel
— No, no tengo. Porque, afuera no hay nada con que divertirse, ya sea en batalla o por verla de cerca. Ya sabes compañero. — responde Sam.
— Esta bien. — se relaja Leonel y le dice: — Voy a ganar, a como de lugar, compañero.
— Debes hacerlo por todos tus amigos, o las personas que quieres, men. — dijo Sam.
<<Más tarde, en el campo de batalla del Santuario Celestial>>
— No nos presenten, quieren?. Quiero que empiece esto. — dijo Leonel
— Estoy de acuerdo con él. — Contesta Cristian Carter.
La batalla ha empezado entre Cristian Carter y Leonel Campbell. En donde, Leonel, con sus ojos "Cristalinos", escudriñaba cada movimiento de Cristian. Sus pupilas reflejaban la luz del atardecer, destellando con una intensidad casi sobrenatural. Sabía que el poder ocular que poseía le otorgaba una ventaja única, pero no subestimaba a su oponente. Cristian, por su parte, mantenía una postura relajada, con la arena danzando alrededor de sus pies como si tuviera vida propia. Aunque aún no podía usar la arena en su máximo potencial, su control sobre ella era evidente y letal.
El viento soplaba suavemente, llevando consigo el eco de la tensión que se palpaba en el aire. Cristian fue el primero en romper el silencio, levantando un brazo y cerrando el puño. De inmediato, la arena respondió a su llamado, formando un puño macizo que se lanzó hacia Leonel con velocidad mortal. Leonel, sin inmutarse, activó su Visión Dimensional, desvaneciéndose momentáneamente y reapareciendo unos metros más allá, eludiendo el ataque con gracia.
—Veo que no has perdido tu toque, Carter —dijo Leonel con una sonrisa leve, sus ojos brillando con un resplandor cristalino.
Cristian esbozó una sonrisa de respuesta y alzó la otra mano, creando una pirámide de arena que se elevó rápidamente desde el suelo, buscando atrapar a Leonel en su interior. Pero Leonel, con su Mirada Hipnotizante, dirigió su atención a la pirámide. Los granos de arena comenzaron a perder su cohesión, desmoronándose antes de completar su formación.
—Tus trucos no funcionarán conmigo —replicó Leonel, avanzando con paso firme.
Los dragones celestiales miraban el desarrollo de la batalla entre Leonel y Carter. Sobre todo, Dallas, quien notaba que Carter se prepara para su siguiente ataque.
— No lo puedo creer chicos... — decia Dallas mientras observa los movimientos de Leonel.
— No eres el único, que lo alcanza a ver. — pensó August
— Oigan compañeros, o bueno, Dallas. ¿Que estás alcanzando a notar? — pregunta Emmanuel
— Que veo, que veo. Si, exacto. Estoy viendo nada más y nada menos que.. No puede ser. Es Carter. Está preparando su siguiente ataque. — dijo Dallas.
— Estas muy analítico, eso es positivo para nosotros, los dragones celestiales. — le halaga August a su Compañero Dallas.
<<Regresando al campo de batalla>>
— Es hora de mantenerse en pie, pero dando golpes que si valgan la pena. — pensó Cristian Carter
—  ¡¡RÁFAGA DE GOLPES DE ARENA!! — Cristian comienza atacar, pero esta vez en uno tras otro golpe hacia su rival.
— Eso no será nada para mi. <Leonel activa sus ojos cristalinos> Un momento, estoy detectando que algo no está bien... — pensó Leonel Campbell
Mientras Leonel trata de descifrar que es aquello que no cuadraba. Cristian frunció el ceño, concentrándose más intensamente. Extendió ambos brazos y la arena se arremolinó a su alrededor, formando un escudo compacto. Mientras tanto, Leonel utilizó su Visión Dimensional una vez más, desapareciendo y reapareciendo justo frente a Cristian, listo para atacar con su mirada hipnotizante. Pero antes de que pudiera hacerlo, Cristian desencadenó otro ataque:
— ¡¡PATADA DE ARENA!! — Gritó Cristian.
El ataque: Patada de Arena, la cual emergió del suelo con fuerza, está obligando a Leonel a retroceder. En cuanto retrocedió Leonel, Cristian seguía hablando sobre lo que acababa de hacer:
—Eres rápido, pero no tanto como para superar mi arena —dijo Cristian
Leonel no respondió. Sus ojos se iluminaron nuevamente, preparándose para el siguiente movimiento. Cristian, por su parte, ya estaba creando cuchillos filosos de arena que flotaban a su alrededor, listos para ser lanzados en cualquier momento. Los dragones celestiales se dieron cuentan de tal movimiento, por lo cual, se miraron a sí mismos y no ocultaban la emoción de la manera que combatia el chico Carter.
— ¿Ven eso? — les pregunta Emmanuel
— Es muy, muy increíble. Es genial. ¿De donde ha aprendido eso? — Se pregunta Dallas
— Podrá tener un libro, donde estudie más sus habilidades? — Se pregunta August
— Hoy me acercaré más a ustedes. — dijo La profesora de curacion, Natalie que está al lado del muro que separa a los dragones celestiales de los aficionados que están en el Santuario celestial.
— ¿Natalie? ¿Que estas haciendo aqui, exactamente? — Se pregunta Emmanuel
— Estoy viendo la batalla igual a ustedes, recuerden que puedo servir de ayuda para mejorar a los competidores que fueron invitados a participar de esto. No le parece bien? — le pregunta Natalie a Emmanuel
— Emma, déjala allí. No hace nada malo. — dice August
— ¿Como me vas a decir lo que debo hacer, segundon? — pregunta Emmanuel
— JAJAJAJAJAJAJA, tranquilos chicos. No estorbaré en su camino. — dice Natalie
Por otra parte, Ambos participantes sabían que el verdadero combate apenas estaba comenzando y que cualquier error podría ser fatal.

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