Capítulo 17: "Los hombres cobardes siempre temen de aquellos que no lo son"

189 14 7
                                    

• POV: SAMANTHE •

— ¡Samanthe!—

Samuel no pudo evitar sonreír y recibirnos con un fuerte abrazo, aunque a mis acompañantes tiene muy poco tiempo que los ha visto, me supongo que la sorpresa viene siendo por mi presencia a su lado.

Pero aunque yo le sonreía contenta y emocionada de verlo frente a mí después de tanto tiempo y no detrás de una pantalla, mi intuición me indicaba que su emoción estaba interferida por algún tipo de sorpresa negativa.

— ¿Qué hacen aquí? ¿por qué no han avisado que venían?— preguntó, y aunque estaba feliz, me transmitía algo más parecido a... ¿nerviosismo?.

— Bueno, fue de imprevisto, y queríamos que fuera sorpresa— anunció mi hermano, entrando a la casa de mi padre de una vez, siendo seguido por Byron también.

— ¿Y a mí no me invitarán a pasar?— bromeé, y mi tío reaccionó haciéndose a un lado dentro del margen de la puerta. Yo volví a sonreír, y lo abracé por el cuello una vez más. — Muchas felicidades, Sam. Honestamente creí que te volvería a ver hasta que estuvieras en el altar.—

— ¿En el altar de día de muertos que pone Olivia después de Halloween? no me sorprendería, supongo yo que es lo que pasará después de casarme— dijo provocándome una risa antes de pasar a la sala de la casa.

Es exactamente la misma casa que compró mi padre para que Froy y yo pudiéramos vivir tranquilos durante el colegio, y que aún disfruté al graduarme aunque fue por muy poco tiempo, solo que ahora ha sido remodelada en muchos aspectos.

Como por ejemplo, ahora las paredes son demasiado blancas y brillantes, lucen como si hubiesen sido retocadas hace muy poco tiempo.

— ¿Y mi madre?— preguntó Byron después de haberse sentado en uno de los sillones, recargándose plácidamente.

— Am... trabajando. No tarda en terminar su turno, me imagino.— respondió Sam revisando el reloj en su muñeca de manera rápida.

— ¿Y papá?— preguntamos Froy y yo al mismo tiempo, ambos de pie.

Samuel se quedó en silencio, quieto. Él entreabrió sus labios, y pareció tomar aliento para decir algo, pero solo jugueteó con sus manos de manera extraña, y suspiró sin darnos una respuesta.

— Chicos...—
Aquel gesto cargado de... preocupación o temor, provocó que nosotros nos miráramos entre sí, y automáticamente mis cejas se unieron un poco, confundida.

— ¿Qué pasa, Sam?— interrogó Froy, justo con un gesto similar al mío. Incluso Byron había retomado una postura tensa sobre su asiento.

— ¿En dónde está papá?— pregunté yo, un poco más firme aunque esto me estuviera asustando.

Además, ¿qué hacía Samuel en un día cualquiera adueñándose de la casa de mi padre? ¿por qué nos había recibido él solo?

— Chicos, escúchenme— Sam levantó sus manos en el aire, suplicándonos calma. Y después de cerrar los ojos un momento y respirar hondo, se acercó a nosotros.
— Siéntense un momento, por favor—

— ¿Qué carajo?— soltó mi hermano, confundido. Pero más que confusión, a él siempre le molestan las dudas y tensiones, así que ya estaba molestándose de no entender nada.

Tus Ojos En Mis RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora