• POV: SAMANTHE •
— Vamos Samy, tenemos muchas cosas de qué hablar, lo sabes. Estoy odiando estar lejos de ti, ¿podemos tener una conversación sana esta vez?— insistió Ryan de pie en la puerta de mi departamento, aún sosteniendo el ramo de rosas rojas en sus manos.
Sus ojos me miraban con algo de arrepentimiento, y su voz ya sonaba átona.
Suspiré dejando de mirarlo, y haciéndome a un lado en la entrada lo dejé pasar. Él también suspiró, dejando las flores en la mesita de la sala antes de quitarse el abrigo.
Me quedé de pie frente a él con los brazos cruzados, aún sin saber si estoy con el suficiente humor para tener una conversación ahora. Sigo molesta, y esto no se soluciona con unas cuantas rosas.
— ¿Por qué me has estado ignorando?— me preguntó medio nervioso.
— Porque me has ignorado tú cada vez que discutimos, aún estando frente a ti— me atreví a responderle.
— No me contaste cómo te fue en la cena.
Genial, tampoco respondió al tema y decidió cambiarlo.
— Ni siquiera quisiste ir por mí— contraataqué.
— Amor, te juro que no es que no quisiera, iba a hacerlo, pero tuvimos un problema y para cuando te llamé sólo me mandaba directo al buzón.
Suspiré una vez más. De verdad que cada vez se me dificulta más hablar. Es como si ya no tuviera ganas de emitir palabras.
— ¿Cómo te fue en la cena? ¿todo estuvo bien?— interrogó, supongo que intentando generar ese ambiente de una conversación normal.
Tuve que ceder. Aunque sigo molesta, debía ceder a hablar, o de lo contrario, estar a la defensiva no serviría de nada para avanzar, y finalmente ambos quedaríamos estancados en esta situación.
Tomé asiento a su lado cruzando mis piernas sobre el sillón, guardando algunos centímetros de distancia, los suficientes para hacerle saber que tampoco estoy cien porciento bien todavía. — Sí. Todo bien.—
— ¿Qué hicieron?.
— Cenamos. Conversamos todos sobre el trabajo. Todos eran amigos, excepto yo, así que también estuvieron conversando sobre sus vidas.— le conté sin muchos detalles.
— ¿Todos eran amigos? ¿de Philips?—
— Sí. Todos profesores de otros institutos.
Incluso podría contarle lo que sucedió.
Supongamos que... conseguí un trabajo, que aún no acepto.El propósito de que Marcus me haya invitado a esa cena especificamente a mí, y no a ninguna de mis amigas, fue porque, por lo que sospecho, Khaled Bridgestone y él tuvieron alguna conversación en días pasados, o no lo sé, no tengo idea si ya llevaban tiempo hablando del tema, pero resulta que otro colegio de los Bridgestone es una escuela primaria dirigida por Amanda Bridgestone, que necesita un buen docente. Entonces... quieren que ese lugar me pertenezca.
El problema es que a mí aún me falta un tiempo para terminar mi servicio social y obtener mi título. Y por otro lado, aceptar aquello es aceptar un "favor" de parte de Marcus, aunque yo no se lo haya pedido.
Y de cierta forma no me agrada la idea de eso.
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Tus Ojos En Mis Recuerdos
RomanceSegunda parte de "La ciencia de tu amor". Otra historia inconclusa firmada por el destino. Después de seis años desde la última vez que los ojos de ambos se vieron los unos a los otros, cargados de dolor y desilusión, tendrán la oportunidad de volv...