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[Vestido]

El amanecer apenas comenzaba a teñir el cielo con tonos rosados y dorados cuando Emilia abrió los ojos. Había pasado una noche complicada, pero al menos no había estado sola. Al girar la cabeza, vio a su mejor amigo, profundamente dormido, con los labios ligeramente entreabiertos, sus respiraciones eran suaves y rítmicas, emilia sonrió al ver la imagen y recordar cuando hacían pijamadas de niños, lo arropo un poco para empezar a liberarse de su brazo que la envolvía por la cintura en un medio abrazo dejandolo alli un rato más para poder irse a preparar para el gran día de su padre, el ver a Lando allí eran un consuelo silencioso en medio del caos emocional que había vivido estos últimos días .

La noche anterior había sido una montaña rusa de emociones. Emilia se había encontrado a Lando en la escalera de emergencia del hotel. Sin hacer preguntas innecesarias, él le ofreció un hombro en el que apoyarse. Pasaron horas hablando o simplemente sentados en silencio mientras Lando trataba de consolarla. Dentro de las conversaciones, Emilia le confesó por qué estaba tan angustiada desde que tuvo que volver a la casa de su madre. Le contó sobre una llamada amenazante que había recibido, omitiendo que era de la exnovia de Carlos por razones obvias. Le dijo que la mujer le había dicho cosas en tono amenazante, pero que Andrew y los Jacks ya estaban solucionándolo.

A medida que el sol se elevaba, iluminando lentamente la habitación, Emilia sintió una mezcla de nerviosismo y determinación. Hoy era el día de la boda de su padre, un evento que debía ser de pura alegría, pero la sombra de sus problemas personales la seguía a todas partes.

El amanecer marcaba el comienzo del día de la boda de su padre. Emilia sabía que debía llegar antes para asegurarse de que todo estuviera en orden, ya que Adriana debía estar preparándose. Se dirigió al baño, donde el reflejo en el espejo le devolvió una imagen de ojos cansados y una expresión abatida.

"Hoy no", se dijo a sí misma en voz baja. "Hoy no es el día para derrumbarse ni arruinarlo con tus problemas emilia".

Se dio una ducha rápida, dejando que el agua caliente calmara su tensión. Mientras se vestía, no pudo evitar pensar en Carlos. Había apreciado el espacio que le daba, pero también esperaba en el fondo de su corazón recibir un mensaje de él, una señal de que todavía le importaba aunque había dicho que no, se sentía tonta, pero nuevamente las consecuencias de sus acciones se hacían presentes.

Finalmente, lista para la ceremonia dejó una nota en la mesita de noche junto al traje, zapatos y corbata a juego con su vestido para lando, le beso la mejilla incitandolo a levantarse para luego salir de su habitación para bajar al lobby, se dirigió al ascensor y bajo.

En la recepción le pareció ver a una mujer conocida vestida de rosa, el mismo tono que ella llevaba, le pareció extraño, pero no le tomo importancia y menos logro descifrar quién era. Cuando la volvió a ver, esta se encontraba de espaldas; se le hizo familiar, pero decidió ignorarlo. Quizá fue un error. Se dirigió al pequeño muelle donde un bote la llevaría a la isla cercana, el lugar elegido para la boda. 

El trayecto fue breve pero tenso para Emilia. Cada minuto parecía eterno mientras su mente luchaba por mantener la calma. Al llegar a la isla, quedó maravillada por el paisaje de ensueño: las flores delicadas, la música suave en el fondo, todo parecía sacado de un cuento de hadas. Aunque intentaba concentrarse en el evento y disfrutar del momento especial para su padre, una sensación persistente de inquietud la perseguía. Se unió a los invitados, sonriendo y saludando a los conocidos, pero su mente estaba en otra parte.

Mientras se acercaba a la zona de la ceremonia, su padre la recibió con un abrazo cálido. —Estás hermosa, hija. Gracias por estar aquí —dijo con una sonrisa orgullosa.

𝘐𝘕𝘚𝘛𝘈𝘎𝘙𝘈𝘔 (+18 ) //𝘊𝘢𝘳𝘭𝘰𝘴 𝘚𝘢𝘪𝘯𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora