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[China]

En la frenética semana del Gran Premio de China, Carlos se encontraba enfrentando desafíos tanto en la pista como en su vida personal. Los días previos habían sido tumultuosos desde que su teléfono fue robado cuando llego al encontrarse rodeado de un montón de gente en el aeropuerto, dejándolo desconectado justo cuando más lo necesitaba. La incertidumbre y la ansiedad se reflejaban en su rostro mientras se dirigía al circuito para la rueda de prensa previa a la carrera.

Mientras tanto, en un hotel en Shanghai, Emilia Hall Benneth pasaba sus días sumida en una nube de emociones. La boda y el abrupto alejamiento con Carlos la habían dejado adolorida, y su habitación de hotel se convirtió en un refugio solitario donde el tiempo parecía detenerse. Lando, siendo su buen amigo y apoyo incondicional, intentaba levantarle el ánimo con conversaciones amenas y pequeñas distracciones, pero el dolor de Emilia era palpable.

—Emilia, no puedes quedarte encerrada aquí —insistió Lando con voz suave mientras observaba cómo ella contemplaba melancólicamente la vista desde la ventana del hotel. Habían pasado varios días desde que llegaron a China, y cada vez era más evidente que necesitaba un cambio de ambiente—. Carlos estará en el circuito ahora para la rueda de prensa, talvez podemos hacer algo los tres para que te distraigas,  ¿Por qué no vienes? Puedes acompañarme y luego dar un paseo por los alrededores. Te vendrá bien salir un poco.

Emilia lo miró con ojos cansados pero finalmente asintió, reconociendo que la inactividad prolongada solo empeoraba las cosas. Se puso una chaqueta ligera y caminaron juntos hacia el circuito, sumergiéndose en el bullicio de la ciudad y el ambiente electrizante del evento deportivo. La cercanía de Lando y su actitud comprensiva ayudaron a Emilia a sentirse un poco más animada mientras se dirigían hacia la sala de prensa.

El circuito resonaba con la emoción y la expectativa típicas de una semana de Gran Premio. Carlos estaba ocupado con las obligaciones de la prensa, respondiendo preguntas sobre estrategias de carrera y expectativas para el fin de semana. A pesar de la tensión personal que lo aquejaba, se esforzó por mantener la concentración en su trabajo, mostrando la determinación que lo caracterizaba como piloto.

Cuando Emilia y Lando llegaron a la sala de prensa, encontraron a Carlos en medio de la multitud de periodistas. A pesar del torbellino emocional que los había separado, el encuentro breve pero significativo en la distancia entre ellos no pasó desapercibido. Emilia sintió un nudo en la garganta al verlo.

—Hola Carlos, Emi no se siente muy bien, asi que te agradeceria no dejarla sola hoy, no la he presentado con todos aun y tengo que ir a una Reunión antes para luego volver a la rueda de prensa. —dijo Lando con una sonrisa, sin saber lo que entre ellos dos había ocurrido.

Carlos, sorprendido, miró a Emilia con una mezcla de remordimiento y anhelo. Intentó articular palabras de disculpa y explicación, pero no era el momento, por Lando

—Podríamos ir por un paseo fuera del circuito de seguro te hará bien, podríamos ir por algo de comer antes de que lando esté listo, yo ya acabe por hoy —Sugirió carlos aun algo temeroso de la reacción que podría tener la chica.

Emilia asintió con una sonrisa leve, aceptando la sugerencia como una oportunidad para encontrar un momento de paz. Juntos, dejaron atrás la sala de prensa seguidos por las miradas de los presentes y se adentraron en los alrededores del circuito, donde el bullicio de la competición se disipaba y el aire fresco de la tarde la comenzaba a relajar.

El paseo fue tranquilo, no hubo mucho diálogo pero si miradas significativas, Emilia comenzó a sentirse más liviana y agradecida de que carlos no iniciara una conversación sobre lo sucedido la semana anterior en ese momento, toda la hora juntos se sintió como si un peso hubiera sido levantado de sus hombros. Aunque las heridas seguían frescas.