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[Ferrari]

Emilia sintió una mezcla de emociones intensas. La idea de que Carlos estuviera dispuesto a sacrificar su carrera la hizo sentir valorada, pero también la asustó. —Carlos, no puedes poner tu felicidad en mis manos. Eso no es justo para ninguno de los dos.

—Lo sé, pero no puedo seguir viviendo esta vida falsa y menos si tu no estas a mi lado —dijo él, su voz llena de desesperación—. Te adoro, Emilia, estoy completa y perdidamente enamorado de ti Y estoy dispuesto a luchar por nosotros, incluso si eso significa renunciar a todo lo que he construido.

—Es una locura —murmuró ella, sintiendo que su corazón se rompía entre el deseo y la razón. La idea de que él pudiera dejar su carrera por ella la hacía sentirse especial, pero también la aterraba—. ¿Y si no funciona? ¿Y si esto solo es un impulso momentáneo?

Carlos tomó sus manos, su toque era firme pero suave. —No puedo asegurar que funcione, pero lo que sí sé es que no quiero vivir en un mundo sin ti. Quiero intentarlo. Estoy listo para ser el hombre que mereces.

La sinceridad en su mirada la desarmó. Emilia sintió lágrimas calientes surgiendo de sus ojos, la mezcla de amor, dolor y miedo. —Carlos... —empezó a decir, su voz temblando—. No sé si puedo.

—Lo entiendo —respondió él, su voz llena de empatía—. Pero por favor, dame una ultima oportunidad, Permíteme mostrarte que puedo ser diferente.

Emilia cerró los ojos, sintiendo el peso de sus decisiones. La lucha interna la consumía. Quería creerle, pero la herida aún estaba fresca. Sin embargo, había algo en su mirada, una chispa de esperanza que la hizo dudar.

—Ven conmigo a España —dijo él, impulsivamente, como si esas palabras pudieran borrar el dolor y la desconfianza que había entre ellos—. Ahora...escapa conmigo

Emilia lo miró, sorprendida por su súbita propuesta. —¿Qué? Carlos, no estás hablando en serio ¿O si? —preguntó, sintiendo que su mente luchaba por procesar la idea.

—Sí, es en serio —respondió Carlos, su mirada ardiente de determinación—. Te llevaré a un lugar donde podamos estar juntos sin distracciones, donde podamos hablar y reconectar. No quiero que esto termine aquí, en medio de la confusión.

—Carlos, eso es una locura —dijo ella, sintiendo que la realidad se desvanecía—. No puedo simplemente dejar todo.

—¿Por qué no? —replicó él, acercándose más, la intensidad en su voz aumentando—. Tienes la oportunidad de ser feliz, de dejar atrás todo este dolor. Y yo también. Podemos comenzar de nuevo...Juntos, Mi amor.

Emilia sintió que la adrenalina la invadía. La idea de escapar, de dejar todo atrás por un tiempo, la tentaba. Pero el miedo también se aferraba a ella como una sombra. —¿Y si esto no funciona? ¿Y si solo estamos huyendo de nuestros problemas momentáneamente?

—No lo sé —admitió Carlos, su voz suave pero decidida—. Pero al menos estaríamos juntos, y eso tiene que significar algo.

El silencio llenó el auto mientras Emilia contemplaba la propuesta. Su corazón latía con fuerza, atrapado entre el deseo de estar con él y la razón que la advertía sobre el riesgo que estaba tomando. —¿Y qué pasa con Max? —preguntó, sintiendo que la mención de su nombre traía consigo una oleada de culpa.

—Max no es lo que realmente quieres, lo sabes. Solo quiero que dejes de pensar en él y te centres en nosotros...por favor—dijo Carlos, con una mirada profunda—. Dime que sientes lo mismo.

𝘐𝘕𝘚𝘛𝘈𝘎𝘙𝘈𝘔 (+18 ) //𝘊𝘢𝘳𝘭𝘰𝘴 𝘚𝘢𝘪𝘯𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora