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[ sin titulo ]

El reloj marcaba las 4 de la mañana cuando Emilia despertó, aún sintiendo el calor de Max a su lado. Se giró hacia Max, que ya estaba despierto, sonrió al verla.

—¿Lista para una aventura? —dijo Max, estirándose en la cama.

—¿Aventura? —respondió Emilia, aún con voz somnolienta—. Es muy temprano para eso.

Max se rió y se levantó, acercándose a ella para besarl acortamente en los labios. —Voy a llevarte a California en mi jet. Solo tú y yo... y Lando, claro. 

Emilia lo miró con incredulidad.—¿Un jet? Eso suena... exagerado.

—Es solo un vuelo largo, iran mas comodos. Ven, piénsalo. —insistió Max, con esa chispa en sus ojos que siempre la hacía dudar.

—No sé, Max... —respondió, frunciendo el ceño—. Siento que... no quiero incomodar a nadie.

—¿Incomodar? —preguntó Max, levantando una ceja—¿A quien?, Vamos, será divertido. 

Emilia se mordió el labio, sintiéndose atrapada entre su deseo de ver a su hermano y la creciente tensión en su relación con Max.—Está bien, acepto, pero solo si te quedas con nosotros —dijo al final, rindiéndose.

..

Una vez que tomaron la decisión, el ambiente cambió. Max comenzó a ayudarla a arreglarse, uniendo sus manos con ternura mientras ambos se miraban en el espejo del baño.

—Eres hermosa —dijo Max, mientras sus ojos se perdían en los de Emilia, llenos de admiración.

—Gracias —respondió Emilia, sonrojándose mientras se peinaba—Pero creo que me vería aún mejor si me dejaras ponerme más a menudo tus camisetas.

—Me dejas sin palabras, pero es más que obvio que puedes usar mis camisas, cuando me acompañes a Mónaco mi closet estará a tu disposición. —Sonrió él, acercándose para robarle otro beso.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Emilia se sintió lista. Se miraron una última vez antes de salir del hotel, con un brillo especial en los ojos de ambos.

—¿Lista? —preguntó Max, mientras salían al pasillo, tomándole la mano a Emilia con firmeza.

—Más que lista —respondió Emilia,

El camino hacia el aeropuerto estuvo lleno de risas y miradas cómplices. Max no paraba de contar anécdotas divertidas sobre Lando, haciendo que Emilia se riera a carcajadas. En ese instante, se sentía ligera, como si el mundo a su alrededor no tuviera más preocupaciones que el presente.

Al llegar al sitio donde tomarían el jet, encontraron a Lando esperándolos con una gran sonrisa en el rostro.—¡Por fin, la pareja del año! —exclamó Lando, haciendo una reverencia exagerada. —¿Listos para sorprender a Archibald?

—Lando dos cosas, No le digas asi, se llama Archie y ¿Quién dice que somos una pareja? —bromeó Emilia, aunque no pudo evitar sonrojarse.

—Bien, bien ....Pero Por favor, todos ya sabemos que son pareja. —Lando se rió, lanzando un vistazo burlón a Max—. Así que, ¿me puedo quedar en tu departamento o qué?

—Siempre que no te traigas a un montón de amigos y dejes todo ordenado—respondió Emilia, riendo.

Max, aún sonriendo, la miró un poco sorprendido —¿No vives con tu Mama y archie?

𝘐𝘕𝘚𝘛𝘈𝘎𝘙𝘈𝘔 (+18 ) //𝘊𝘢𝘳𝘭𝘰𝘴 𝘚𝘢𝘪𝘯𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora