Emilia había estado inquieta durante todo el vuelo. La llamada perturbadora aún resonaba en su mente, mientras el avión descendía hacia el aeropuerto de Niza, donde tomarían un jet hasta Mónaco. La ansiedad era palpable en su rostro, aunque trataba de mantener una fachada tranquila para no preocupar a Archie .
—¿Todo bien, Emi? —preguntó Archie, notando su nerviosismo mientras recogían su equipaje.
—Sí, solo un poco cansada del viaje —respondió ella con una sonrisa forzada.
La breve travesía en el jet de la familia de Adriana, la prometida de su padre, les ofreció vistas espectaculares de la costa mediterránea, pero Emilia apenas las notó. Su mente seguía repasando la amenaza recibida y la conversación con Andrew. Confiaba en él, pero la incertidumbre sobre quién estaba detrás de todo esto la mantenía en un estado constante de alerta, ¿serian capaces de lastimarlos?,¿tendría algo que ver con carlos?.
Al llegar al hotel en Mónaco, se encontraron con una recepción cálida y elegante. Su padre había reservado una suite para ellos, y la decoración reflejaba la opulencia característica del lugar. Mientras desempacaban, Archie no podía contener su emoción.
—¡Esto es increíble, Emi! —exclamó mientras exploraba la suite.
—Sí, lo es —respondió Emilia, tratando de compartir su entusiasmo, aunque su mente estaba en otro lugar.
Después de acomodarse, sugirió que dieran un paseo por el puerto antes de la cena. El puerto de Mónaco estaba lleno de yates y la atmósfera era vibrante. Emilia trató de relajarse y disfrutar del momento, sabiendo que pronto tendría que enfrentar la situación con más firmeza.
Mientras caminaban por el puerto, Archie recibió una llamada de su padre, confirmando los detalles de la cena de esa noche para que le comunicara a su hermana. Emilia aprovechó para enviar un mensaje a Andrew, actualizándolo sobre su llegada y asegurándose de que todo estaba bajo control.
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...
La cena esa noche en "Le Louis XV" fue una experiencia exquisita, como siempre. Los chefs superaron todas las expectativas con platos que combinaban sabores tradicionales con innovadoras técnicas culinarias. La familia Hall Benneth, junto con Adriana y sus padres, Moira y Robert, disfrutaron de una comida deliciosa en un ambiente sofisticado.
Durante la cena, no pudo evitar notar que su padre estaba más preocupado de lo habitual. No conversaba mucho y parecía ausente en algunos momentos. Moira y Robert, también lo notaron compartiendo miradas de preocupación, aunque no dijeron nada al respecto. Emilia decidió no mencionar la llamada amenazante que había recibido, especialmente porque la boda de su padre sería pasado mañana.
Adriana, siempre atenta, intentó mantener la conversación animada. —Entonces, Emilia, ¿cómo estuvo tu vuelo? —preguntó con una sonrisa cálida, tratando de disipar cualquier tensión.
