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[ Luces, Cámara y ...]

El tiempo había pasado rápidamente desde  Miami. Lando había celebrado el cumpleaños de Archie con una fiesta inolvidable, repleta de risas, alegría y un ambiente festivo que unió a todos los presentes. Archie, que había sido el centro de atención durante el podio ya que lando y los pilotos allí lo invitaron a ser parte del festejo, disfrutó de un día lleno de sorpresas y cariño. La celebración incluyó una cena especial, regalos y un pastel con su nombre decorado con los colores de mclaren. La sonrisa en el rostro de Archie reflejaba lo feliz que estaba de compartir ese día tan especial y aquella aventura vivida ajeno totalmente de lo que pasaba a su alrededor.

Pasaron los días, y la vida de Emilia tomó un giro inesperado. Después de los intensos acontecimientos en miami, decidió tomarse un tiempo para sí misma, debía estar lejos de los circuitos y del drama que había marcado sus últimas semanas. Su vida en el mundo del ballet era algo que había estado en pausa durante un tiempo.

Todo pasó rápidamente, y se mantuvo ocupada con ensayos y preparativos para una presentación en Nueva York. Era su primera actuación en esa ciudad, un sueño hecho realidad para cualquier bailarina, y se sintió revitalizada al sumergirse en su arte. Los días de preparación fueron agotadores pero gratificantes. Cada movimiento, cada paso, le recordaba la libertad y la paz que encontraba en la danza, algo que el mundo del motor no podía ofrecerle.

El día de la presentación finalmente llegó. El teatro estaba lleno, y la energía en el aire era palpable. Emilia, vestida con un elegante traje de ballet blanco con destellos y detalles sutiles en negro que adornaban sus brazos y torso , se preparó para salir al escenario. Los nervios eran inevitables, pero estaban mezclados con una profunda emoción. Esta no era solo una actuación; era un símbolo de su resiliencia, de su capacidad para encontrar y obtener aquello que se proponía sin depender de nadie para lograrlo.

Cuando las luces del escenario se encendieron y la música comenzó a sonar, Emilia se sumergió completamente en su actuación. Cada paso era una liberación, un canal para todas las emociones que había estado guardando. Mientras realizaba su solo, sus ojos, en un instante fugaz, buscaron entre el público, casi por instinto, unos ojos familiares. Durante un breve momento, su mente volvió a aquellos días de confusión y dolor, pero rápidamente se obligó a concentrarse de nuevo en su arte, recordando que el escenario era su refugio.

El público quedó cautivado por su gracia y precisión, y la ovación al final de su actuación fue ensordecedora. En ese momento, mientras se inclinaba para recibir los aplausos, Emilia sintió que finalmente había encontrado un lugar de paz.

Después de la función, mientras recibía las felicitaciones de sus compañeros y del público, un pensamiento cruzó su mente. "Esto es lo que siempre he querido, pero, ¿por qué siento que falta algo?" Sacudió la cabeza, apartando esos pensamientos.

La ovación y los rostros sonrientes a su alrededor deberían haberla llenado de satisfacción, pero en su interior, algo no encajaba. Mientras intercambiaba abrazos con sus compañeros y escuchaba las palabras de elogio, ese sentimiento de vacío crecía, como un eco sordo que no podía ignorar.

"Esto debería ser suficiente" se repetía a sí misma, pero la inquietud persistía. Se daba cuenta de que, aunque estaba rodeada de éxito y reconocimiento, había algo más profundo que seguía anhelando. Quizás se trataba de aquellos ojos que, por un instante, había buscado entre la multitud durante su solo, esperando encontrar una conexión perdida. O tal vez era el peso de las decisiones recientes, las despedidas no dichas, las palabras que quedaron en el aire.

Se detuvo en la puerta de su camerino, respiró profundamente y cerró los ojos, tratando de calmar el torbellino de emociones que se arremolinaban dentro de ella. Sentía que había logrado un hito importante en su carrera, pero al mismo tiempo, la sensación de que algo esencial faltaba seguía latente.

𝘐𝘕𝘚𝘛𝘈𝘎𝘙𝘈𝘔 (+18 ) //𝘊𝘢𝘳𝘭𝘰𝘴 𝘚𝘢𝘪𝘯𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora