Capítulo 19.

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Mangel estaba dormido. Me desperté por unos suaves golpes en mí cabeza, lo primero que vi fue a ella con una sonrisa.

—Despierta, Mangel, te vamos a preparar para que estés hermoso para esta transmisión.

¿Transmisión? ¿Ya pasó dos días?

Dos hombres estaban con Tobías, parecía que lo estaban limpiando. Otro hombre se acercó al cuerpo de mí mejor amigo, lo levanto y se lo llevó. Quería llorar pero ya no tenía lágrimas.

—Señorita Beatriz— hablo un cuarto hombre apareciendo en las escaleras ¿Por qué había tanta gente de pronto? ¿Quiénes son?— el salón está listo ¿Necesita algo más?

—Gracias Gonzalo, vamos todos para el salón. Acuerdense de limpiar a Mangel también, queremos que se vea bonito.

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Rubius no sabía cómo hablarle a Lucas sin ser visto por otros policías. Solo se me ocurrió ponerme la capucha y unos lentes, lo esperaba a media cuadra.

Vi como se acercaba al auto, no dude en acercarme a él, le agarro del brazo y le indique que se calle. Me baje los lentes para que vea quién soy.

—¿Rub? ¿Dónde estuviste? ¿Dónde...?

Lo volví a callar— necesitamos hablar en privado.

—Rubius, sé que estás aquí por Mangel pero, desafortunadamente, no tengo nada para encontrarlo.

—No me importa, quisiera saber todo lo que tienes— abrió la boca para hablar— Lucas, por favor, no digas que es confidencial, puedes ser mí héroe, el héroe de Mangel, de Alex, de esta cuidad ¿Entiendes que mi fandom no puede salir a la calle por una asesina? Tú puedes dejarnos tranquilos en las calles. Yo no sé que hacer— mí voz se quebró— necesito un puto milagro, recién despierto de un coma y no entiendo nada de lo que está pasando. Nada más me entero que Mangel y Alex están desaparecidos, y Beatriz está matando a mí gente, a la gente que más aprecio.

—Está bien— suspiró— sube al auto, te llevaré a mí departamento dónde tengo todas mis cosas.

Una felicidad entro en mí y entre al auto. Él subió y arranco el auto. No sabía cómo tener una conversación con él, era más cercano a Mangel, yo creo que solo lo vi cuatro veces en mí vida. Si no mal recuerdo, Mangel y Lucas se conocen desde el secundario pero Lucas se volvió más serio desde que entro a la escuela de policías, siempre hablaba de que quería ser policía y cambiar el mundo para bien, que las calles se sientan tranquilas.

—Lucas, quiero agradecer de nuevo por la ayuda de mis padres— por su apariencia, notaba que necesitaba un empujón para hacer las cosas.

—No agradezcas, no hice mucho, su abogado ayudo mucho.

—Hiciste mucho, me ayudaste a ponerle fin a mí pesadilla yendo al departamento.

—Eso espero.

El resto del viaje fue en silencio aunque agradecía que vivía cerca. Una vez que llegamos a su departamento, vi que estaba todo limpio hasta que llegamos a su lugar de trabajo, estaba todo desordenado, tenía un pizarrón conectando cosas y al lado un mapa de la cuidad de Madrid.

—Tengo sus dos departamentos y la casa abandonada— lo mire confundido así que empezó a contarme todo lo que tenía.

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Mangel estaba sin ver nada, lo último que vio fue como se llevaban a los hermanos. Escuchaba muchos murmullos pero no sabía en qué voz concentrarme. Dejaron de moverme y me sacaron la bolsa.

Muchas luces me estaban apuntando y tenía dos cámaras en frente mío. Al lado tenía a Tobías que recién le sacaron la bolsa.

—Bueno, mis niños, les presento al equipo, este hermoso equipo va a cooperar conmigo o si no van a morir de una forma brutal al igual que su familia— se ríe— te presento a los camarógrafos: Diego y Oscar, Diego es un trabajador en 24h ¿No es increíble? Y Gonzalo e Ignacio serán nuestros maravillosos hackers para que podamos transmitirlo a todo el mundo— aplaudió.

Déjanos- rubelangel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora