Capítulo 21.

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Mangel vio como se estaba por encender las cámaras. Me daba ansiedad de qué podría pasar a partir de ahora.

—Bienvenidos a todo el mundo, espero que disfruten mucho este vivo— se puso en medio de nosotros— vamos a hacer esto rápido, no quiero hacerles perder el tiempo— saco su arma y me apunto primero.

—¿No tenemos las últimas palabras? Por nuestros fans— dice inquieto.

—Bien dicho Rubius, déjanos un lindo mensaje para todos nosotros antes de su muerte— dice mientras baja el arma y se aleja del plano de la cámara.

Se aclaró la garganta— no queríamos que esto termine así, nuestro plan era seguir con nuestra boda y subir videos de ello. Siento mucho a todos los fans que tuvieron miedo de salir de sus casas, por los que murieron— me miro. Ambos estábamos llorando y volvio a ver a la cámara— pero eso ya está por terminar— se escucha un ruido y el grito de Óscar, ella se fue a ver rápidamente junto a Gonzalo— prometo que todo esto ya está por terminar— sonríe.

Se escuchó un portazo.

—SACANME DE ESTE LUGAR— Óscar gritó. Diego e Ignacio se miraron entre sí cuando se quedaron solos.

—Si nos ayudan, no irán a la cárcel por ser cómplices de ella— Rub lo dijo tan seguro y tan dominante que me lo quedé viendo embobado.

De ti, de ti me enamoré.

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Lucas espero a sus refuerzos. Llegaron los más silencioso posible, apenas pude ver la trasmisión y supe que era la señal para entrar. Di señal a mis refuerzos de avanzar. Fuimos a la parte trasera que había una puerta con cadena, mí compañero lo rompió y entramos de un portazo. Lo primero que vi fue a Tobías acompañado de un señor.

—SAQUENME DE ESTE LUGAR.

Mis compañeros se adelantaron, que a los segundos apareció Beatriz, su cara de horror, me hizo sentir alivio. Esa cara de que estaba atrapada. Estaba acompañanda pero apenas se intento mover, dos de los míos se tiraron encima de él, apuntandolo con el arma. Pude identificar que eran los desaparecidos, el que estaba enfrente mío con Tobías, era Óscar.

—¿Óscar?

Escuché un disparo— SUELTENLO O LOS MATO A TODOS— ella grito, había matado a Juan. Intento luchar pero fue inútil porque éramos más, uno de mis compañeros le agarro las muñecas y le sacaron el arma.

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Mangel se asustó con el disparo y el grito. Ya casi era libre y pude ver unos policías, acercándose a nosotros mientras Diego e Ignacio terminaban de desatarnos.

—A ellos, no le hagan nada, nos ayudaron— Rub se levantó rápido y se me acerco— ¿Te puedes levantar, Mangel?— tocaba mis muñecas por el dolor, sentía que si me iba a levantar me iba a caer, luego de estar ¿Días? Se me hace una bendición estar a punto de levantarme y poder comer algo. Él extendió la mano— soy yo, Mangel, no te haré daño ni te tocaré si lo necesitas.

Vi como Diego apagaba las cosas, como Lucas aparecía con una cara de felicidad ¿Este es el fin? ¿Ya está? ¿Ya terminó todo esto?

Mire a mí prometido, su mano ¿Realmente estaba enfrente mío? ¿Estoy a nada de tocarlo otra vez? Se me hace tan irreal que esté conmigo, luego de todos los sueños que tuve, que se despertaba, que estábamos abrazados, con nuestros anillos en nuestro dedo anular ¿Si lo toco podré sentirlo? ¿Sentir su piel luego de tanto tiempo? Lo último que recuerdo es que su piel estaba seca, fría y pálida, ahora mismo volvió ese lindo color, sus labios tenian ese lindo color rosa, su pelo sin peinar pero que de alguna forma lo hacía ver muy hermoso. Esto tiene que ser irreal.

Rub ¿Eres capaz de perdonarme por todo esto? Por cada abuso, cada toque, por cada daño que te provoque, por no hacer algo bien en mí vida, nunca hice bien las cosas. Nunca me tuve que meter con ella y jugar con sus sentimientos, nunca nos comunicamos sobre ello y nada más te metí inseguridades por mí estúpido juego. Era muy obvio que nunca me iba a meter con ella ¿Por qué lo hice? Si no fuera por eso, nada de esto hubiera pasado. De no ser así, seguro hubiese estado cuando Rub despertaba, nadie hubiera salido lastimado, ni muerto. Alex te extraño demasiado, moriste enfrente de mis ojos y no pude hacer nada para impedirlo. Mí amor, lo siento tanto. Alex, lo siento, no fui capaz de hacer algo. Fans, lo siento, no les di la tranquilidad que merecían. Matias, lo siento, casi te moriste desangrado por mí culpa.

—Lo siento tanto— comencé a llorar mientras me tapaba mí cara— todo es mí maldita culpa.

—Mangel, no lo...

—Lo es, Rub— lo miro— si no hubiera sido estúpido nada de esto hubiera pasado, Alex seguiría vivo, tendríamos nuestra boda en paz— sentí sus brazos para abrazarme pero lo separe con mis pocas fuerzas que tenía— te fui infiel, no tienes que acercarte a mí— me tiré de los pelos— lo siento tanto— mí cuerpo comenzó a temblar y apoye mí mano sobre mí pecho al sentir la presión.

Esto no puede estar pasando, no ahora.

—¿Mangel?— escuché de Lucas— ya terminó todo, tranquilo.

Mí pierna comenzó a moverse más rápido. Y mí respiración se volvió irregular. Intente levantarme por mí cuenta pero fue inútil por la debilidad de mis piernas, no tenía fuerzas para nada. Caí al suelo junto a la silla y al ver que Lucas se acercaba, solo comencé a llorar más fuerte.

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Rubius detuvo a Lucas antes que se acerque de más.

—Dejame con él a solas, tú, llama a la ambulancia y también encargate que se hayan llevado a Beatriz y ese hombre de una vez por todas— él asistió con la cabeza, mí vista volvió con Mangel, tenía que ser sutil con mis palabras y acciones. Sé lo que está pasando. Escucharlo llorar hacia que se me parta el corazón— mí amor— me acerque y me agache para quedar a su altura, se hizo bolita y se balanceaba.

—Por favor, no me hagas daño.

—¿Me reconoces? Soy tu prometido y nunca te haría daño— trataba de relajar mí voz y que no se quiebre. Me estaba muriendo por tenerlo a centímetros de mí y, mínimo, no abrazarlo— soy Rubius, sé que no confías en nadie pero en mí puedes hacerlo— pudo verme con la respiración aún agitada— ¿Puedes respirar conmigo? Es importante para que no te ahogues, no quiero que te pase algo— y como si le hubiera dado en el blanco, de a poco comenzó a soltar sus piernas, relajando sus músculos— respira conmigo.

Ambos hicimos ejercicios de respiración, su pecho volvía a la normalidad.

—Lo siento.

—¿Por qué?— di un paso silenciosamente.

—Te fui infiel, soy una mierda y tú lo viste con ese vídeo— su cuerpo volvió a temblar y se rasguño el brazo.

—Nunca lo fuiste, sé cómo te sientes ahora, sé lo que se siente. Nada de eso fue tu culpa, ni lo provocaste, ya de por si, ellos están mal de la cabeza— di otro paso, un paso más y ya lo podía tener en mis brazos— ¿Quién hubiera sabido lo que te harían? Nadie.

—Pero tal vez, si lo hubiera evitado...— su pierna volvió a moverse.

—Pero aquí estamos, Beatriz ya no...

—No digas su nombre— me interrumpió, sonó con tanto miedo que tenía la necesidad de alzarme y abrazarlo con todas mis fuerzas.

—Perdón, ella ya no va a molestar a nadie, ya está donde pertenece y nosotros estamos juntos, vamos a poder vivir tranquilamente con los fans. Ahora necesito que me dejes ayudarte ¿Si?

No dijo nada, se quedó viendo el suelo. Acerque mí mano a su pelo para acariciarlo, al sentir el tacto se asustó pero respiro hondo y lloró.

—Rubiuh— alzó los brazos.

Lo abrace, luego de mucho tiempo, al fin lo tengo en mis brazos, comencé a llorar con él mientras intentaba abrazarlo con mis fuerzas para protegerlo, él se agarró de mí remera.

—Te extrañe tanto, mí querido ángel.

Déjanos- rubelangel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora