Déjanos- rubelangel.

Capítulo 9.

—La familia comentó que Roberto estaba volviendo a su casa luego de trabajar, no se encontraba lejos así que luego de tres horas la familia decidió ir a buscarlo, tras no encontrarlo, llamaron a la policía. Lo que más me preocupa a mí, son sus dos hijos— en la tele tenía la mitad de pantalla con fotos de Roberto y la familia, y la otra mitad a la periodista— ¿Cómo una madre podra explicar a sus dos hijos chiquitos que su padre desapareció?

—¿Qué me dice de los sospechosos?

—Por el momento tenemos dos sospechosos, están siendo interrogados por la policía. Ante cualquier novedad, vamos a ir dando la información por este canal.

—Gracias, Ana. Y ahora Raquel nos va a contar el clima, Raquel ¿Qué nos espera de esta mañana del clima?

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Hoy es mí cumpleaños, 26 de mayo. Le pedí a mis amigos que no festejemos mí cumpleaños, solo con juntarnos todos, estaba bien. Con el cumpleaños de Rub, recuerdo que no podía parar de llorar, no soportaba que el cumpleañero, y peor aún, mí novio estuviera en coma.

Creo que es el peor cumpleaños.

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Luego de tres semanas, lograron encontrar el cuerpo, fue hallado en los restos de basura. Cortado en pedazos. Dios mio. No quiero imaginarme lo que debe estar sufriendo la familia. Cambié de canal, poniendo dibujos animados.

Mis dedos estaban entrelazados con los de Rubius. Miraba su pecho, como respiraba, era muy tranquilo. Mí mamá, está vez, trajo flores iris, según ella significa esperanza y confianza. Eran muy hermosas que seguramente a mí novio le gustaría.

—Estan preciosas.

Sonreí leve. Mis padres de vez en cuanto venían, nos poníamos a charlar sobre la vida para distraernos de la situación.

Ahora mismo, siento que estoy en un punto en la que no sé dónde ir. Saque mí cuaderno de notas y comence a leer las preguntas: ¿A quién le pertenece la ropa? No sé ¿Por qué se maneja con coordenadas? No sé ¿Las armas? ¿Local de armas? No busque ¿¿¿Alex??? ¿Están involucrados en la mafia? Espero que no ¿Beatriz realmente me mostró a Tobías? ¿Quién era ese hombre? ¿¿¿Tobías???

Teorías: 1. Hermanos que se pelearon con Beatriz pero ella ganó.
2. Beatriz provocó pelea entre ellos que se mataron entre sí.
3. Tobías y Beatriz mataron a Antonio, luego Beatriz atacó a Tobías (tiene sentido lo que escribí??)
4. Alex estará ayudando a Beatriz? Puedo confiar en él? Tengo que tener cuidado por las dudas.

Nada parece coherente. Beatriz tiene ambos cuerpos o al menos, sabe dónde está Tobías. Y el cuerpo de Antonio, definitivamente, lo tenía ella en algún lugar. Y Alex me trajo cosas.

Mí plan por ahora, será volver a esa casa, no quiero pero tengo la sospecha de que Beatriz va a dormir en ese lugar de vez en cuando y puede dejar alguna cosa. En sus antiguos departamentos ya no debería haber algo, aparte ya alguien debería vivir ahí. No puedo entrar ahora mismo ¿Se habrá mudado del departamento que estaba enfrente de la cafetería?

—Razona, Miguel, es una asesina suelta, claramente se va a ir del departamento— dije mientras me subía los lentes a la cabeza y puse mis manos en la cara.

Escuché como abrían la puerta y me acomodé los lentes— Mangel ¿Cómo estás?— cuestionó Luzu, hace rato no lo veía, venía acompañado de Lanita, ella cerró la puerta. Guarde el cuaderno.

Llevaba un hermoso anillo en su dedo anular. Lo vi por las flores que cargaba.

Me quería matar.

—Me falta el cerebro y la mitad de grasa y músculos— trate de sonar divertido pero ninguno se rió— estoy tratando de tener mí cabeza en orden, me siento muy perseguido por Beatriz, siento que ni puedo estar tranquilo en el hospital— Lana dejo las flores en la mesita y Luzu se sentaba en el sillón— solo quisiera volver al pasado y nunca abrirle la puerta a esa chica.

—Estamos así por algo, Mangel.

No sabía cómo tomarme eso— pero ¿Qué ganamos con esto?

—Lo que él trata de decir— hablo Lanita con ese acento, se sentó al lado de Luzu— es que vamos a salir de esta y más fuertes, una situación así, solamente nos convierte más fuertes y valientes.

—No me gusta esto, nada de...

—Mangel— me interrumpió Luzu. Miraba fijamente a Rub así que hice lo mismo.

Sus dedos se estaban moviendo. Una felicidad me recorrió el cuerpo. Mire su rostro para ver si abría los ojos o boca, algo. Nada. Algo en mí dice que va a despertar pronto.

Pronto va a despertar. Si.

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Decidí ir a la casa esa misma noche, tenía que sacarmelo de encima lo antes posible. Está vez decidí ir con algo para defenderme, lleve un bate de béisbol. Estaba en la puerta trasera, borraba cada imagen que tenía en mí mente sobre Roberto.

Silencio. Abrí la puerta y todo seguía en su lugar por lo que estaba viendo. Entre a la habitación y las sábanas estaban desacomodadas. Me di cuenta que me olvidé de un detallito, no mire debajo de la cama.

Mire debajo de la cama, alumbrando con el celular y dejando el bate a un costado. En la esquina había una billetera, ropa, en otro lado había condones usados y dildos. Que asco. Agarre la billetera, como sospechaba, tenía el documento de Antonio. Tenía rostro familiar a Tobías.

Ambos eran pelirrojos ondulado ¿Ojos marrones? No lograba ver bien. Mandíbula definida. Antonio tenía pecas en comparación a Tobías. Era un Dios griego para las personas.

Solo tenía el documento, las tarjetas de débito y el dinero en efectivo fueron robadas por Beatriz.

Escuché el ruido de un auto.

Agarre la ropa, también estaba limpia ¿Será de Antonio o de otra víctima? En estos meses, asesino a 4 personas por lo que sé. Se me vino la imagen de alguien en el baño con la misma posición de Roberto. Me dieron náuseas. (Por cierto, limpie el vómito que deje en el baño)

Ilumine la billetera y tenía los detalles: A.P. en la esquina. Me lo guarde en el bolsillo de mí pantalón.

—Me encontré una linda cucaracha— comencé a temblar al reconocer la voz, mí corazón comenzó a acelerar de la ansiedad. Escuché como patea el bate y la pistola de cuando le quitan el seguro. Preparado para disparar— nada más, vas a moverte cuando yo te diga, Mangel. Ahora date la vuelta, lento.

Me moví lo más lento posible, tenía la respiración agitada de los nervios, de la ansiedad. Me levanté despacio y voltee a verla. No pude evitar levantar las manos al sentir el contacto con el arma.

—No te asustes, mí amor. No te voy a matar, al menos por ahora no— su mano toco mí mejilla, sacando la primera lágrima. Estaba llorando.

¿Cómo no la escuché?

—Te pido por favor— mí voz se quebró pero aclare la garganta— te pido por favor que no hagas daño a mis amigos— y que no me hagas hacer algo raro, pensé.

—Mangel, esto es solo el comienzo. Nadie sabe lo que le espera a tus lindos amiguitos, yo que tú, tendría cuidado con Rubius. Quién sabe lo que le puede estar pasando ahora. Y tú— sonrió, mostrando los dientes— tú eres mí objetivo principal para todo esto.

Me golpeó, dos veces con el arma en la cabeza y quedé inconsciente, cayendo al suelo.