T I E M P O ✨️

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El ambiente estaba tenso, el rubio manejaba mientras su mente pensaba en la resiente rencilla, aunque no fuera él involucrado directamente, aún así tenía un sabor amargo en su boca debido a lo acontecido.

Por el retrovisor logro ver como ella tenía la mirada perdida en algún lugar de la carretera, el cielo se había tornado en un azul oscuro brillante, mientras las pequeñas gotas de la anterior lluvia recorrian una línea a través del vidrio.

Regreso la mirada al frente para evitar un incidente, suspiró con algo de pesar, era extraña toda la situación, ya que él jamás se vería afectado con una situación parecida respecto a su familia.

La rubia por primera vez en todo el camino miró al frente, sus ojeras aún se marcaban con gran intensidad bajo sus ojos, ese tono rosa convinado con un lila pálido, él la conocía tan bien que sabía que esa era una clara señal de que estaba aguantando el llanto.

Sentía las enormes ganas de comenzar la charla y hacerla salir de su mundo, pero algo que había aprendido en este tiempo que estaba con ella era que no debía sacarla así como si de su mente, ella debía iniciar la conversación después de una pelea muy fuerte, de lo contrario se sentiría atacada y fuera de su zona de confort así que era mejor esperar.

-Gracias...-. En tono anemico y casi en un susurro hablo, él se exaltó levemente debido al cambio radical de aquel silencio, asintió como respuesta sin saber realmente a que respondía.

-¿Ya estas mejor?-. Intento sonreír, más haciendo una mueca torcida en el vago intento.

-No...si...no se-. Se notaba conflictiva, no sabía cómo actuar después de aquella situación.

Comenzó a desacelerar el auto hasta que se estacionó a un lado de la carretera, debajo de dos árboles que aun goteaba pero que la luz los dejaba ver perfectamente uno al otro.

Ella miraba sus piernas para evitar hacer contacto directo con él rubio, Len palpo su mano con el torso de la mano de Rin, esta se estremeció por el tacto tan repentino, pero a comparación de las palabras, el contacto físico lograba que se relajara.

-¿Quieres hablar?-. Se desabrocho su cinturón y la miro de reojo, era muy precavido respecto a como dirigirse a ella, lo menos que quería era hacerla sentir vulnerable y sensible, tenía tantas ideas de como sacarla de ese estado, pero había hecho una lista mental de las reglas y maneras en las cuales dirigirse a ella.

-¿Servirá de algo?-. Aún se mantenía en su caparazón, pese a conocer a ese rubio más de tres años, aún así era algo cerrada con sus sentimientos, más que nada porque así le enseñaron y obligaron a ser desde que era niña.

Él sintió un pequeño golpe en su pecho, después de estar con ella y conocerse más a fondo, sabía que la infancia de ambos fue muy diferente, para ambos fue difícil, si, pero Len consideraba, por mucho, más difícil la vida de ella.

Su dedo pulgar comenzó a acariciar levemente la mano de ella, esta solto un suspiro que había retenido después de salir de esa casa.

-A mi me funciona...-. Sonrió para reconfortarla, ella lo miró directamente, las gotas saladas estaban comenzando a asomarse, su respiración se volvió más rápida, él quería abrazarla, pero cuando ella retiro su mano del agarre de él, y limpio con ambas manos sus lágrimas para evitar que cayeran, comprendio que aún no estaba lista.

-Lo sé...pero tu y yo no somos iguales, Len-. Solto con cierto pesar y dolor en su pecho, porque si, no eran iguales, Len preferiría mil veces haber vivido lo que ella para que Rin no sufriera, pero su realidad era otra.

Volvieron a quedar en un silencio, no era incómodo ni un silencio tortuoso, era reconfortante, para ella el ser escuchada era raro, muy raro, ser atendida cuando algo realmente le dolía era extraño, ser el centro de atención de alguien al principio fue incómodo, pero conforme fue conociendo a Len, comprendio que a él lo habían educado de esa manera, ambos se fueron amoldeando uno al otro.

~ONE-SHORT~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora