Capítulo 20

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Si alguien se detenía a pensar, las palabras de Fernanda eran ciertas. No podían.

Ella se iría a Estados Unidos, y Alejandro se quedaría en México. Y manetener un amor a distancia no es fácil.

Pero... si había alguna forma de que ella pudiera quedarse en México... ¿lo haría?

Yo me voy a ir de aquí, y tú te vas a quedar, Alejandro — los ojos de la española comenzaban a humedecerse.

Por primera vez desde que se conocieron, Fernanda le habló de "tú" a Alejandro. Y eso para él se sentía bien. Pero no era el momento.

Pero si hay una forma de-

— No — dijo firme —. Yo no quiero enamorarme — una lágrima se deslizó por su mejilla.

No todos somos iguales, Fernanda — las palabras de Alejandro eran ciertas, y las dijo con un tono serio —. Hay hombres que si saben valorar y no serían capaces de hacerte ese daño.

— Nadie me garantiza eso — el semblante de Gallardo se entristeció.

— ¿Qué tengo que hacer para hacerte entender... — la tomó del mentón para hacerla mirarlo a los ojos — que me gustas, chula?

El corazón de la muchacha dio un vuelco, y sin que le diera tiempo a reaccionar, sintió los labios del coronel juntarse con los suyos en un suave beso.

Abrió los ojos como platos al sentirlos, y más al sentir que ese beso era verdadero, no uno para disimular.

Tras unos segundos, se vio a sí misma correspondiendo al beso poco a poco con cuidado, envolviendo las manos alrededor del cuello de Alejandro. Vargas sonrió sutilmente en medio del beso.

Cuando se separaron, Pantera lo miró a los ojos con tristeza. Una tristeza que preocupaba a Alejandro.

Sabes que no podemos hacer esto — musitó la española.

Lo sé — susurró despacio el coronel antes de volver a besarla.

Ella correspondió unos segundos antes de apartarse, con un pesar que no quería admitir.

Será mejor que me vaya — dijo.

Alejandro no dijo nada, sólo bajó la mirada y suspiró. Era el deber de Fernanda irse, y él no podía hacer nada.

A lo mejor se ilusionó mucho con la teniente española de ojos negros.

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— Vas a caer por todo lo que hiciste — le habló Soap a Valeria.

— No importa lo que hice, importa lo que puedan probar — dijo tranquila la mexicana.

Rodolfo cerró la puerta del auto en el que se encontraba Valeria para luego mirar a los de la 1-4-1.

— Váyanse, tienen trabajo.

Soap le dio un amistoso apretón de manos a Alejandro.

— Sigue luchando por la causa, hermano — le dijo el escocés a Vargas.

— Hasta el final mi hermano.

Fernanda se acercó una última vez a Alejandro, mirándolo a los ojos por unos segundos antes de extenderle la mano para un apretón.

El hombre miró por unos segundos la mano de Gallardo antes de mirarla a ella a los ojos, y para cuando ella pensaba que fue rechazada, Alejandro la tomó de la mano y la jaló hacia él, plantándole un beso.

La novia del coronel 『Alejandro Vargas』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora