Se acercaban aquel avión, ambas sentadas esperando a que llamarán, era un silencio tranquilo, la pequeña jugando con su peluche y Lucia teniendo una mirada un tanto baja.
Aquella niña pequeña aprovecho aquella pequeña distracción de su abuela, levantándose para seguir jugando con más movimientos con su peluche, vagando por aquel aeropuerto.
Mirando suavemente a su alrededor. Los minutos pasaban, poco a poco la pequeña se estreso, había perdido a su abuela su única ubicación de este lugar.Tenía una mirada baja, quien rápidamente se levantó a ver algo, extrañamente nuevo.
— Mira Titti un hombre calvo.— exclamó suavemente ______ llamando al nombre de su peluche mientras señalaba a aquel hombre de lentes oscuros con una mirada sería.
Rápidamente se acercó al señor con curiosidad por su calva brillante.
— Oiga señor.— llamo la pequeña atrayendo la atención de aquel — ¿Por qué es calvo?— pregunto.
Aquel tipo, simplemente río por la pregunta curiosidad de la pequeña.
No podía ofenderse, estaba un poco acostumbrado a que le preguntarán eso. O al menos niños.De un momento a otro aquel señor y la pequeña hablaban ¿De qué? De por qué era calvo.
La pequeña ya no se sentía sola, tenía entre comillas un nuevo amigo, un amigo alto, y sobre todo, calvo. Ya no estaba triste ni abrumada.
— Tengo un problema que debilita mi cuerpo, en especial mi cerebro, por eso tuvieron que raparme.— respondió aquella pregunta de hace cinco minutos hablando más a detalle de lo que tenía.
— ¿Usted se lava la calva?— cuestionó suavemente la pequeña mientras señalaba su cabecita en una referencia — ¡Oh! Señor, yo tengo un amigo calvo.— declaró la pequeña mientras hacia un gesto con sus manos haciendo reír al adulto.
— ¿En serio? Cómo se llama.— pregunto entre una ligera risa.
— No sé, tiene cara de pato, pero mi papá dice que es calvo.— explico la pequeña haciendo reír de nuevo aquel señor.
— ¡______!— exclamó alguien casi casi gritando su nombre — ¿¡Dios mío donde estás!?—
Aquella atendió al llamado observando a su abuela desesperada para después no tomarle importancia lo que menos queria era ver a su abuela, iba a seguir con su gran platica sobre calvos cuando aquel señor entendió.
— Disculpe, ¿Es suya?— pregunto aquel señor mientras hacia señas hasta que ella acudió.
— Muchas gracias, _-____ ya tenemos que irnos, gracias de nuevo joven.— agradeció nerviosa Lucia mientras tomaba algo a la fuerza a la pequeña.
— No, no me quiero ir.— se quejo la pequeña mientras se aferraba a la silla de metal.
— No estoy para juegos, vení.— ordenó mientras rasgaba su mano con fuerza del agarre.
Era un camino rápido para aquella señora, se notaba nerviosa incluso tensa. Siguió su camino hasta llegar, tomando sus cosas junto con la pequeña para acelerar el paso.
Mientras, ______ miraba a su alrededor confundida por la rapidez de su abuela, camino con ella rápidamente. Tenía una mirada triste, no quería irse y no quería ir a dónde aquella señora la llevaba, en esos últimos momentos de camino, lo último que se pregunto fue donde estaba su padre. ¿La vendría a rescatar?Minutos pasaron subiendo al avión, ambas estaban en sus asientos, aquella señora tratando de mantener escondida a la pequeña teniéndola con una pequeña sabana en su cuerpo de pies a cabeza.
Era un silencio quien abordo todo el avión, habían pasado más de quince minutos y simplemente no despegaban. De un momento a otro la sangre de aquella señora se heló al ver aún oficial entrar con dos guardias que parecían ser del aeropuerto.
— Buenos días, mi nombre es Carlos Zaragoza, venimos por un supuesto secuestro de una menor.— decía aquel oficial mientras caminaba alrededor junto con unos guardias quienes iban a otros asientos — Será una sencilla revisión.— afirmó.
Era un momento de tensión para la señora pero no para la pequeña.
Cada vez se tensaba más la cosa al ver a los guardias acercarse.[…]
Aquel chico esperaba afuera del avión tenso mientras caminaba de un lado a otro reflejando su estrés por no saber lo que pasaría.
— Voy a entrar.— dijo de repente el rulado entregándole su celular a su hermana para tener más movilidad.
Al entrar rápidamente noto aquella señora señora, sin pensarlo se acercó bruscamente mirándola casi fulminandola con la mirada.
— Maldita vieja...— murmuró quitándole un sombrero quien tenía puesto.
— ¡Oiga!— exclamó la señora mientras le arrebataba lo que tenía.
Sin pensarlo fue hacia la pequeña con aún la sabana puesta, tomo a la pequeña sobresaltandola levemente.
— ¡Hey! ¡Eso no es tuyo!— declaró la señora mientras tomaba una patita de la pequeña jalándola con fuerza.
Rápidamente aquellos señores llegaron acudiendo, ayudando a Spreen.
Lentamente el alboroto se hacía con la señora tajante de que no era su hija, que solo era alguien tratando de arrebatarle a su nieta.
— Ya cállese señora.— pidió un oficial frustrado por lo tajante que era la señora.
Por suerte, la pequeña ya estaba en buenas manos... Algo torpes pero buenas.
Estaba ya más tranquila con su alrededor, no estaba tan tensa como lo estaba antes, estaba con su padre.— ¿Por qué no viniste por mi...?— pregunto la pequeña con la cabeza baja mientras abrazaba a su peluche.
Aquel rulado miró a su pequeña en su regazo mientras buscaba alguna respuesta, no quería decirle que la secuestraron o la querían para algo más que solo una nieta de la abuela.
Se quedó mirando a su pequeña observando sus ojitos, se sentía la tristeza por su parte, un suspiro pesado salió de él antes de decir.
— Lo siento...— murmuró — No te encontraba solamente.— respondió, algo simple pero afirmando sus palabras del perdón de otra manera.
Lentamente ______ se acurrucó en el pecho de su padre, el sonido de los carros de la policía aún era notable. Mientras la pequeña estaba siendo poco a poco envolvida en los brazos de su padre, un abrazo suave al tacto, pero expresando aquella frustración y dolor que sintió al tenerla lejos.
Poco a poco el sentimiento de culpa por no encontrarla se desvaneció, no sentía el mismo sentimiento, sentía paz... En verdad extrañaba esa emoción...
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✓// 𝐒𝐏ᛁ 𝘚𝘐𝘕𝘎𝘓𝘌 𝘍𝘈𝘛𝘏𝘌𝘙
ContoSpreen es un padre soltero, pues su esposa murió en el parto, en una dicha de lograr salir de aquel abismo en el cual se encontraba un rayito de sol apareció en un tormenta ______ una bebé de 2 años quien solo se la pasa pidiendo galletas y jugando...