Mateo
El día jueves por la noche me llegó la invitación de la boda de Angie, sentí mucha impotencia, muchas ganas de llorar y de romper todo pero simplemente tomé la invitación y la dejé en un cajón. No sabía si era capaz de asistir, pero la invitación la había enviado Bastian, no sería extraño que no asistiera pero no quería demostrarle que la situación me ponía mal.
Busqué mi teléfono y enseguida llamé a Camilo, a los pocos segundos contestó.
— Eh amigo ¿Que pasa? estaba por dormirme. — Murmuró con la voz algo ronca.
— Perdón, necesito hablar, estoy mal de verdad.
— Dame cinco minutos y voy para allá.
— Gracias, te espero.
Corté y enseguida sentí cómo las lágrimas comenzaban a salir, no lo podía controlar. Es tan extraño sentir que perdiste algo que nunca tuviste, sentir que perdiste a una persona que nunca fué tuya. Es un dolor tan profundo qué ni siquiera puedo explicarlo.
Sentía que Angie había jugado conmigo, esa noche en la que se presentó en mi departamento y se fué antes de que yo despertara, sentí que me utilizó para aliviar sus pensamientos. Me dejé llevar, ingenuamente creí que ella cambiaría de decisión, qué no se casaría y que me diría por la mañana que se quedaba conmigo y con Charlotte. Eso no pasó, claramente no pasó.
Cuándo Camilo llegó enseguida me sentí un poco mejor, necesitaba compañía. Mi familia se había mudado a España por unos meses debido al trabajo de la novia de mi papá y me sentía tan solo aquí, sentía tantas ganas de irme con ellos pero tenía a mi hija aquí y no pensaba volver a marcharme.
— No puedo creer que te haya invitado, lo hace con toda la intención. Ese tipo es horrible. — Hablaba Camilo mientras yo buscaba algo para comer en la despensa.
— No es un tipo horrible, se porta bien con Charlotte y con Angie, sólo quiere demostrar que es él a quién Angie eligió para su vida. Lo entiendo pero duele. — Hablé tomando un paquete de papitas que había escondido de Charlotte.
Le ofrecí a Camilo y enseguida nos sentamos en el sofá.
— Mateo ¿De verdad vas a dejar de luchar por ella? No lo intentaste de verdad.
— Lo intenté, intenté buscarla luego de lo qué pasó pero ella hizo cómo si nunca hubiera pasado nada, otra vez.
— ¿Otra vez? Ustedes...
— Fué cuándo estaba embarazada de Charlotte, no ha pasado nada entre nosotros aparte de lo que te conté.
Camilo asintió, pensativo. Sabía que quería decirme algo pero no podía hacerlo, pero no entendía por qué.
— ¿Crees qué Angie sea feliz con él? — Habló quitándome la bolsa de papitas.
— No lo sé, espero que sí.
— ¿Qué pasa si ella no se casa? ¿Que harías?
Me levanté para estirarme, el estrés y los nervios iban a terminar matandome.
— No quiero pensar en eso, ella está enamorada y...
— No, no está enamorada. Está confundida, no sabe a cuál de los dos quiere más. Cree que debe quedarse con él por todo el tiempo que estuvo con ella y Charlotte, por todo lo que han pasado juntos, cree que lo ama pero si realmente lo hiciera no hubiera venido esa noche a verte ni hubiera sucedido esa conversación afuera de tu departamento. Ella no sabe lo que siente Mateo, apenas está descubriendo todo lo que siente por ti y está tan confundida que no sabe qué hacer, pero se va a casar.
Me senté enseguida, totalmente agotado. Sabía que Camilo tenía razón, era una persona sincera y conocía lo suficientemente bien a Angie para saber todo eso.
— Vamos a jugar un rato, hace tiempo no jugamos un partido de FIFA.
Camilo se rió y me lanzó un cojín en la cabeza, enseguida se lo devolví y comenzamos a reír.
Angie
Miraba a Charlotte dormir, había quedado agotada luego de jugar por tanto tiempo el el jardín. Apenas pude bañarla por qué luego cayó profundamente dormida.
Charlotte era la prueba de la pasión y la atracción que sentí por Mateo ese día en el que lo ví en el boliche, ella era la prueba de que una vez había cambiado mi vida para siempre. Tuve que superar tantas cosas, vivir tantas emociones juntas. Estuve a punto de explotar muchas veces, pero nunca lo hice por qué es esa personita, esa pequeña rubia que duerme en su cama la razón por la que soy cada día más fuerte.
Cuándo comencé mi relación con Bastian, sólo me deje guiar por la idea de que ella creciera con un padre, de convertirnos en una familia. De a poco los sentimientos, el cariño, se fueron dando entre nosotros. Sé que él lo sabe, sé que siempre estuvo enterado de mis verdaderas intenciones pero también sé que con él tiempo se dió cuenta que realmente lo quería y el comenzó a enamorarse de mi pequeña familia, entró a mi vida y me demostró tanto compromiso, tanta responsabilidad que fué imposible decir qué no el día en el qué me pidió matrimonio.
Sentía que lo quería, sentía que lo amaba, sentía que quería pasar mi vida con él pero no se sentía correcto cada vez que Mateo aparecía. Si él no hubiera regresado nunca me hubiera dado cuenta de nada, nunca me hubiera confundido y nunca hubiera engañado a Bastian.
— ¿Qué haces? La tina está lista, vamos. — Susurró en mi oído tomándome de la cintura para guiarme hacia el baño.
— Enseguida voy, sólo quería asegurarme de que estuviera durmiendo bien, últimamente ha estado un poco congestionada. El médico me recomendó hacerle 2 puff está noche.
— ¿Por qué no me lo dijiste? Es importante, supongo que Mateo lo sabe.
— Sí, se lo dije en un mensaje y desde el primer día conversé con él acerca de su asma.
Bastian asintió, miró por unos segundos a Charlotte y está vez si deje qué me guiará a mi habitación.
— Sólo dos días y estaremos casados mi amor. — Habló feliz abrazándome por la espalda.
Enseguida sentí algo en mi estómago, estaba tan nerviosa, pero tenía que hacerlo.
Me dí vuelta y enseguida le dí un beso, ya no quería hablar. Él sonrió y se dejó guiar hasta el baño.
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Una Vez ; Un pequeño error [Trueno]
Teen FictionDónde Mateo y Angie aprenden a ser padres a temprana edad por un pequeño error.