ᴄᴀᴏs ᴅɪᴠɪɴᴏ

021: EL TORMENTO.

Meliodas lo había pensado por bastante tiempo, desde hace mucho tenía la misma idea rondando en su mente, quería venganza, necesitaba dejar de sentirse humillado. Quería abandonar la idea, pero al final simplemente lo acepto, acepto que solo era una estúpida ficha en el tablero de juego de la diosa la cual le "había salvado la vida", lo habían utilizado de la manera en que el tenia planeado hacer y lo odiaba, la odiaba a ella.

Al final el se había sincerado con ella, después de meses de estar juntos en aquella cueva finalmente había logrado confiar en alguien ajeno, así que no esperaba en absoluto que eso sería lo peor que pudo haber hecho, fielmente creía que ella también le tenía confianza y que todas sus palabras eran genuinas, para nada se esperaba que la realidad era que cuando interactuaban ella jugaba con él, lo manipulaba, que cada una de sus palabras y su encantadora actitud fueran un simple teatro que se había montado para hacer que su enemigo le revelara cualquier cosa, después de todo, un ser como el que ella aparentaba no existía, era estúpido pensar que genuinamente había alguien por ahí preocupándose por los demás, tratando de evitar conflictos, todos en esta tierra eran egoístas y ella no era la excepción, solamente sabía fingir muy bien.

El clan de los Demonios se encontraba atravesando grandes pérdidas, en las batallas era cada vez menos probable que ellos tuvieran ventaja o salieran victoriosos, el clan de las Diosas había logrado posicionarse con mucha ventaja sobre de ellos y nadie más que el conocía la verdadera razón.

—¿Me estas escuchando? —la voz de Zeldris hizo que dejara de divagar— Necesitamos volver a tener a ese maldito clan bajo el miedo. Inexplicablemente —miro a Meliodas atentamente— ellos consiguieron una incontable ventaja.

—¿Y que quieres que yo haga? — Meliodas se cruzó de brazos.

—Que arregles lo que destruiste.

—¿Qué estas insinuando?

—No soy idiota —Zeldris sostuvo la mirada a Meliodas— Justo después de que regresaras aquí el clan de las diosas se ha fortalecido ¿Qué fue lo que hiciste?

La ira en Meliodas era incontrolable.

—No te incumbe  —se cruzo de brazos formando una mueca— Pero juro que ese clan se va a arrepentir.

Con una sonrisa en el rostro Meliodas miraba con fascinación como la pequeña aldea que tanto admiraba a la patética diosa era destrozada por las tropas que lideraba.

—¡Buenos días! —esa voz hizo que su sonrisa se agrandara— ¡Querida aldea yo... —el quería jugar un rato con ella, quería devolverle el favor, descendió justo detrás de ___________— ¿Qué es lo que pasó?

Cuando vio que la peliblanco tenia intenciones de dejar el suelo decidió acercarse más.

—Querida _________ ¿Te gusta tu sorpresa?

Ver como ella se giro para mirarlo con cierto horror no tuvo precio.

—¿Por qué? —pudo notar su voz quebrandose— ¿Por qué hiciste esto?

—¿Por qué? —esas palabras lo hacían reír, a paso lento se acerco a _________— Simplemente quería devolver un poco de lo que hiciste por mí.

Su voz fría y actitud tenían a _________ horrorizada y confundida.

—¡Creí que eras de confiar! —grito ________ tratando de alejarse de el— ¡¿Qué paso con el Meliodas de la cueva?!

—Me traicionaste ¡Tu lo mataste! —___________ se preguntaba ¿A qué se refería el con eso?— Me abandonaste —el estaba peligrosamente cerca— Me utilizaste para beneficiar a tu raza ¡Me humillaste!