Bajo la luz de la luna, sentados uno al lado del otro al frente de la puerta de la taberna se encontraban Meliodas y __________.
—Dime algo Meliodas —___________ se giro un poco para mirarlo— ¿Por qué estas actuando raro?
—¿A que te refieres con eso?
—¿Qué ocurrió entre tu y Elizabeth? —su voz tembló un poco al formular la pregunta— ¿Es que ya no la amas? ¿Por qué me prestas más atención a mi que a ella? No creas que no me he dado cuenta, tienes a tu amor cerca pero aun así te molestas si soy muy unida a cualquiera de por aquí.
La sonrisa abandono el rostro de Meliodas siendo reemplazada por una expresión seria, estaba tenso, tenia tanto que se había guardado por mucho tiempo que decirlo a estas alturas no era fácil, pero sabía que era necesario.
Dejo su lugar al lado de la albina confundiéndola.
—No ha ocurrido nada entre Elizabeth y yo.
—¿De que hablas? —__________ no se levantó, simplemente se mantuvo observando sus acciones— Al principio cuando los encontré tu y ella estaban bastante unidos, era como la primera vez —ella no pudo evitar sonreír con nostalgia al recordar— Detonaban amor por todos lados, pero luego...
—Luego llegaste tú —le arrebato la palabra— Al principio decidí jugar tu juego, estaba convencido de que al final, después de todos estos años la amaba, era fácil engañarme mientras tu no fueras tu —confusa __________ trataba de analizar las palabras— Las cosas se complicaron cuando tu rostro no salía de mi mente una vez más.
—Meliodas yo...
Dejo de darle la espalda para poder mirarla, contemplando su bello rostro siendo iluminado por la blanca luz de la luna.
—Creo que después de todo no amo a Elizabeth —le sonrió un tanto dolido— Hace tres mil años firme mi condena, pero te prometo que la voy a romper.
—¿Puedes dejar de jugar? —_________ no podía creer en absoluto las palabras de Meliodas, sin duda debía de tratarse de una broma de un muy mal gusto— ¿En serio piensas que voy a creer que no amas a Elizabeth? Se aman desde hace mucho tiempo, desafiaron el orden que se tenía por ello.
—No estoy jugando —decidió regresar a su lugar al lado de ____________, ese que nunca debió dejar ir— Mi "amor" por Elizabeth comenzó siendo un simple error, uno que debí contener, pero no hice —con firmeza tomo las manos de la albina frente a el— Era nuevo en un área desconocida, tenia miedo, te cause daño a tal grado de que me temías y odiabas, mi única manera de verte era a través de ella, creí que si me alejaba de ella tú te alejaras de mí, tenia miedo a perderte por segunda vez.
_____________ no sabía si molestarse con el rubio por usar a su hermana o estar feliz por saber que todos esos momentos que habían vivido antes de que Elizabeth y el se conocieran realmente eran verdad y no solo una estrategia para tener ventaja dentro de la horrible guerra, su mente y corazón en cierta manera de encontraban en paz.
—¿Realmente alguna vez llegaste a amarla?
—Con el tiempo aprendí a hacerlo.
—¿La amas en este momento?
—No tengo una respuesta para eso aún.
Un tanto nerviosa y esperando que el reaccionara de la peor manera __________ se animo a acercarse a la barra tomando lugar al en al frente de esta mirando atentamente a Meliodas quien se encontraba limpiando los tarros.
—¿Ocurre algo?
Él no le quito la mirada a su trabajo.
—Creo que tengo una manera de ayudarte a buscar las respuestas que necesitas —coloco el pequeño frasco de vidrio frente a ella sobre la barra— Es solo una sugerencia —comenzaba a arrepentirse de lo que estaba haciendo, días antes había intentado dejar su experimento de lado, pero Merlín tras escuchar la historia la había convencido de continuar— No tienes que...
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ᴄᴀᴏs ᴅɪᴠɪɴᴏ
FanficCreí que mi historia había terminado cuando mi alma quedó atrapada en un objeto, vagando con una falsa esperanza. Pero aquí estaba otra vez, era libre y estaba lista para continuar.