Jennie
—¿Mamá es una persona mala?
Casi me caí de la escalera, con la respiración atravesada en la garganta. En las dos semanas posteriores a su cumpleaños, Leo había pronunciado una o dos palabras como mucho, y había escogido precisamente la mañana del día de Nochebuena para soltar una pregunta como aquella. Esperé a recuperarme de la sorpresa para colgar otro adorno en nuestro árbol de Navidad. Entonces bajé despacio.
Mientras Lily se entretenía destrozando el espumillón plateado que había encontrado, Leo se había sentado entre las cajas de decoración navideña que había comprado, porque me preocupaba que las de Sana les trajesen recuerdos dolorosos.
Me senté junto al niño y lo miré. Estaba haciendo girar un adorno en el suelo mientras lo observaba con el ceño fruncido. Kuku había salido corriendo en cuanto Jungkook había dejado el árbol en el salón esa mañana y se negaba a acercarse a él.
—¿Quién te ha dicho eso?
No podía haberlo pensado por sí mismo. Era demasiado pequeño.
—Mami. —Su voz apenas fue un susurro, pero se me encogió el corazón al escucharlo. Seguía sin mirarme. Solo tenía ojos para el adorno.
—¿Y qué te dijo?
—Que mamá es mala. Que le hizo daño a Wonwoo y que eso la puso triste.
Me mordí el labio mientras trataba de pensar en qué decirle. Gané algo de tiempo quitándole a Lily un trozo de espumillón de la boca, cosa que la hizo berrear, pero estaba demasiado distraída para reaccionar. Al ver que no le prestaba atención, se quedó callada.
Leo alzó la vista y me miró a los ojos. Confiaba en mí lo suficiente para hacerme esa pregunta, que debía de haber cargado como una losa sobre sus pequeños hombros durante todos esos meses. Contarle la verdad no era una opción. Y, siendo honestos, tampoco sabía cómo responder de forma sincera. Lo único que sabía era que, después de todo por lo que había pasado, Leo merecía una infancia feliz. Las mentiras eran como una pendiente resbaladiza que terminaba por hacerte caer.
—Tu tío traicionó a tu madre. Huyó porque no quería que lo castigaran por el error que cometió. Eso le hizo mucho daño a tu mami. Después de que tu tío la abandonase, no era ella misma. Por eso no sabía lo que decía, Leo. Tu mamá hace todo lo posible para protegeros a Lily y a ti porque os quiere. Jamás os haría daño, ni a ti ni a tu hermana.
—¿No le hizo daño a mami?
—No —susurré.
Era tanto la verdad como una mentira. Una mentira que ayudaría a que la familia sanase. A veces mentimos para protegernos o para proteger a otros; otras, nos mentimos a nosotros mismos por la misma razón. La mentira de ese día tenía un poquito de todo.
—¿Y a ti?
—A mí tampoco.
Lily gateó hacia el árbol e hizo un amago de ponerse de pie sujetándose a una rama. Yo me levanté de un salto, la cogí y la llevé junto a Leo.
—¿La vigilas?
Él asintió y se la puso en el regazo. La abrazó contra su cuerpecito y ella pareció conformarse por el momento.
—¿Ves? —dije suavemente—. Tú quieres proteger a Lily, yo quiero protegeros a vosotros y vuestra mamá quiere protegernos a todos.
* * *
Cuando terminé con la decoración, los niños y yo nos dirigimos a mi sala de pintura. Tal como habíamos estado haciendo las dos últimas semanas, los niños cogieron sus pinceles, acuarelas y papel para entretenerse mientras yo acababa el cuadro que había empezado para Lisa. Casi estaba listo. No terminaba de gustarme la espuma de las olas ondulando en la playa. Tenían que parecer más vívidas. Quería que Lisa pudiera oler la brisa del mar y sentir el viento refrescante cuando lo mirara. Tenía una foto de ese mismo paisaje en nuestro dormitorio, pero esperaba que le gustase en versión cuadro.
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Dulce Tentación | Jenlisa G!P
RomanceLisa es una jefa de la mafia que domina con mano de hierro la ciudad de Filadelfia. Cuando su mujer muere y se queda al cuidado de sus dos hijos pequeños, Lisa necesita una nueva esposa que les haga de madre. La elegida es Jennie, una joven adorable...