Capítulo 18

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Lisa

En la actualidad 

Aparté la mirada de la chimenea muy despacio y miré a mi joven esposa. Estaba pálida y con los labios entreabiertos, horrorizada a causa de lo que le había contado.

—Cuando me casé con Sana, ella ya estaba enamorada de su medio hermano. Por aquel entonces yo no lo sabía; sus padres sí, pero habían decidido no divulgarlo. Tal vez ahora entiendas por qué me mostraba tan recelosa con Taehyung.

Jennie se tapó la boca con la mano y se quedó con los ojos clavados en el suelo, como si no pudiese mirarme a la cara. No podía culparla de ello. Aquello había afectado incluso a mi padre y a Jisoo.

—Dios mío...

Hice una mueca. Odiaba recordar, y aún más hablar de lo sucedido, pero lo peor había sido la expresión del rostro de Jennie al enterarse de la verdad.

—Después de casarnos, Sana me preguntó si su medio hermano podía ser uno de sus guardaespaldas. Yo accedí porque ella estaba triste por encontrarse lejos de su casa y pensé que eso la animaría. Quería que fuese feliz conmigo.

Jennie asintió sin levantar la cabeza.

—¿Y sus padres? Los mataste.

—Sí. Me traicionaron. Sus mentiras les costaron la vida a Sana y Wonwoo.

Contuvo la respiración, horrorizada. Jennie era una buena chica. Noble, amable, optimista, dispuesta a buscar luz en la oscuridad. Yo ya había arrastrado a una mujer al abismo y estaba desesperada por evitar que Jennie corriera su misma suerte.

—Sana prácticamente te pidió que los mataras en su carta de despedida.

—Me conocía.

A veces le contaba cosas del trabajo, cuando me sentía afectada o cuando me preguntaba, cosa que no sucedía a menudo.

Jennie sacudió la cabeza. Había dicho que nuestro matrimonio fracasaría si no le contaba la verdad, pero yo temía que precisamente esa verdad acabara con lo que estaba naciendo entre nosotras. Perder a Sana no me había dolido. En primer lugar, porque me había traicionado y, también, porque nunca la había amado. Perder a Jennie..., no sería capaz de superarlo. Apenas llevábamos tiempo juntas, pero, en las semanas que habían pasado desde la boda, ella había iluminado mis días más de lo que habría creído posible.

—Jamás le levanté la mano a Sana, ni siquiera entonces. No habría podido matarla. Decidas lo que decidas, no tienes que preocuparte por tu seguridad, Jennie. No te haré daño.








  Jennie 

No podía respirar. Escuchar a Lisa contarme lo sucedido con tanta sinceridad y tanta amargura me había perturbado profundamente. Eso era muchísimo peor de lo que había imaginado. La idea de encontrar a Lisa con otra mujer era desgarradora ya de por sí. ¿Cómo debía de haber sido para ella? Encontrarse a su mujer embarazada con el medio hermano de esta, un hombre en el que había confiado, y enterarse de que tal vez sus hijos no fueran suyos. Era demasiado horroroso para haberlo contemplado. Ni siquiera podía decir qué habría hecho yo en una situación como esa. Tal vez no habría matado a nadie, pero a mí no me habían adiestrado para sobrevivir en la mafia.

Lisa sonrió tristemente al verme la cara.

—Así es la mujer con la que te has casado, Jennie. Entendería que ahora me tengas miedo. No impediré que te traslades a otro dormitorio si es lo que quieres, pero comprende que debemos permanecer casadas por el bien de Lily y Leo. No pueden perderte a ti también.

Dulce Tentación | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora