Prólogo

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Lisa

Miré mis manos cubiertas de sangre y, después, el cuerpo sin vida de mi mujer. Cerré la puerta despacio, por si a Leo le daba por volver. No tenía por qué regresar a ver esto. Las rosas rojas que la asistenta había comprado para Sana como regalo de nuestro octavo aniversario estaban aplastadas junto al cuerpo sin vida. Rosas rojas, a juego con la sangre que manchaba las sábanas y su vestido blanco.

Cogí el móvil y llamé a mi padre.

—Lisa, ¿no habías reservado para cenar con Sana?

—Sana está muerta.

Se produjo un silencio.

—Repite eso.

—Sana está muerta.

—Lisa...

—Necesito que alguien venga a limpiar esto antes de que los niños lo vean. Mándame a un equipo de limpieza y avisa a Jackson.

Dulce Tentación | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora