Capitulo 22 - Desesperación

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POV NARRADOR

El aire soplaba vorazmente en el templo de El Coleccionista, como siempre, todo estaba en total silencio. Se sentía cierta tranquilidad en el ambiente, tal vez demasiada tranquilidad. El Coleccionista supervisaba que todo en la tierra estuviera marchando correctamente, pero había algo que no lo dejaba tranquilo: un presentimiento que no podía ignorar.

–¿Se encuentra bien, señor? –preguntó uno de sus tantos sirvientes al notar su comportamiento. El Coleccionista solo lo miró y suspiró.

Sí... –respondió, aunque era claro que mentía. Tal vez solo se trataba de una falsa alarma, pensaba para sí.

Pero lo que nadie sabía era que en cierto cuarto oscuro, en un rincón olvidado del templo, estaba sucediendo algo, algo que cambiaría todo por completo.

Hace tiempo, El Coleccionista había ordenado sellar el cuarto donde Belos estaba cautivo. Esto le había parecido una solución suficiente, ya que creía que nada de lo que hiciera Belos podría permitirle escapar del cristal donde lo había mantenido prisionero durante mil años.

Sin embargo, hoy se cumplía esa condena.

En el interior del oscuro cuarto, el cristal comenzaba a vibrar. Pequeñas fisuras aparecieron en su superficie, emitiendo un débil resplandor verde. El aire dentro de la cámara se cargó de una energía antigua y malévola, mientras el cristal crujía y se rompía lentamente.

Dentro del cristal, los ojos de Belos se abrieron con un brillo siniestro. Una sonrisa torcida se dibujó en su rostro mientras sentía el poder fluir de nuevo por su cuerpo. Los mil años de encarcelamiento habían alimentado su odio y su deseo de venganza. Ahora, la oportunidad de liberarse estaba finalmente al alcance.

Con un esfuerzo monumental, Belos levantó una mano y presionó contra la pared cristalina. El cristal se resquebrajó aún más, hasta que finalmente, con un estallido ensordecedor, se hizo añicos, liberando una ola de energía oscura que resonó por todo el templo.

Finalmente... –dijo mientras se veía a sí mismo. Una risa escalofriante salió de su boca. Apretó sus puños y, con un fuerte golpe, hizo una grieta en la pared donde había sido sellado. Los mil años encerrado lo habían debilitado, así que dio otro golpe para finalmente salir de ese cuarto.

El estruendo resonó en cada rincón del templo. Belos era libre.

El Coleccionista sintió el impacto del temblor y su mirada se oscureció aún más. Sus sirvientes, alarmados, comenzaron a correr en todas direcciones, tratando de comprender lo que estaba ocurriendo.

–Señor... –comenzó uno de ellos, pero El Coleccionista levantó una mano para silenciarlo.

Lo sé... –dijo con voz baja y grave–. Belos ha escapado.

El pánico se extendió rápidamente por el templo. El hombre peli-blanco sabía que debía actuar con rapidez. Su hermano, encerrado durante mil años, ahora estaba libre, y su poder y odio no tenían límites.

Belos, por su parte, avanzaba con paso firme, su sonrisa malévola más amplia que nunca. La oscuridad en sus ojos reflejaba su determinación y su ira.

Su silueta se hizo presente en la sala del trono, viéndose cara a cara después de tanto tiempo.

Hola... hermano... –dijo Belos, casi burlándose de su contrario. Algunos sirvientes corrieron hacia él dispuestos a atacar, pero aquel acto fue simplemente inútil, pues con tan solo una de sus manos los derrotó, desintegrándose en un instante.

Estás muy equivocado si piensas que te dejaré salir de aquí –dijo El Coleccionista con voz firme y desafiante.

Con un movimiento rápido, hizo aparecer una magnífica arma de brillo celestial: una lanza de luz pura, irradiando una energía cegadora que resonaba con el poder de las estrellas. La lanza flotaba en su mano, vibrando con una fuerza indomable.

Love&Death [Lumity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora