Estábamos completamente mudas, no sabíamos que decir en ese momento.
– ¿Y bien? – ella y yo nos miramos entre sí, ninguna de las dos teníamos intención de hablar. – muy bien, como ninguna quiere hablar... – se levantó de su trono y camino hacia nosotras, con cada paso que daba mi corazón se aceleraba cada vez más – tendré que hacerlo yo – el dio un aplauso y sentí como mi cuerpo se empezaba a volver cada vez más pesado, fue tanto que no soporte y caí boca abajo al suelo, es como si tuviese un elefante encima mío.
Cómo pude voltee mi cabeza hacia el costado, la diosa de la Muerte...o bueno...Luz, me mirada en completo shock. No sabe cómo reaccionar, y yo tampoco. El Coleccionista camino a mi alrededor a paso lento, no me quitaba la mirada de encima, fue cuando piso con fuerza mi espalda, A tal punto en que pude sentir como una de mis costillas se rompía. Esto provocó que un gemido de dolor se escapara de mis labios. Luz se acercó a nosotros casi de manera desesperada.
–¡¡s-señor Coleccionista yo...!! – no pudo terminar de hablar ya que El Coleccionista la interrumpió.
– ¿¡Te di permiso para que hablaras Noceda?! – se quedó callada – ¿Por qué rompiste las reglas Amity? – esta vez se dirigió a mí, aún tenía su pie en mi espalda, estaba haciendo presión lo que provocara que el dolor de mi costilla rota no me dejara formular palabras. –¡¡RESPONDE!! Puedo aplastarte en este momento si se me apetece – hizo más presión y pude sentir como algunos de mis órganos se estaban empezando a desgarrar, una bocanada de sangre sobresalió de mi boca, aquel ardor que sentía en mi pecho y garganta provocaron que las lágrimas se hicieran presentes.
–¡¡FUE MI CULPA!! – esta vez fue Luz quién hablo, al momento en que dijo eso, El Coleccionista apartó su pie de mi espalda y camino hacia ella en silencio –¡¡FUE MI CULPA, YO DEJE QUE PASARA!! – no mostraba signos de miedo ni de inseguridad –¡¡Ella no lo hizo con una mala intención!! ¡¡SI VA A CASTIGAR A ALGUIEN ESA SERE YO!! – nuestras miradas se cruzaron – Amity...no tiene la culpa de absolutamente nada – me sorprendí ante sus palabras...ella...me está defendiendo...y además...le está haciendo frente a El Coleccionista ¿por mí? mi corazón comenzó a palpitar de una forma que desconocía. Esta sensación es nueva... – se...se lo imploro– se arrodilló ante él y agachó su cabeza – no la culpe a ella... –
– ya eh oído demasiado– El Coleccionista se acercó otra vez a mí. – aunque suene tentadora tu propuesta Noceda, no puedes interceder por sus actos. No puedes ser castigada por algo que no hiciste–
–¡¡P-PERO...!! – se oía desesperada.
–¡¡SUFICIENTE!! ¡Es mi última palabra! – se agachó y tomo una puñada de mi cabello levantándome con brusquedad, solté un sollozo ya que aquel dolor que sentía en mi pecho se multiplicó, no lo entiendo ¿Por qué siento dolor? Se supone que ningún dios tenemos la capacidad de sentir dolor físico. – ¿Cuántos años tenía ese humano? – preguntó, me costaba mucho respirar...con las pocas fuerzas que me quedaban le respondí.
– t...tenía...ve-venti....cin-co– respondí como pude, tosí y algunas gotas de sangre sobresalieron de mi garganta, cayendo al suelo. Mi vista se estaba empezando a volver borrosa. Aun así, pude conectar mis ojos con los de Luz, su mirada transmitía muchos sentimientos a la vez, pero sobre todo culpa...me soltó de su agarre, al no tener fuerza en ninguna de mis extremidades, me golpeé la cabeza al momento de impactar contra el suelo.
– muy bien... – se alejó de mí y las mismas dos cosas que me habían traído ante él, agarraron mis brazos con fuerza, El Coleccionista chasqueo sus dedos y unas cadenas se instalaron en mi pecho, brazos y pies. – Amity Bligth, por haber intervenido con las decisiones humanas, la muerte y alterar el destino, te condeno a veinticinco mil latigazos. – ¿v-veinticinco...mil? la respiración se me fue en ese instante, comencé a entrar en pánico.
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Love&Death [Lumity]
Hayran KurguDonde hay luz...siempre habrá oscuridad... Pero incluso en la oscuridad puede haber luz. Y donde solo se ve la muerte...hay una pizca de amor... Luz Noceda y Amity Bligth, dos diosas completamente distintas, pero con corazones que le pertenecen a l...