Capítulo 31

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Capítulo dedicado a: Fer09_09

Hola, Ash.
Te deseo un feliz cumpleaños, recuerda que te quiero mucho aunque tu gusto en comida no sea muy bueno.
Te quiero mucho, y estoy muy feliz de haberte conocido y coincidir contigo, hermanita.

Atenea Altamirano

Jamás pensé encontrarme en un sitio como este. Pero ha pasado un mes desde que abandone a Alena y se me ha hecho imposible dormir, aún despierto desesperada por las noches, sola, en una cama en la que la busco siempre, incluso sabiendo que no está, que no estará, que la he perdido.

Y ahora estoy aquí, sentada en una silla muy cómoda, con mis uñas rasgando suavemente la tela, sin hacerle daño, incapaz de mantenerme quieta, haciéndole frente a todos mis errores y mis miedos, los que me han explotado en la cara y me han hecho ver que Alena no era la única de las dos que necesitaba ayuda profesional.

La puerta frente a mi se abre, la doctora Ruiz aparece, es una mujer de mediana edad, parece amable y serena.

—Atenea, ¿verdad? —pregunta observando su tableta, asiento.

—Sí, soy yo — respondo, estrechando su mano.

Ella me hace pasar, el despacho tiene una luz cálida capaz de lograr que cualquiera entre en calma de inmediato, la doctora Ruiz me invita a sentarme justo frente a ella.

—Bienvenido, Atenea. Cuéntame, ¿qué te trae por aquí hoy? — su tono es profesional, pacifico, casi envolvente, es directa y me mira fijamente a través de esos anteojos de cristal.

La culpa punza en mi pecho, tengo que tomar valentía con un respiro profundo antes de hablar, he venido a esto, por esto estoy aquí, no puedo retroceder ahora.

—Es por mi exnovia Alena, aunque si le soy un poco más clara, es por lo que le hice a Alena — mi voz tiembla, aceptar frente a otras personas que me he equivocado resulta muy difícil —. La abandoné sin decirle nada. Simplemente me fui, y ahora... ahora me doy cuenta de que fue un error.

La Dra. Ruiz asiente lentamente, tomando nota, no tiene expresiones, como si su profesión no se lo permitiera.

— ¿Puedes contarme un poco más sobre lo que sucedió?

—Nosotras hemos estado juntas desde siempre, ella ha sido el amor de mi vida y no es una exageración, no es mi amor intenso haciéndome hablar de esta manera. Es real, Alena ha sido mi único amor __ le cuento todo, desde los primeros años con Alena, nuestras discusiones, la primera vez que me fui y la abandoné, mi regreso, y mis motivos para abandonarla por segunda vez. — En un momento de confusión y miedo, decidí irme sin decirle nada, sin explicaciones. Solo empaqué mis cosas y desaparecí de su vida.

— Entiendo. Abandonar a alguien de esa manera debe ser difícil tanto para ti como para Alena. ¿Has intentado contactarla desde entonces?

Juego con mis dedos asintiendo lentamente.

Si lo he hecho. Lo hice una vez.

~•~

Aquel día era uno de los últimos de Alena trabajando como profesora en el colegio. Después de irme y de tomar una de las decisiones más estúpidas de mi vida, después de hablar con Mell y de que ella me dijera todo me arrepentí al instante.

Y estuve la noche entera tocando con fuerza la puerta de la hacienda, los peones me ignoraban, todos fingían no conocerme. Max estaba conmigo, acompañándome, viéndome rogarles que me abrieran la puerta.

Las tres "L" básicas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora