☆ʝɛʄɛ 2/2☆

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─ ¿Estás bien? ─ Le preguntó con su vocesita llena de sueño.

─ Sí, todo está bien. ─ Se sentó a su lado y acarició su mejilla. ─ Les expliqué lo que hice y por qué, todo está tranquilo. Solo tengo una duda.

─ ¿Cuál es, Bonito?

Harry sonrió ante esa nueva forma de llamarlo. Se levantó para quitar su bata, dejando a la vista su torso y esa falda larga. ─ Mi herida, ya no está. Y dicen que mi rostro ya no tiene heridas tampoco.

Louis tomó su mano, haciéndolo sentarse nuevamente. Lo miró como un pequeño niño nervioso. ─ Yo tengo que decirte algo, Harry. Lo supe hace poco, así que no te molestes conmigo, por favor.

Harry tomó su rostro con una sonrisa. ─ Nunca me molestaría contigo, cachorrito precioso.

Louis sonrió con una risita. Amaba cuando los ojos de Harry lo miraban así y lo llamaba así. ─ Mi... mira esto, con atención.

Gracias a la luz, Harry pudo mirar la pequeña mano de su cachorro ponerse sobre una herida de su brazo. El suave calor de su mano hacía presión, y se alejó con una suave caricia.

─ ¿Qué? ─ Pasó sus dedos, miró a su cachorro. Su pequeño cachorro que conoció desde que había nacido, ¿podía hacer esto? Nunca negaría que tenía algo especial, algo divino, pero no imaginaba que fuera así de fuerte.

Con sus ojos tiernos, Louis empezó a hablar, cada detalle desde que Gafe llevó el libro y lo sucedido después. Podía ver a su alfa totalmente concentrado en lo que le explicaba, su corazón se sentía feliz al ver en el rostro de Harry que le creía cada una de sus palabras. No sabía que hora era, pero el ambiente empezaba estar frío, ese frío de la madrugada.

─ Has pasado por mucho con esto, cachorro. ¿Cómo lo haces? ─ Tomó su mano. ─ ¿Cómo lo soportas?

Louis inclinó su rostro. ─ Pues... no he tenido que soportarlo. ¿Tú crees qué es difícil?

─ Bueno... . ─ Acarició su propia nuca admitiendo. ─ Para mí fue algo confuso y pesado ir sintiendo mi don, escuchar a la diosa que me dio su bendición con su don. Lo que haces es más que lo mío, así que imaginé que podría ser más difícil.

Louis asintió con una sonrisa. ─ Lo entiendo. Es solo confuso, porque no sé que más puedo hacer. ─ Se subió a la cama, caminando de rodillas tomando la mano de Harry. ─ Acuéstate, quiero curarte.

Sonrió cariñoso y se subió bien a la cama. ─ ¿Puedes hacerlo primero en la espalda, amor? Es que siento que me costará estar acostado por las heridas de la espalda.

─ Claro. ─ Louis asintió feliz, su colita esponjosa se hizo presente. Agitando su alegría de un lado a otro. ─ Tu espalda también se ve muy fuerte, Bonito.

─ Gracias, cachorro. ─ Le sonrió con la mitad de su rostro en la cama.

Con cuidado y con ambas manos, Louis las puso en cada herida, dándole los segundos necesarios para curar completamente. Sentía todo amor ir en esto, tenía la bendición de poder curar al hombre que amaba, ¿cómo no hacerlo con la mayor confianza y cariño? En este momento, amaba más el vivir.

─ Lou.

─ ¿Sí? ─ Le dió una rápida mirada y siguió con su espalda.

Los ojos de Harry lo observaron desde su dulce rostro hasta la punta de sus pies. Su pantalón dejaba salir su colita esponjosa, y su camisa cubría siempre ese espacio libre cuando no estaba presente su colita. Después de estos segundos, le preguntó tímidamente y ligeramente ahogado al estar con la mitad de su rostro en la cama.

─ ¿Puedo tocarla?

Con sus manitas en su fuerte espalda, lo miró. ─ ¿Qué cosa, Bonito?

Levantó un poco su mano. ─ Tu... umhh...

Louis miró ligeramente atrás y levantó su colita ondeando la punta. ─ ¿Mi rabito?

─ Sí. ─ Sonrió divertido ante esa palabra. ─ Tu rabito, ¿puedo tocarla?

─ Umh... sí, por supuesto Harry. ─ Le sonrió y cambio sus manitas a otras heridas.

Con suavidad, Harry llevó su mano a esa esponjosa colita, pasando primero sus dedos entre el pelaje, que era más suave de lo que había pensando. Con cuidado, la tomó con toda su mano y bajó lo posible, ya que sus brazos estaban extendidos.

La colita de Louis dio un ondeo, haciéndo que Harry lo soltara. ─¿Te lastimé? Perdóname, Cachorro.

─ No, no fue eso. ─ Le sonrió tiernamente. ─ Me da como un escalofrío, nunca la habías tocado y nadie lo ha hecho.

─ Eso es cierto. ─ Asintió con una sonrisa.

─ ¿Yo ahora puedo hacer algo?

─ Claro, cachorro.

─ Gracias. ─ Acarició su espalda, al estar curada. Se inclinó hasta tocar con sus labios, dejando un beso en medio de sus omóplatos. ─ Amo poder curarte, Harry.

─ Te lo agradezco, cachorro. Soy muy bendecido al tenerte.

Con una sonrisa, Louis se acostó y acarició la nariz de Harry. ─ Ahora hay que cambiar, voy a curar tu pecho, Bonito.

─ Sí. ─ Se dio la vuelta, quedando acostado boca arriba. Suspiró con una sonrisa y tomó la manita de Louis. ─ Te amo mucho. Nunca sentí esto, y estoy agradecido al sentirlo contigo.

─ Siempre me he sentido amado por ti, Harry. ─ Se inclinó juntando su nariz en la de su Alfa. ─ Pero es aún más hermoso que me ames en la misma forma en como yo lo hago.

Harry sonrió, la voz de Louis era segura, llena de paz y cariño, dulce como la miel, esa miel que disfrutaba entre sus labios. Acarició su cabello, metiendo sus dedos en ese suave y cabello. ─ ¿Por qué siempre quiero tenerte delante de mí y besarte, cachorro mío?

Una suave risita salió de Louis, la respiración de Harry se unía a la suya, creando un pequeño universo entre los dos. Podía sentir que esto era más que solo estar enamorado, era más de lo que podía expresar.

─ Primero déjame curarte, amor. ─ Sonrió y dejó un beso en su nariz. Nuevamente sus manitas se pusieron en cada herida, curando poco a poco.

Los minutos pasaron hasta que Harry quedó totalmente limpio de todas las heridas. Las horas que pasarían antes de ver el sol salir, serían las más especiales para los dos. Era la primera vez que dormirían en compañía de alguien, aún más importante al ser las personas que más se amaban en este castillo.

Louis durmió con una sonrisa, por primera vez escuchaba un descansa, cachorro, antes de dormir. Una voz y un aroma estaba a su lado, dándole un calor que ninguna manta le había dado antes.

Harry dormía con lo que más amaba entre sus brazos, agradeciendo poder tener el honor de conocer a su cachorro en sus horas de sueño. Escuchar su suave respiración y sus bajitos ronquidos, hacía a su corazón feliz, se sentía bien dormir con un suave peso en su pecho y unos suaves cabellitos acariciando su mandíbula.

Tu'ub ~𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒~ 𝐿𝒮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora