En mis Sueños

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Rei comenzó a tener sueños y visiones de un hombre del que no sabía porque de pronto aparecía en su mente, su imagen la había atormentado en sus sueños o mejor dicho pesadillas cuando era una niña de apenas 13 años; él fue la única persona que asesino.

Sabía que era su deber y en ese entonces ella no controlaba sus poderes del todo pues acababan de despertar; aun así se sintió intrigada cuando Jadeite apareció en sus sueños y visiones, pero sobre todo que ese Jadeite no era justamente el hombre malvado que ella recordaba; lo recordaba en sueños donde él le sonreía dulcemente, donde le entregaba hermosas flores blancas, lo recordaba tomando un mechón suelto de su cabello y acomodarlo detrás de su oreja, cabalgando mientras sentía su cuerpo frotando su espalda en cada galope y percibía su varonil aroma, bailando con ella, Jadeite besando su mano, Jadeite besando su mejilla, Jadeite besando su frente y Jadeite besando sus labios; unas veces tan dulce y casto, otras acalorada y apasionadamente.

Cualquier visión o sueño de él la incomodaba, cuando se hicieron frecuentes se dio cuenta que esos eran recuerdos de una vida pasada, no sabía porque aparecían ahora, el fuego nunca le mostro nada.

- Te ves fatal... no has dormido nada ¿cierto? – Le dijo Makoto mientras le pasaba un té verde desde el otro lado de la barra de su local.

- Es solo que el abuelo cada vez está más débil y yo me tengo que hacer cargo del templo casi en su mayoría

- ¿Por qué no contratas a alguien como auxiliar? No servirá de nada que te agotes y dejes solo el templo de cualquier modo

- Lo sé, pero no estamos bien económicamente para pagarle a alguien todavía

Makoto la miro alzando una ceja mientras bebía de su café – No sabía que la hija del respetable senador Hino podría pasar por problemas económicos – Dijo casi burlándose

- Sé lo que piensas pero no quiero nada de él, cualquier cosa que le pida me lo hará pagar con creces... sabes que desde que cumplí mi mayoría de edad dejo de depositarme.

- Tan poco era tan malo ir a la universidad Rei, él seguiría depositándote si hubieras elegido ir a la universidad

- No podía dejar solo al abuelo... Mako-chan, esta plática no me está ayudando.

- Está bien mira... prometo que iré a ayudarte los domingos que cierro temprano ¿vale?

- No podría pedirte eso, tu negocio apenas va dando frutos y seguro también estás agotada... solo intentaré pensar algo ¿Cuánto te debo?

- Sabes que la casa invita... Rei – Puso su mano en el hombro de la sacerdotisa - pedir ayuda no te hace débil y aunque eres una de las mujeres más fuertes e independiente que conozco, también eres la más obstinada... solo tienes 21 años, deberías dejar que te ayuden de vez en cuando

- Gracias Mako-chan – Respondió mientras se levantaba y salía del local que tenía algunos clientes

Makoto miro como Rei se retiraba del local mientras movía la cabeza en negación – terca- pensó para sus adentros. El sonido del teléfono la hizo volver en sí, tomo el teléfono y anoto el pedido.

- ¡Kyo! Ya llego el pedido del Sr. Akiyama... lo tendré listo en un momento, por favor ve a entregarlo en cuanto te lo entregue, la última vez se quejó que el café llego frio.

- No deberías llamarlo "Señor" a lo mucho será 4 o 5 años mayor que tú – Le dijo el mesero que también hacia de repartidor.

- Tú sabes que no lo conozco, además es un cliente y debo tratarlo con respeto... sobre todo porque es un cliente fiel, siempre pide todas las mañanas fielmente.

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