Cuando conocí a Guillermo Ochoa me sentí culpable por mis pensamientos, sabía que estaba casado y tenía un hijo pero dios, ojalá lo dejara todo para estar a mi lado porque yo lo haría sin duda alguna.
Cuando mis padres llegaron a México dejaron ver su descontento, no les agradaba Guillermo por ser una persona divorciada y que "arrastraba" a un hijo de su matrimonio anterior, por eso no vinieron al nacimiento de los mellizos y se que en el fondo no les gustaba cargar tanto a Mateo porque se parecía a Diego y Guillermo pero eran mis padres, no los veía hace mucho tiempo así que les di el gusto de mantenerme callado, lo hice cuando cambiaron ciertas cosas dejando a Diego de lado e hice que mi esposo también lo dejara pasar, aún recuerdo como al día siguiente en el restaurante después de la idiotez que solte sobre iniciar de cero los cuatro Guillermo pregunto;
"—¿De verdad consideras esa opción? Yo jamás dejaría a Diego en otro país, mejor dicho, ¿Estás seguro de que te agrada mi hijo?"
¡Claro que sí! Quería a Diego como un hijo propio pero hablé sin pensar, prometo que mi intención no era desplazarlo, solo quería tener a mis padres contentos pero una semana después vi que se originaba una discusión en la cocina cuando Diego salió de su cueva para servirse un par de fruta. Mamá le dijo que era de mala educación tomarse la libertad de hacer lo que quisiera en una casa que no es suya, ya llevaba varios comentarios así durante que llegaron aquí y Diego solo mostraba una sonrisa para irse a su cuarto con un susurro de perdón pero hoy no, tenía que poner un alto porque si no toda la relación y confianza que tenía con Diego se desmoronaria.
—Mamá está es su casa, aquí creció desde que nació, es más, el patio que está lleno de juegos fue porque Guille se lo construyó.
—Ya decía yo que era raro que tu esposo hiciera algo por los mellizos pero no hijo, cuando el empezó una relación tenía que dejar a su primer hijo como segundo plano.
—¿Por qué? Papá se hizo cargo de Sol aunque no fuera su hija.
—Porque su mamá estaba muerta pero el de Diego no, debería mudarse con el otro.
Ella era difícil, si pero jamás había hablado tan mal sobre un tema al punto de hacerme enfurecer, Diego se fue a su habitación y era mejor para todos porque a mí se me iba a descocer la boca.
—¡No puedo creer que vos estés comportandote así con el nene!
—Ya no es un nene Lionel, tiene 15, 16, que se yo.
—Aun así es el hijo de Guillermo y yo lo conozco desde que es un bebito, mira mamá, se que dije que también me molestaba su presencia pero es mentira ¡Todo es mentira! Yo lo quiero como a un hijo y no voy a dejar que vos lo pongas incómodo estando en su propia casa, cuando empecé a salir con Guille sabía que tenía un hijo y lo acepte con todo y niño, eso no va a cambiar jamás así que mostra un poco de respeto.
Bueno... Si que mostró respeto, al día siguiente decidió irse de vuelta para Argentina y en el aeropuerto le pidió perdón a Diego por su actitud, papá es orgulloso, el nada más le dio un par de billetes como a los mellizos, podía interpretarse a qué ya lo consideraba parte de mi familia.
Al llegar de nuevo a la casa era evidente que Diego era más distante con los dos, no como antes, no mostraba odio ni mucho menos, solo era callado, nunca le pedimos perdón por todas las groserías que le hicimos en nuestra boda y en todo momento tenía que hacerlo yo, Guille solo acepto para no tener discusiones. Estábamos solos en la cocina, yo preparaba la comida y el hacia la de los mellizos que era más ligera.
—Diego, quiero disculparme.
—No hace falta, yo hice cosas peores años atrás.
—Si pero tú eres un niño, yo ya soy un adulto que tenía que dejar de ser manipulado por su madre, perdón por haberte hecho a un lado en todo el día de la boda.
—Estabas nervioso, no fue a propósito Leo.
El aún pensaba que fue ignorado porque se les había olvidado ponerlo con todo el estrés de la boda pero fue a propósito, lo hice y me mantuve firme aunque en el brindis quería que el pasará, lo vi preparar su discurso con tanto entusiasmo que no pude, soy débil, me puse a llorar ahí mismo. Diego suele hacer bromas de que pensaba que solo era llorón cuando estaba embarazado pero soy una persona sensible desde que tengo memoria.
—Incluso si fue a propósito a mi no me importa, ya pasó, además para mí no era importarte dar una palabras enfrente de todos, yo quería que tú me escucharás sobre todo ¿Quieres ver mi discurso? —digo que si empezando a limpiar mis lágrimas.
"La verdad, pensé que nunca se casarían, es decir, papá es lento, muy lento para entender las cosas y saber en qué momento hacerlas pero hoy que estamos aquí quiero agradecer sobre todo a Leo, el estuvo para mí en momento donde ni siquiera podía aguantarme a mi mismo, ya teniendo a los mellizos me siguió tratando como a su hijo y es algo con lo que siempre estaré agradecido, gracias por estar siempre para mí y aunque no ha sido fácil lidiar conmigo quiero que sepas que siempre estaré para ti y papá Guille, gracias por soportar a mi papá, no muchos puede ja."
—Habian chistes malísimos así que seguro los iba a saltar.
Lo sostuve entre mis brazos, eran las palabras más bonitas que había escuchado. Se que para Diego no ha sido fácil mejorar su actitud pero desde que lo cambiaron de escuela había sido mejor para el, se le veía más feliz.
Guillermo apareció en escena poco después con una sonrisa.
—Yo también quiero disculparme-
—Con una Nintendo lo pensaré papi —dice Diego tocándose el pecho con dolor dramatizando.
—Ya vi tu plan mañoso, quieres dejarme en la quiebra ¿No es cierto?
—Tal vez.
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𝘗𝘢𝘥𝘳𝘦𝘴 𝘚𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘥𝘰𝘴 | Diego Laínez
FanfictionSus padres no sabían cómo explicarle a su pequeño Diego que ya no sentían amor el uno por el otro, cuando el menor se dio cuenta de su situación familiar Guillermo y Javier ya hablaban sobre la custodia, estaba con el corazón roto porque su familia...