Tu'ub ~𝑂𝑚𝑒𝑔𝑎𝑣𝑒𝑟𝑠𝑒~ 𝐿𝒮

☆ɢǟȶɨȶօֆ 1/3☆

─ ¿Seguro qué puedo salir?

─ Por supuesto, Lou. Nadie te va a lastimar, estoy contigo, ¿sí?

Con precaución, Louis salió de la habitación. Temía que Harry fuera a ser regañado por su culpa, no quería causar problemas en su primera y única mañana aquí.

─ Hay muchos olores, Harry. ─ Comentó bajito al tomar su mano.

─ ¿Quieres qué vayamos por un velo? ─ Lo miró inquieto. ─ Puedo ponerle mi aroma y lo sostenemos para que cubra tu naricita y así te sientas más cómodo, ¿mmh qué dices, cachorro?

─ No te preocupes, Harry. ─ Le sonrió. ─ Solo no me dejes, ¿sí?

Él se inclinó y tomó su rostro. ─ Nunca te dejaré, te lo prometo, ya no más.

Louis asintió, confiaba en su Alfa y sabía que era verdad. Todo lo que su Harry decía, era una manta que lo cubría con verdad y cariño.

─ Vamos a ir con Gafe, ¿está bien?

─ Sí Harry.

Después de un suspiro, Harry empezó a caminar de la mano de Louis. Claro que estaba nervioso, podía ser el hijo del rey, pero podría pensar que su padre no tendría consideración por eso o por ser el futuro rey de su Clan. A pesar de eso, no dejaría que el temor le hiciera negar esta acción tan natural entre Louis y él, tomarse de las manos era algo más que simplemente sujetarse.

En el camino en busca de Gafe, cada alfa con el que pasaban al lado, los miraba de una manera extraña y sorprendente, ya que el príncipe no tenía rastro de las heridas e iba con un omega. Las miradas para Harry eran algo nuevo, para Louis, algo de siempre.

─ Tal vez estén aquí. ─ Le avisó Harry, al llegar a una puerta.

Louis asintió.

Tocó la puerta y espero unos segundos, quería tocar otra vez, pero escucho unos pasos.

La puerta se abrió creando un suave ruido.
─ Príncipe, y cachorro del príncipe.

─ Hola Alab Óol. ─ Le saludó animado.

Harry preguntó confundido. ─ ¿Alab óol?

Gafe sonrió un poco al ver cómo se miraban, definitivamente estaban presentes esos pequeños celos de parte de Harry.

─ Uum yo le digo así. Está bien, ¿verdad?

─ Por supuesto, Cachorro. ─ Tomó suavemente su mandíbula y se acercó. ─ Siempre eres muy dulce, está bien.

Louis asintió con una sonrisa linda y sus ojitos brillantes.

─ Gafe. ─ Habló al soltar a Louis. ─ ¿Has visto a Jesfe?

─ Está aquí adentro. Lo he estado cuidando y hoy temprano le dí las hierbas inhibidoras.

Harry asintió entendiendo.

Gafe miró a Louis y después a Harry. ─ Al parecer lo que le sucedió ayer, fue bastante pesado para él y su celo se adelantó. Pero estará mejor en unas horas.

─ No pasa nada, dile que no se preocupe y que tome el tiempo necesario para que este mejor. Por favor, dile que no se preocupe más.

─ Así lo haré. ─ Gafe asintió, tomó la puerta para cerrar, siendo detenido por la mano de Harry.

─ No es solo eso por lo que vengo, Gafe. Tú no me viste llegar, pero te aseguro que no estaba así.

Gafe asintió seguro. ─ Lo sé. También entiendo a que se refiere. Le daré el libro si es lo que desea.

Él asintió, haciendo que Gafe fuera a buscarlo.

─ ¿Por qué alab óol, cachorro? ─ Le preguntó bajito.

─ Porque él me dio mucha confianza y esperanza hacia ti, él me ayudó mucho a entender lo que sentía por ti y me daba confianza para que no estuviera desanimado. Él me dijo lo de la flecha, ¿recuerdas?

─ Sí lo recuerdo. Está bien entonces, Cachorro. ─ Se inclinó y susurró detrás de su orejita. ─ ¿Y por qué yo no tengo un nombre especial?

Con una risita por sus labios, Louis lo miró y frunció un poco sus cejitas. ─ Pero te digo Bonito, ese es muy especial. Además, el que me gustaría decirte, aún no sé si puedo.

─ ¿Cuál es?

Jalando un poco su brazo, le hizo agacharse hasta poder susurrar en su oído. ─ Íicham.

Louis se alejó con una sonrisita nerviosa, dejando a Harry como un pequeño gatito erizado.

─ Este es el libro. Cada página es informativa, después llega la parte de su cachorro.

Harry lo hojeo dándole una mirada rápida a Gafe.
─ ¿Por qué lo dices de ese modo?

─ Llevo años confiando en los dioses. No puedo negar la existencia de uno, y delante de mí, hay uno.

─ Bien. ─ Asintió con un cosquilleo en sus mejillas. Sonaba tan seguro y Louis le había demostrado algo increíble ayer, no podía negarlo, pero era impresionante.

─ Gracias Gafe, nos vemos después.

─ Es un honor poder ayudarlo. ─ Hizo una reverencia.

─ Gracias.

─ Nos vemos, Alab Óol. ─ Louis sacudió animado su manita.

─ Nos vemos, cachorro del príncipe. ─ Sacudió su mano de la misma manera, haciéndolo reír. Cerró la puerta al verlos irse.

─ Siempre pensé que serías un cachorro divino, pero esto me supera.

Louis miró cada paso al lado. ─ Yo... soy el mismo, Harry. No soy diferente o superior a algo. ─ Lo miró ligeramente afligido. ─ Solo quiero ser tu cachorro, nada más.

Esa voz logró detener sus pasos. Llevaba años al lado de este pequeño omega y conocía perfectamente ese tono en su cachorro.

─ Lo eras y lo serás, mi amor. ─ Tomó su rostro, acariciando la esquina de sus ojitos. ─ Eres mi cachorro, siempre lo has sido. Nada malo te va a pasar si esto se llega a saber, y si pasa, no dejaré que te usen o quieran exprimir todo lo divino que eres. Yo te voy a proteger porque amo tu vida y te amo a ti. ¿Sí, cachorrito precioso?

Louis asintió seguro. Ver a Harry así, era una clara necesidad de querer besarlo. Su rostro cerca y su cabello acariciando su frente, mientras esos ojos sinceros lo miraban con amor.

─ Confío en ti, Harry. Siempre lo he hecho.

─ Eso me gusta. ─ Con una sonrisa tomó su espalda y lo cargó. ─ Me gusta como eres, Lou. Me gusta todo lo que eres.

─ Me gustas mucho también, toda tu fuerza y bondad, la amo. ─ Tomó su rostro, acariciando su mandíbula con sus deditos meñiques.

Con un deseo caminando por su cuerpo, Harry se giró para poner a Louis contra la pared.

Susurró cerca de sus labios. ─ Siempre precioso e irresistible.

Los bracitos de Louis subieron, uno detrás de la nuca y el otro más arriba, para meter sus deditos entre esos rizos. ─ ¿Quieres besarme?

Después de un suspiro asintió. ─ Mucho.

Sus labios fueron sorprendidos por el sonido de unos pasos, evitando que el beso llegará.

─ ¿Hijo?