Qué pasó... (V)

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con las alianzas de la final?

Todo empieza cuando Juanjo vuelve de vestuario en su último viernes en la academia. Camina por la academia ajustándose la banda con el micro mientras busca por todas partes. Lucas, negando con la cabeza, le indica que no está por la cocina ni el salón. No tiene ni que preguntar.

Con un puchero, sigue avanzando hasta la sala de ensayos. De un vistazo, comprueba que no está en ningún box, saluda a Paul y revisa el resto de salas.

Su última opción, por supuesto, es la clase de Abril. ¡Bingo! Sonríe al verlo tumbado sobre varios cojines, y entra con el poco cuidado que lo caracteriza.

—Hola, guapo.

—Hola... —Martin saluda, perezoso, y alza los brazos para que el mayor se las coja. Este le da el gusto, apretando sus manos cuando están entrelazadas—. ¿Qué tal ha ido? Has tardado mucho.

—Es que quería buscar algo que me sirviera para la balada, pero también por si luego tengo que bailar.

—Por si no —se queja, dándole un manotazo que no alcanza su destino—. Vas a tener que bailar porque vas a llegar al top 3.

Juanjo pone los ojos en blanco. Él le tiene más confianza que nadie, pero no es merecida. Cualquier persona con un poco de cabeza sabe cómo va a funcionar la final, y él no va a entrar en esas tres personas que repetirán su primera canción en OT.

—A lo que iba... —trata de reconducir la conversación. Le pone nervioso hablar de ello—, que al final lo he encontrado, pero dicen que tengo que ensayar el domingo desde el principio con la ropa puesta, para ver si me quito o no la chaqueta.

—Con "Miénteme" estabas cómodo con la chaqueta, ¿no?

—Sí, pero habrá que ver cómo me siento esta vez. —Se coloca con las piernas entre las de Martin. Aprovecha que está frente a él para volver a agarrar sus manos.

Es curioso cómo su cuerpo se ha acostumbrado al contacto, a que sus dedos se entrelacen con una facilidad pasmosa y no se haga raro. Es una familiaridad con la que nunca esperó sentirse cómodo, pero ahora no la dejaría ir nunca.

Martin lo devuelve a la realidad con un apretón de manos.

—¿Y cómo es?

—¿El qué?

El vasco se ríe de esa forma tan suya, medio silenciosa, medio estridente, pero solo para él.

—Estás embobado.

—Contigo. —Le sale automático. El brillo de los ojos de Martin aumenta un 50%—. Va, ¿qué decías?

—¿Qué cómo es tu outfit de la final?

—Pues la camisa de debajo es negra y transparente... —Se toca el pecho, como para ejemplificar—. Y luego llevo una chaqueta por encima súper negra también. Voy a lo clásico, pero más... el nuevo Juanjo.

—No me lo puedo creer... —Se rasca la frente, con una media sonrisa.

—¿Qué? —No contesta de inmediato, así que le da un golpecito en la cintura con una patada—. ¿Qué no te puedes creer?

—Juanjo, yo voy a llevar un traje blanco.

Abre la boca para preguntar, y entonces cae. Tiene que apretar los labios para no soltar una risita nerviosa. Están en directo. Podrían estar siendo grabados, o quizá esa conversación no se emita nunca. Pero la cuestión es que es irónico cómo va todo en su vida, encadenado, con sentido.

—No me lo puedo creer. —Menea la cabeza.

—¿Tú crees que lo han hecho a propósito? —Hace un gestito con la cabeza, refiriéndose a las de vestuario, que se encuentran unas plantas más abajo.

tú, yo y nuestras posibilidades - juantin /majosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora