Qué pasó... (XIV)

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con el primer te quiero?

podría haber sucedido de 1000 formas distintas, aquí una <3

Si tiene que poner en una lista lo bueno y lo malo de las últimas horas de su vida, le saldría un resultado positivo. Más que eso, en realidad, pero Martin tampoco quiere emocionarse.

Lo bueno: han hecho una muy buena actuación, han cruzado la pasarela con palabras preciosas de Carlos Rivera y Chenoa ha hecho que Juanjo lo describa, y no le ha petado una neurona en el proceso.

Lo único malo: a Juanjo ya no le queda ninguna duda de que fuera se les está viendo.

Apenas respiran en el autobús de vuelta a la academia. No es que haya sido tenso, y en realidad Juanjo lo ha resuelto todo fenomenal, pero cae sobre sus hombros el peso de lo que ya podía imaginarse el maño: la gente sabe que están juntos, que tienen algo, o que algo hay.

No se equivocan, pero siempre da un poco de vértigo ser conscientes desde la burbuja en la que viven. Cuatro semanas sin saber del mundo exterior, solo para adivinar qué piensan fuera por cuatro gritos cuando Juanjo lo ha definido.

En el último segundo, cuando el autobús ya está llegando a la academia, Martin agarra su mano, esperando ya cualquier reacción contraria al roce. Para su sorpresa y encanto, Juanjo aprieta la mano contraria y acaricia con el pulgar la palma de su mano.

Alzan la vista al mismo tiempo solo para poder sonreírse. El mayor asiente despacio, como contestando una pregunta que el otro no se atreve a formular.

Salen del autobús sin despegarse hasta que tienen que entrar a un sitio con cámaras, donde toman cierta distancia. Comentan la gala mientras comen algo para no irse nuestros de hambre a la cama. Hay cierta molestia por la nominación de Salma y Alex juntos, sus compañeros inseparables de la primera semana así que, pase lo que pase, la próxima será una gala dolorosa para uno de ellos.

Juanjo tira de Martin en cuanto las luces vuelven a apagarse. Se cambian con rapidez a la mínima ropa posible para dormir cómodos y juntos.

Al vasco se le cierran los ojos, pero responde con el entusiasmo conveniente los suaves besos que le dedica, una vez tumbados en su cama.

Juanjo se aleja unos centímetros para poder acariciar su mejilla. Se queda ahí, abstraído en la suavidad de su mejilla recién afeitada, con una media sonrisa de la que Martin se ve incapaz de escapar.

—Mira qué carita... y qué boquita... —Aprieta su boca por los lados para formarle una forma de pez.

Martin sonríe en cuanto le suelta. No puede no hacerlo cuando le trata así, cuando la ternura amenaza con desbordar su cuerpo.

—¿Te apetece hablar de la gala? —susurra, cuando han pasado unos buenos minutos en silencio, observándose mutuamente.

—Ha ido bien, ¿no? —Se muerde la sonrisa—. Nos han dicho cosas muy bonitas. Estoy contento.

—¿Sí? —Alza las cejas, y espera al asentimiento para suspirar—. Ya se va notando que...

—Sí, me he dado cuenta. —Juanjo devuelve el suspiro—. A Chenoa le ha faltado anunciarlo a los cuatro vientos.

—Estaría nerviosa —la defiende—. ¿Tú has estado bien? ¿De verdad?

—A ver, me he puesto un poco nervioso, pero eso me pasa siempre. Ya imaginaba por dónde tiraría todo el mundo desde que nos dieron la canción, no te preocupes por mí con eso.

—Vale, pero si te sientes mal o algo te agobia...

—Martin, tranquilo, te lo diré. —Lo mira directo a los ojos, dándole un punto extra. Con lo que le costaba hace no tanto tiempo, se cree más sus palabras cuando van acompañadas de ese gesto tan sencillo.

—Gracias —musita, y cierra los ojos para dejar que siga mimándolo.

Se mantienen en un silencio cómodo mientras el resto de los concursantes entran en la habitación y se meten en sus camas. Son conscientes de que alguno les ha deseado buenas noches, pero están tan pendientes del otro que no les importa. Ya tendrán todo el día para hablar con ellos y comentar más cosas sobre la gala o lo que el jurado ha dicho.

—Deberíamos empezar a dormir ya, Martin —susurra, cuando la habitación está en un casi silencio, solo movido por algún ronquido.

—Me parece bien. —Ni se molesta en abrir los ojos, no mientras sus dedos sigan rozando su mejilla como si fuera lo más delicado del mundo y no quisiera romperlo—. Buenas noches, te quiero.

La habitación ya estaba en silencio, sí, pero está seguro de que el frío polar que siente cuando termina de pronunciar esas palabras lo ha silenciado todo. Ni siquiera se le cuelan los ronquidos de Paul. Todo su cuerpo está en tensión y no sabe si atreverse a abrir los ojos o a utilizar los pulmones.

—Eh...

Mierda, está entrando en pánico. Con lo bien que han ido ahora que God only knows les ha hecho hablar más y expresar sus sentimientos. Y tanto que los expresan, que se le ha escapado algo que lleva en su cerebro, su estómago y su corazón desde la primera clase de Abril. No ha pasado ni una semana desde que puso nombre a sus sentimientos y ya la está cagando con él. Joder.

—Olvida que he dicho eso, por favor. Vamos a dormir de verdad —dice lo más rápido que puede.

Cruza los dedos para que no prefiera irse a su propia cama después de lo que acaba de pasar.

Pero Juanjo mueve la mano hasta su barbilla y se la estira hasta que Martin se ve obligado a abrir los ojos y mirarlo. El maño está serio, no sabe cómo tomarse eso.

—¿Y si no quiero irme a dormir? —Hace una pausa, pero, por primera vez, es el pequeño el que está sin palabras—. ¿Y si no quiero olvidarlo?

—Juanjo...

—No, esta vez déjame hablar. —Se muerde el labio—. Yo... nunca había sentido esto que siento contigo.

—Lo sé —asegura—. Me pasa lo mismo. Me encantas.

—Ahora ya no dices lo otro, ¿eh?

—No quiero asustarte.

Juanjo aparta la mirada y niega con la cabeza.

—A mí llevas tiempo sin asustarme.

—¿Eso qué significa?

—Que yo también te quiero. —Cierra los ojos con frustración al recordar la clase de Abril—. Perdón. Nada de también. Te quiero, aun con todo lo que tengo en la cabeza y todo lo que arrastro, nunca he querido a nadie como a ti.

Martin aprieta los labios para no pegar un chillido.

» Ahora me he pasado yo, ¿no?

El pequeño menea la cabeza y la estira lo suficiente para besar sus labios. Es un movimiento pequeño, casi como si te rozara una mariposa, pero ambos están atentos y son conscientes de cómo la mariposa se traslada a sus corazones y al centro del estómago.

—No te has pasado en absoluto —susurra, con ojos tan brillantes que podrían indicar que va a llorar—. Te quiero.

—Yo más —pronuncia sobre sus labios, devolviéndole el beso con una pequeña sonrisa.

—Entonces... —se separa el centímetro que necesita para poder mover la boca—, ¿está todo bien?

—Eres muy pesadico tú a veces, ¿eh? —Le pega un manotazo, pero se lo toma con deportividad—. Venga, vamos a dormir, que ha sido una noche de muchas emociones.

Y tanto que lo ha sido. Y más que lo será.


HOLA, ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO MUCHO MUCHO

solo me queda un oneshot escrito, el único a futuro en vez de hacia la academia, así que voy a esperar un tiempo por si alguien me trae alguna idea que me guste para escribir y si no... subiré ese en unas semanas

mientras tanto, estoy empezando a publicar Raabta, en los mismos horarios y fechas que este OS, así que si os apetece, podeis pasaros a darle amor, que me encanta veros comentar y flipar con lo que va pasando. De momento tiene dos capítulos + la intro, pero... va a estar muy muy bien, prometido

sea como sea, nos leemos pronto

tú, yo y nuestras posibilidades - juantin /majosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora