Chicas, dos actualizaciones en dos días, no me lo creo ni yo. Pedid un deseo.
Es una manera de compensaros la espera de los últimos meses y todas las palabras bonitas que siempre le dedicáis a esta historia 🧡
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I don't know why I run away
I make you cry when I run away
Take me back 'cause I wanna stay
Save your tears for another
Save your tears for another day
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Se despertó lentamente, molesta con la claridad que notaba sobre sus párpados. Mantuvo los ojos cerrados por miedo a deslumbrarse con la luz de la mañana, pero se desperezó un poco y se reajustó sobre el colchón. Inspiró sobre la almohada y una sonrisa automática se dibujó en su cara, antes incluso de procesar donde estaba. Se dio la vuelta despacio, para no molestar, y una vez acomodada en su nueva posición, se atrevió a abrir un ojo. La cara de Chiara, apretada boca abajo contra la almohada, fue lo primero que vio. La morena tenía el pelo revuelto, pero transmitía una paz absoluta. Dormía tranquila, respirando de forma calmada y con el fantasma de una pequeña sonrisa dibujada en sus labios.
Violeta no pudo resistirse y estiró un brazo hacia ella, apartándole con cuidado un mechón de la cara. Se lo pasó tras la oreja y dejó que sus dedos acariciasen a la británica, hasta llegar a la reciente cicatriz de la ceja. Allí se detuvo, sin llegar a tocarla, recordando que la última vez que se había despertado en esa cama y con esa imagen casi celestial había sido, precisamente, la mañana después de recogerla en el hospital. La herida de Chiara estaba prácticamente cicatrizada y, paralelamente, el corazón de Violeta también.
La periodista suspiró y comenzó a retirar la mano, dejándola dormir. Pero cuando se estaba apartando, la propia morena la detuvo, agarrándola por la muñeca y entrelazando sus dedos. La pelirroja sonrió como una idiota.
- Buenos días, Kiki. - Susurró.
La inglesa todavía no había abierto los ojos, disfrutando un poco más de su manera favorita de despertar.
- Morning. - Murmuró, dejando un suave beso sobre la mano de Violeta que sostenía entre las suyas.
- ¿Has dormido bien? - Preguntó la reportera, un poco sonrojada por el delicado gesto de la pianista.
Chiara se limitó a asentir y acercó su cuerpo al de la andaluza, reduciendo considerablemente la distancia entre las dos. Soltó su mano y abrió un poco los ojos, lo suficiente para enfocarla sin que la luminosidad de la habitación la cegase. Violeta se sorprendió, de nuevo, con la intensidad especial que aquel verde tenía por las mañanas.
Había despertado muchísimas veces a su lado, mucho antes incluso de llegar a ser algo, y la imagen de aquellos ojos a la luz del amanecer seguía pareciéndole pura magia.
Había echado de menos despertar junto a la menorquina. Con el resto del mundo, Chiara era una bola de energía por las mañanas, nunca le había importado madrugar y saltar de la cama para empezar un nuevo día con energía. Pero cuando dormía con Violeta, nunca parecía tener prisa. Siempre era ella, de hecho, la que intentaba prolongar esos primeros momentos. La que daba una caricia extra, la que siempre buscaba un abrazo perezoso más. La primera en acercarse al cuerpo la granadina, buscando una dosis extra de mimos mañaneros. Y Violeta, que se derretía por esa versión soft y cariñosa de la balear, siempre estaba dispuesta a corresponderle y a darle lo que le pedía.
Así que sonrió, entendiendo el movimiento de la británica, y rodeó su cintura con un brazo. El problema llegó cuando se dio cuenta de que había un detalle distinto al resto de sus despertares, que lo condicionaba todo.
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Life After Love
FanfictionVioleta es una periodista recién graduada que trabaja en Madrid y vuelve a casa unos días en busca de paz mental. Ruslana, su prima pequeña, acaba de mudarse con sus tíos para estudiar un máster de Bellas Artes en Granada. Ambas llevan años sin vers...