escucho una voz como un angel cansao
me sentí dragón con el pecho quemao
lavo sábanas que tu habías manchao
me quise curar y tu me ha arrastrao----
Dio una vuelta más y se rindió. Se quedó boca arriba, mirando al techo, con la mente demasiado acelerada para coger el sueño. Era habitual las noches que tenía concierto, después siempre le costaba dormir. Notaba todavía la energía de la gente, la adrenalina recorriendole el cuerpo de arriba a abajo.Excepto que esta vez esa no era la principal causa de sus desvelos.
Se levantó de la cama sin encender la luz y salió sigilosamente de su habitación. Cogió un yogur en la nevera, se preparó unos cereales y se fue al salón. Se dejó caer sobre el sofá y encendió la tele en un canal cualquiera, esperando que el ruido de fondo acallase un poco sus propios pensamientos.
Se recostó contra el respaldo mientras comía y trató de prestar atención a la pantalla, pero a los pocos minutos se desconcentró de nuevo.
La imagen de Violeta llorando entre la gente la perseguía como el peor de los fantasmas. La pelirroja no le había quitado ojo en toda la noche y Chiara era muy consciente de ello. Ruslana les había dicho donde estaba después de la primera canción y la británica la había localizado de reojo en Walk like an egypcian, pero se obligó a si misma a no mirarla y a hacer como si no existiese.
Tenía que reconocer que, en líneas generales, le había sido más fácil de lo que esperaba. Cuando estaba sobre el escenario trataba de disfrutar al 100% de esa experiencia y de focalizarse solo en la música y la conexión con sus compañeros y el público.
Pero claro, en el momento de Mía toda la fuerza de voluntad se le fue al traste. Esa canción era algo personal para ella. La había tocado hasta desgastar la página de la libreta en la que tenía los acordes. La había cantado hasta que terminó por creerse cada palabra de inicio a fin. Y la había necesitado especialmente después de lo de Violeta, cuando se sintió perdida y tuvo que reinventarse para encontrar una versión de si misma sin la pelirroja a su lado.
Por eso, cuando se sentó al piano no pudo resistirse a mirarla. Y esa simple mirada desató en su interior un nuevo torbellino de emociones. Por una vez no se la cantó a sí misma, sino que la dirigió a ella. A modo de reproche al principio, como un 'sigo aquí a pesar de lo que me has hecho, no me has destruido', pero cambiando la perspectiva conforme la música avanzaba y la expresión de la granadina iba mostrando más y más dolor.
Chiara recordó la conversación con Bea de unos días atrás. Si realmente Violeta le había hecho daño a propósito, ¿por qué iba a reaccionar así en esa situación?
Podría haberse enfadado, podría haberse ido, podría haberle tirado la copa al escenario. Pero todo lo que había hecho era mirarla cantar mientras lloraba en silencio en medio de una multitud entregada. Como si no pudiese apartar la mirada de ella aunque cada palabra le atravesase el alma. Como si aquello la estuviese destrozando, pero fuese incapaz de dejar de prestarle atención.
Si su forma de actuar antes del verano había sido a conciencia, ¿por qué la inglesa había notado cierto arrepentimiento en su mirada?
Si todo había sido como pensaba, ¿por qué sentía que ahora era ella la que estaba clavando el puñal entre las dos?
La menorquina siempre se había imaginado a Violeta en una actitud diferente. Quizá altiva o prepotente. Quizá indiferente. Quizá a la defensiva. Pero nunca se había imaginado verla así de devastada mientras la escuchaba cantar sobre su proceso de recuperación de aquella ruptura.
Era como si, en cierto modo, la periodista se sorprendiese con la actitud y la forma de actuar de la morena. Como si ella también esperase haberse encontrado otra versión de Chiara al reencontrarse. Como si no contase con el sufrimiento de la balear después de tantos meses de silencio.
ESTÁS LEYENDO
Life After Love
FanfictionVioleta es una periodista recién graduada que trabaja en Madrid y vuelve a casa unos días en busca de paz mental. Ruslana, su prima pequeña, acaba de mudarse con sus tíos para estudiar un máster de Bellas Artes en Granada. Ambas llevan años sin vers...