9. ya no te hago falta

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No hace falta ya que mе lo cuentes

Si yo ya lo siento

Que no quieres más de mí.

No hace falta que me enseñes los dientes

Si ya no te hace gracia

Y no quieres más de mí, corazón.

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- Me meo. Me meo, me meo. ¡Memeomemeomemeomemeomemeo!

Denna se encogió sobre si misma y se dobló hacia delante, tratando de contenerse. Violeta sonrió y dio un sorbo a su roncola.

- Sabes que, por más que lo repitas, la cola no va a avanzar más rápido, ¿no?

La rubia la fulminó con la mirada y la periodista se rio. Habían ido a su discoteca de confianza y, aunque al principio le había dado pereza, la verdad era que se lo estaba pasando genial. Echaba muchísimo de menos a sus amigos y estaba dispuesta a aprovechar cada momento que pudiese con ellos.

La cola dio un pequeño paso adelante y Denna bufó.

- No puedo más. - Protestó.- A ver, amores, ¿las delante podéis moveros un poquito?

Un par de chicas de la fila se giraron para mirarla mal, pero la mayoría la ignoraron. La rubia se indignó y la pelirroja volvió a reírse.

Avanzaron lentamente, entre quejas y carcajadas, y llegaron a la puerta principal. Dentro del espacio del baño, había cuatro cubículos, todos ocupados y con la puerta cerrada.

- ¿Al del fondo, no? - Cuestionó la periodista.

- Por supuesto, como siempre. - Respondió Denna.

- Me muero de ganas de leer las cosas nuevas que ha escrito la gente. - Apuntó la periodista. - ¿Seguirá ahí mi poema sobre las gafas de sol?

Denna se rio, recordando cuando a Violeta le había dado por ponerse romántica y terminó escribiendo una oda a su complemento favorito en la puerta roñosa de aquel local.

- ¡No me hagas reír, joder! Que lo estoy pasando fatal.

La rubia dio un par de golpes a la puerta, metiendo presión a quien estuviese dentro. Como tardasen un minuto más, iba a estallar.

Salieron dos chicas, quejándose por las prisas. Violeta les pidió perdón y entró detrás de Denna.

- ¡Por fin! - Exclamó la rubia, bajándose la falda casi antes de entrar.

La pelirroja se rio de nuevo y se giró de espaldas a su mejor amiga, dándole algo de intimidad. Buscó su texto y sonrió al encontrarlo, todavía intacto entre todo el caos artístico de la puerta. Exploró un poco, parándose en las cosas nuevas que no le sonaban. Leyó decenas de usuarios de Instagram, teléfonos y declaraciones de amor, tal y como esperaba. Y, cuando quiso darse cuenta, sus ojos encontraron lo que realmente querían encontrar.

En una de las esquinas de la puerta, entre frases y garabatos varios, destacaba un dibujo que le pegó directamente al alma.

Dos cerezas mal pintadas. 

Un 'IKAG' con mala letra. 

K+V y un corazón.

Lo había pintado con Chiara la primera noche que Violeta realmente sintió mariposas en el estómago cerca de la británica. Hasta ese momento se habían llevado bien, pero ese día supuso un antes y después. Habían bailado I Kissed A Girl, de Katy Perry, y al terminar la canción la reportera supo que aquello era un punto de inflexión entre ellas.

Life After LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora