Life After Love

12. dime

Dime qué es lo que puedo hacer

Cómo te puedo tener

En mi vida.

Vamos a olvidar el ayer

Y a comenzar otra vez

Sin mentiras.

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Tocó el timbre y se balanceó sobre sus pies, nerviosa. Intentó relajarse, pero el espíritu navideño ya la había invadido por completo y no había forma de pararlo. Era su época favorita del año y hacer regalos a la gente que quería le parecía lo más especial del mundo.

Escuchó pasos al otro lado de la puerta y se tapó la cara con el regalo, para incrementar la sorpresa.

- Merry Christmas, Rus! - Exclamó cuando sintió que se abría la puerta.

No obtuvo respuesta inmediata.

- Wrong pelirroja, I'm sorry.

Chiara bajó el paquete inmediatamente y se encontró cara a cara con Violeta. Había pasado una semana desde el incidente de la resaca y no habían vuelto a verse, todavía intentaban decidir por su cuenta qué hacer la una con la otra.

La morena carraspeó avergonzada y la periodista se aguantó la risa. Llevaba un gorro de Papa Noel y un jersey navideño aunque todavía quedaban varios días para la Nochebuena, pero Chiara era una entusiasta de esa época del año y lo reflejaba en todo lo que podía.

- Lo siento, Ruslana me dijo que iba a estar en casa. - Se disculpó, mirando al suelo.

Lo más probable era que estuviese incómoda porque no sabía como actuar a su alrededor después de la conversación en su cuarto, pero a Violeta le gustaba pensar que ese puntito de timidez se debía al hecho de encontrarse con ella sin más. Se preguntaba si su respiración también se había entrecortado al verla y si el corazón le latía a mil por hora, igual que a ella.

- No pasa nada. - Indicó, aclarándose un poco la voz. - Acaba de bajar al súper, pero imagino que volverá pronto. - Explicó. - ¿Habíais quedado?

Era pura curiosidad, pero no se resistió a preguntarlo.

- Sí. - Admitió Chiara con la boca pequeña.

Toma curiosidad.

La reportera carraspeó de nuevo, notando como incrementaba la tensión en su cuerpo, y se acordó del propósito que había hablado con Denna: intentar ser amigas. Se tragó los posibles comentarios que pudiese tener sobre la cita de la inglesa y la ucraniana y abrió la puerta del todo, haciéndose a un lado.

- Puedes esperarla dentro, si quieres. - Ofreció, invitando a la menorquina a pasar.

Chiara la observó, un poco en shock con la repentina amabilidad.

Violeta alzó las cejas cuando el silencio se hizo incómodo y la británica reaccionó. Al parecer, en su proceso de recuperación se había olvidado de como ser una persona funcional al lado de la periodista.

- Gracias. - Contestó mientras entraba, evitando de nuevo sus ojos.

Se le hacía rarísimo volver a esa casa. No había estado demasiado cuando era amiga de Violeta, porque solían quedar en la suya, pero había ido un par de veces. Con Ruslana le pasaba lo mismo, era la primera vez que intentaba sorprenderla allí. Si le hubiese preguntado antes dónde vivía y hubiese relacionado que las dos direcciones eran misma, se habrían ahorrado muchas sorpresas por el camino.

La periodista las guio hasta el salón y se sentó en el sofá. Era media mañana de un sábado, pero estaba en pijama y comiéndose un bol de frutas, seguramente recién levantada. El corazón de la británica dio un vuelco con lo familiar que le resultaba la imagen.