-¡Charles!
El nombrado alzó la vista con sorpresa, para encontrarse con charlotte, acercándose a él en el pasillo de los snacks del supermercado.
-¿No puedo tener un sábado tranquilo? – dijo, aunque el tono de broma, no le molestaba que esa chica estuviera allí.
-Con lo ocupado que estás dudo que sea así, está tan atestado de clientes- dijo, con una sonrisa falsa, haciendo un ademán al lugar, dónde con suerte llegarían a ser cinco personas en todo el lugar haciendo sus compras.
-¡charlotte~! – la voz alegre de isa, aunque rara de escuchar para charles, muy cotidiana para la alfa, hizo que ambos miraran a la sonriente rubia, que llevaba puesto un vestido violeta, del mismo tono que sus uñas, corto y revelador.
-Qué lindo culo – halagó la castaña, antes de darle una nalgada a su amiga.
-Todo tuyo, mi vida.
Charles rodó los ojos por tanto manoseo, las chicas decidieron irse y charlotte fue la única que se despidió, al menos de lejos.
No le dio mucha importancia a las chicas y volvió a ver las páginas de su libro, aunque no leía nada en realidad, no podía concentrarse.
Había pensado toda la mañana en lo que había visto en la televisión, no había terminado de escuchar todo, pero las charlas de los clientes le habían dejado claro que ese tal Lando Norris había dado una descripción de Carlos, su altura y peso, color de su pelo y ojos, y lo que llevaba puesto la última vez que lo habían visto; para después describir a su forma de lobo, aunque Charles creía que se habían equivocado completamente, él mismo había visto lo adorable que era el omega en su forma animal, como un cachorrito de pelaje blanco que parecía de unos pocos meses, mientras que, por lo que había escuchado, Carlos cambiaba a un lobo más adulto pero pequeño y algo delgado.
Y para su mala suerte, también habían dicho que el omega tenía más posibilidades de estar en ese mismo barrio, ya que se había visto por última vez en aquella zona.
También se había pedido alerta por si alguien llegaba a sentir el olor a manzanas y caramelo, propio de Carlos, cuando escuchó el tema del olor, Charles supo que estaba bastante jodido.
Con todo su departamento apestado a Carlos, que ya de por sí tenía olor fuerte, sumado a que ahora el chico estaba en celo y había incrementado, más que Charles ni siquiera tenía olor propio para al menos disimularlo, y cargaba con el aroma del omega todo el día por dormir juntos toda la noche… Nada parecían estar a su favor.
Y por más que no quería tocar el tema, porque sabía que a Carlos le provocaba temor, y que a él tampoco le gustaba la idea de que ocurriera, era algo inevitable, debía hablar con Carlos de qué pasaría cuando ya no pudiera esconderse más.
Terminó su turno y caminó más apurado de lo normal hacia el departamento, sintiéndose casi perseguido, aunque sabía que sólo están siendo paranoico.
Hacía mucho frío, y por más que tuviera varias capas de ropa, este le llegaba a la piel de su cuello, provocando molestias en su garganta, aunque iba con la cabeza gacha para esconder su cuello en la campera, igual alzaba la vista para ver.
Los autos oscuros seguían allí, por cada coche de policía había uno, aunque ahora esas personas vestidas de traje se veían mucho más amigables que los días anteriores, más sonrientes, desprendiendo olor a confianza.
Creyó ver el mismo hombre del otro día, apoyado a un lado del auto, con un vaso de café en las manos, hablando amenamente con un oficial, de nuevo, Charles no se quedó mirándolo demasiado tiempo.
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𝑫𝒆𝒍𝒕𝒂[𝑪𝒉𝒂𝒓𝒍𝒐𝒔]
FanfictionDonde Carlos es el omega más deseado del momento y charles un delta solitario. °Charles[activo] //°Carlos[pasivo] °Charlos Adaptación autorizada, todos los créditos a @Junchi95