En un mundo donde la magia y la fantasía es considerado lo más normal, un aventurero junto a su grupo exterminan a las criaturas conocidas como Goblins; las cuales se han encargado de llevarse la felicidad de las personas, así como de arrebatar la i...
Al amanecer del siguiente dia, la ciudad de agua se encontraba en un total caos. Sus hermosos edificios, que era una de las cosas que la gente mas admiraba ahora no eran mas que simples cenizas sobre tierra carbonizada. Las llamas consumieron los cadáveres de las personas que no pudieron ser salvadas a tiempo, junto con las asquerosas criaturas que trataron de invadir esa ciudad aprovechando la ira del monstruo. Sus habitantes, se encontraban resguardados con serias cicatrices mentales y emocionales en el templo de la ley permaneciendo en un gran trance.
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Sword Maiden, quien era conocida por haber derrotado al rey demonio, ahora estaba ayudando a su gente con los pocos guardias que sobrevivieron a la tragedia. El rey de la ciudad de la capital llegó a ese sitio, quedando impactado por la crueldad de la bestia; decidiendo entonces dar apoyo con sus fuerzas militares además de traer consigo a los demás líderes de los reinos. En el camino, se encontraba una pequeña niña llorando mientras caminaba entre la ciudad destruida, su pequeño llanto era de una profunda tristeza ante lo que veía; algo que nadie de su edad debería de experimentar. La pequeña chocó sin querer con Sword Maiden, la cual venía acompañada de Noble Fencer, al sentir su presencia decidió socorrer a la niña.
Sword Maiden: ¿Estás bien?
Pregunto de una forma dulce tratando de calmar a la pequeña, quien le dio un gran abrazo comenzando a llorar en silencio.
Sword Maiden: Tranquila, ya pasó.
¿Qué haces aquí sola?
¿Dónde están tus padres?
La pequeña soportó el llanto para señalar a una dirección, la cual Noble Fencer seguiría para quedar en shock por lo que veía. Puesto que la pequeña, señaló varios escombros calcinados aplastando lo que parecía ser cadáveres de dos personas. De inmediato la joven de cabellos dorados habló en susurro hacia la doncella, la cual abrazó a la pequeña para seguir consolándola. Nuestros aventureros aportaban su pequeño granito de arena, ayudando a curar a los guerreros que salieron lastimados, teniendo quemaduras graves en sus cuerpos, partes mutiladas e incluso una fuerte fiebre que les dio a los que corrieron con la suerte de salir ilesos. Esto debido al calor emitido de las llamas azules de Gojira, del cual ahora su paradero era desconocido. Lo que más entristeció a nuestros héroes, fueron la pila de cadáveres que reunían algunos de los sacerdotes, poniéndolos en hilera para comenzar a rezar por ellos.
Sacerdotisa: Esto es lamentable.
Dijo en un tono de tristeza.
Sacerdotisa: No puedo creer... que la madre tierra permitiera esta tragedia.
¿Acaso hemos hecho algo malo?
Lizardman: A veces...
Estos momentos, nos muestran qué tan fuertes podemos llegar a ser en momentos de crisis.
