En las tierras vibrantes de Tenochtitlan, donde los ecos del pasado aún susurran historias de valentía y amor, llegó una mujer de lejanas tierras llamada Enid.
A pesar de ser obligada por los españoles, su corazón, lleno de curiosidad y anhelo por...
Mastique la planta con una sonrisa en mi rostro mientras Wednesday estaba a mi lado mirando al frente. Uno podía decir que todo el lugar estaba en guerra pero había algunas partes que estaban tranquilas, como aquí... Dónde los mercantiles llegaban en canoas de Xochimilco.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aún no entendía del todo muchas cosas de las que pasaban, aún es confuso pero se que poco a poco entenderé... Y admito que solo espero que los españoles no ganen, ya que con ellos no he tenido más que dolor y aquí... Con los "bárbaros" he conocido la libertad y el amor.
—¿Te he dicho que "Witzitzillin" es difícil de pronunciar?—. Pregunté girando mi rostro para ver a Wednesday que estaba comiendo una ramita de alguna flor.
—Se pronuncia "zitzi" remarca un poco más la "t"—. Dijo frunciendo levemente el ceño.
—Bueno, aún así... Es difícil, ¿No podías colocarte un nombre más pequeño?—.
—No, no es mi culpa que no sepan hablar adecuadamente—. Aseguró con esa sonrisa burlesca.
—Caes mal—.
—Algo, ¿De dónde sacan tantas palabras tan raras?—. Preguntó rascándose la barbilla.
—¡¿Me lo dices a mi?! ¿Y las tuyas que? Son difícil de pronunciar—.
—Es que eres lenta—. Se burló haciendo que me lanzara a ella para golpearla.
Wednesday reía fuertemente mientras nos revolcarmos en la tierra y pasto, nuestras risas eran las únicas que se escuchan en esta área de la pequeña montaña. Con respiración agitada me aleje para tomar una respiración profunda queriendo controlar mi corazón alocado.
—¿Qué tan bien guerrero es Cuitláhuac?—. Pregunté mirando hacia atrás para ver a Wednesday acomodarse la capa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—De los mejores, ¿Por qué lo preguntas?—. Habló curiosa colocándose en cuclillas delante de mi.
—Es solo que... No quiero que ganen los españoles, se que por los susurros que hemos escuchado... Hernán a escapado esa noche sin nada pero estoy segura que volverá—.
