Enid Pov.
Solté un quejido al caer contra la tierra, escupí un poco de sangre y luego giré hacia atrás para ver brevemente aquel español, tome en mi puño derecho una piedra de la tierra y cuando esté se acercó, me levanté rápidamente golpeándolo en la sien haciéndolo tambalear.
—No debiste atacarme por la espalda—. Hablé con seriedad y caminando hacia el hombre arrodillado.
—¿Crees que le tengo miedo a una escoria como tú? Eres y siempre serás una puta—. Se burló provocando que apretará la mandíbula con odio.
—Aún así, no seré yo quien morirá aquí—. Me burle dando un paso hacia mi lado izquierdo.
El hombre frunció el ceño sin entender a lo que me refería pero solté un pequeño silbido y Ohtli salió de los arbustos soltando un fuerte rugido, cosa que asusto demasiado al hombre porque abrió mucho sus ojos y trato de ponerse de pie pero Ohtli fue mucho más rápido dando un gran salto en el aire mostrando sus enormes colmillos.
Hice una mueca ante los gritos del hombre mientras mi bebé lo despedaza, hace tiempo que deje sentir culpabilidad ante la muerte de quienes han tratado de hacerme dañó, se lo merecían después de todo.
—¡Muy bien hecho mi amor!—. Grité feliz cuando el hombre murió y Ohtli dió media vuelta moviendo su cola.
Mi pequeño corrió hacia a mi haciéndome caer por su fuerza y tamaño, su lengua paso por mi rostro, rei y lo abrace escuchando su hermoso ronroneo. Mi bebé siempre protegiéndome.
—Debemos seguir caminando Ohtli, aún no estamos a salvó y aunque quisiera ayudar... Ambos sabemos que no estoy echa para batallas grandes—. Murmuré rascando su orejas.
Me levanté y Ohtli se colocó a mi lado derecho. Mi cuerpo duele un poco ya que he estado teniendo varios conflictos en mi camino hacia un lugar relativamente seguro. Los españoles llegan de dónde sea pero muchos mexicas parecen listos para frenarlos en el momento correcto.
Mis peores temores se han hecho realidad pero es algo de esperarse. Los españoles no se rendirían contra los mexicas, sobre todo Hernán. Aunque espero que si los derrotan de nuevo se alejen para siempre de aquí y me dejen vivir tranquila.
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Xochitl y Yollotl: In Ixtapal Nican Anotl (Wenclair)
قصص عامةEn las tierras vibrantes de Tenochtitlan, donde los ecos del pasado aún susurran historias de valentía y amor, llegó una mujer de lejanas tierras llamada Enid. A pesar de ser obligada por los españoles, su corazón, lleno de curiosidad y anhelo por...