5. El mundo moviendose

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-Yo confiaba en él Gala, confiaba en él, se supone que éramos amigos, ¿por que me hizo esto?- preguntaba Bosco con la voz desgarrada por el dolor; se sentía herido, roto. Una vez más.

-Tranquilo, Bos, aquí estoy contigo, aquí estoy contigo- le decía su hermana mientras lo abrazaba con fuerza.

-¡Bosco! ¡Déjame entrar! ¡Escúchame!- escucharon gritar a Pedro Pablo del otro lado de la puerta.

Bosco siguió llorando.
Gala lo siguió abrazando.
Afuera caía una tormenta.

Bosco deseaba que la tormenta lo ahogara.

Dos horas antes.

Bosco estaba enojado con su hermana, con Salomón y con el mismísimo Pedro Pablo en ese momento.

Nadie le quitaba de la cabeza que Jerónimo estaba de acuerdo con Ginebra y que había sido él quien les había tendido la trampa en donde tuvieron el accidente de coche en el que casi pierde a Pedro Pablo y a su hermana.

Bosco sabe que académicamente jamás ha sido el tipo más brillante, por lo que podría entender que su hermana, Pedro Pablo y el hermano de este no confiarán en él en cuanto a datos, números y cosas de ese estilo.

Pero en cuanto a intuición... Bosco siempre ha sido inteligente.

Con Paz y su papá pudo percibir desde su primera interacción la atracción mutua entre ellos. Nadie le creyó, pero con el paso del tiempo quedó demostrado que no se equivocaba; tan no se equivocaba, que ahora Paz era la esposa de su papá.

Con Pedro Pablo, muy en el fondo sintió una conexión inmediata desde aquella primera tutoría en donde Bosco conoció más del chico; de sus anhelos, de su forma tan peculiar de ver la vida. Y fue en ese momento que decidió que podía confiar en él, aunque si se lo hubieran preguntado en ese momento, probablemente lo habría negado. Y no se había equivocado. Tan no se había equivocado que ahora Pedro Pablo era su... su Pedro Pablo.

No, Bosco podía ser despistado y obtuso en muchas cosas, pero en cuanto a la intuición sobre el carácter de una persona nunca se equivocaba, y le molestaba sobre manera que nadie, ni siquiera Pedro Pablo, parecieran confiar en su intuición.

Bosco no sabía porqué, pero la idea de Jerónimo traicionándolos le parecía muy lógica: si, Jerónimo había estado de su lado en todo el asunto de Giovanna, pero también había sido grosero, manipulador y abusivo con su hermana cuando estuvieron en una relación, por lo que había quedado más que demostrado que había mucha oscuridad dentro del chico. Tal vez Jerónimo solo había necesitado de un pequeño empujón llamado Ginebra para sacar toda esa oscuridad en contra de ellos.

-¿Podemos hablar?- escuchó a Pedro Pablo preguntarle con tiento. No lo había escuchado entrar a la habitación, por lo que lo tomó por sorpresa.

-Si me vas a intentar convencer que lo de Jerónimo son solo ideas mías...-

-No, no vengo a eso- lo interrumpió Pedro Pablo-Quiero que me expliques con calma porqué piensas que Jerónimo está detrás del ataque que tuvimos- le dijo el rizado.

-Ya se los dije, tiene mucho sentido. Mi papá desconfía del papá de Jerónimo, y para que mi papá desconfíe del tío Kenzo quiere decir qué hay algo muy grueso detrás. Si el tío Kenzo pudo traicionarnos, ¿por que Jerónimo no lo haría?- intentó explicarse el castaño- Sé que se portó leal conmigo después de lo de Gio, pero también se portó como un patán con Gala- terminó de explicar Bosco con terquedad.

-Entiendo tu punto, Bos, pero también creo qué hay una enorme diferencia entre ser un patán y ser un asesino- le explicó Pedro Pablo con tiento. No le gustaba discutir con Bosco, pero no quería que el castaño intentara otra  venganza contra alguien y se pusiera en peligro nuevamente.

Eres para mí|BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora