Bad Habits - Tokio Revengers [One Shots 🔞]

The Death of peace of mind -final-

No era mi primer herida de bala. Pero si la primera vez que me invadía el miedo a morir.

Cuando era adolescente solo me preocupaba que las cicatrices no fueran visibles, así que solía atacar sin piedad y sin dar la mínima oportunidad a que alguien se acercara a mí, (mucho menos a Rindou), así que mi cuerpo tenía pocos vestigios de aquellas primeras peleas.

Con el tiempo, la violencia escaló.
Intercambiamos las peleas callejeras, los uniformes de pandillas y mi viejo bastón por reuniones de negocios, trajes a medida y armas cortas en el cinturón.

La primera vez que vi mi propia sangre correr entre mis manos una mezcla de fascinación y adrenalina nubló mi juicio por completo. No registré el dolor hasta que finalizado el intercambio de balas, Rindou tuvo que hacer presión sobre la herida para evitar que me desangrara.
Aún así y pese a haber ganado una cicatriz sobre las costillas, eso no me impidió liderar la próxima entrega de mercancía apenas días después.

No tenía dudas sobre lo que hacía, menos remordimientos o miedo. Si llegaba a morir, sabía que al menos Rindou estaría asegurado por la organización.
Nada había cambiado, solo que esta vez, quería hacer algo antes de irme...

No estaba seguro de cuánto tiempo llevaba escuchando el monitor de signos vitales, pero quería disfrutar de esa paz ficticia un poco más, podía darme el lujo porque había escuchado a Shion hablar con Rin y decirle que estaba fuera de peligro.
El sonido de unos tacones acompañó el ruido de la máquina y un aroma dulzón invadió mis fosas nasales; las enfermeras no usaban ningún perfume y tampoco tacones así que me pareció extraño y me forcé a abrir los ojos. El brillo enceguecedor me hizo pestañear antes de poder enfocar a la figura femenina vestida con un trench largo y negro frente a mí.
- Son casi las 5.20pm Srita-
- Solo voy a cambiar el agua de sus flores- Su voz me causó un escalofrío, seguía siendo dulce y profunda, pero se había suavizado. Se giró grácilmente mirando hacia Shion y su cabello ocultó sus facciones, solo podía ver su mentón y labios delineados de rojo, podía asegurar que era el mismo tono de YSL con el que yo manchaba su piel cuando la besaba bruscamente - Podríamos pasar a comer algo-
- Seguro, el jefe sigue... ¡Ran!- La interrumpió Shion abriendo exageradamente los ojos al verme despierto, hice un esfuerzo por sonreír aunque seguro fue solo una mueca
- Iré por la enfermera- Balbuceó saliendo de la habitación a tropezones y casi estampandose con la pared. Solté una risita, que retumbó en mi abdomen causándome dolor, estúpido larguchón y su torpeza desde la pubertad
- Ran- Su voz me hipnotizó y apenas así fui capaz de mirarla. Podía ver en sus ojos a la adolescente a la que había amado, pero tenía frente a mí a una mujer distinta; no solo físicamente, todo en ella había cambiado -Despertaste...-
- ¿Porqué estas aquí?- Mi voz apenas y fue audible, ahogada por los nervios

Luna se acercó con una botella de agua y me la entregó, nuestras manos se rozaron levemente y un escalofrío me recorrió la columna; estaba mirando un fantasma.

- Y-yo...-
- Señor Haitani, un gusto tenerlo en el mundo de los vivos- Exclamó un hombre en bata mirándome desde la entrada, detrás de él alcancé a ver de reojo a algunas chicas que me miraban con cierto morbo; en cualquier otro momento me habría encantado ser el centro de atención, ahora me sentía abochornado - ¿Nos permitiría señorita...?-

Luna asintió y me dirigió una última sonrisa mientras salía de la habitación; pude notar en mi boca el sabor agridulce y un impulso irresistible de ir tras ella, pero nuevamente me quedé contemplando la puerta sin decir o hacer algo más.

La revisión médica fue exhaustiva. Ser el ejecutivo de una organización criminal permitía que la atención fuera de primer nivel y que los métodos fueran más eficaces que la medicina tradicional; el médico había introducido un par de sustancias ilegales al suero para que no sintiera dolor tras la cirugía y pudiera estar consciente pese al tipo de intervención.