Capítulo 8

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Llegamos al café y nos sentamos en el mismo lugar donde me había sentado la otra ocasión.

— Te traeré tu batido de chocolate.– me dijo levantándose.

— Muchas gracias – le sonreí para luego poner sobre la mesa mi portátil.

Pasaron algunos minutos antes de que Nico regresara y se sentará a mi lado.

— Aquí tienes tu batido , señorita detective.– dijo colocándolo frente a mí.

— Gracias.

— ¿Estás lista?– asentí con la cabeza— El chico se llama Paul– dijo mientras sacaba su móvil de su bolsillo.

Segundos después el teléfono se encontraba sobre la mesa , con la opción del altavoz activa. Se pudieron oír tres timbres antes de que contestara la llamada.

— ¿Hola? ¿Quién habla?– dijo una voz ronca.

— Hola ¿Habla Paul?– preguntó Nico.

— Sí, soy yo ¿Pasa algo?

— No , no pasa nada. Tu amiga Sophia me pasó tu número. Me llamo Nico , soy el dueño del local sweet temptation ¿Quisiera saber si le puedo hacer algunas preguntas?– preguntó Nico moviendo los ojos en mi dirección para poder mirarme.

— ¿De qué se trata?– preguntó él al otro lado de la línea.

— Si tuvieras un tiempo para hablar en persona estaría bien.

— Está bien. Dime lugar y hora.– dijo el chico , mientras yo ponía atención a toda la conversación.

— ¿Te parece bien en mi café dentro de una hora?

— Sí , nos vemos allá – dijo el chico para después dar por finalizada la llamada.

Nico se echó hacia atrás en su puesto y celebro en silencio.

— Bien echo jefe– bromeé con él.

— ¿Crees que venga?– me preguntó.

— Creo que sí , parecidas bastante maduro hablando con él– le dije mirándole.

— ¿Me estás queriendo decir que soy inmaduro?– me dijo con una sonrisa acercándose a mi rostro.

Hice como que lo pensaba por unos segundos y luego respondí.

— Sí – le respondí empezando a reírme , el no respondió y se quedó mirándome— ¿Tengo algo en la cara?– se rió de lado y pasó su dedo por mi labio superior , me quedé inmóvil, luego empezó a reírse.

— Tenías chocolate de tu batido. Creo que la niña pequeña acá eres tú.

— No te burles.– le dije poniéndole mala cara.

— No me burlo– dijo levantando las manos en son de paz mientras se ponía de pie— Iré a cambiarme para empezar a trabajar. ¿Antes de venir te dió tiempo desayunar?

— No– le dije mientras encendía mi portátil.

— Te prepararé algo de comer. – dijo mientras empezaba a caminar de espaldas a mi.

Minutos después me trajo un sándwich y un panecillo. En cuanto puso las cosas sobre la mesa se dió la vuelta sin decir una palabra pero antes de que se alejara decidí hablar.

— Nico – el se volteó.

— ¿Si?

— Gracias– el me sonrió.

— No tienes nada que agradecer , te agradezco yo a ti por aparecer en mi vida– dijo para luego darse la vuelta y volver por dónde había venido.

Aquella hora pasó muy rápido. Cuando me dí cuanta Nico se dirigía hacia mí.

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