Capítulo 18

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Helena

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Helena

Miro el tabloide de noticias y el nombre de Isaac es el número uno.

Cuando levanto la vista, ya lo tengo más cerca de lo que no quisiera. Vuelve a rozar su nariz con la mía y suelto un suspiro, olvidándome de lo que acabo de leer. Mi corazón late con más prisa y estoy segura de que puede oírlo.

Está metiéndose en mí cabeza.

Entreabro los labios cuando se acerca más y espero un beso.

—Deberías de empezar a hablar, pequeña arquera.

Susurra cerca de mi boca y de manera inconsciente levanto un poco mi rostro queriendo que nuestros labios se toquen de nuevo.

No está en un noviazgo.

Nunca lo estuvo en realidad.

La mirada intensa que me da me deja sin aliento y no sé cómo reaccionar a su hermosa cercanía, quiero lanzarme a sus brazos, pero quiero golpearlo y empujarlo por hacerme sentir sucia, por hacerme sentir mal por haberlo besado estando con una supuesta novia.

Su agarre se vuelve más tenso en mi cuerpo y se siente demasiado bien.

—Lo sabes —es lo primero que digo.

La forma en la que me mira... es diferente.

Es como si viera dentro de mí.

—¿Quién te lo dijo? —trago en seco y lamo mis labios.

Estoy segura de que unos centímetros más y puedo tocar con mi lengua sus labios carnosos.

Sigo procesando el hecho de que mi compañero de trabajo y buen amigo Nathan va a ser papá y que sea el exnovio de Melanie.

Isaac no tiene filtro a la hora de hablar y acaba de decir todo lo que le preocupaba, y dejando a un lado el hecho de su novia – no novia.

Tuvo ataques de pánico.

Isaac sufrió ataques de pánico.

—¿Sufriste ataques de pánico?

—Me debes una explicación, Helena. Estoy esperando por ella.

Quiero llorar.

Me detengo, solo porque sé que no seguirá hablando y no tiene planeado contarme más acerca de ello.

La mirada que me da y la que recibí cuando fue por mí a la radiodifusora me hace saber que ya lo sabe.

—¿Quién te lo dijo? —repito la pregunta que le hice hace rato.

—Nadie. Lo descubrí.

—¿Me mandaste a investigar? —se encoge de hombros como si fuera normal.

—Ocupaba saber porque me habías mentido.

—¿Por qué nunca lo buscaste antes?

Pregunto y quiero morderme la lengua por lo que acabo de decir, si pudo averiguarlo por su cuenta y estoy segura de que con algún investigador ¿Por qué no lo hizo antes?

El karma de Isaac (E.C #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora