Epílogo II

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Septiembre, 2021

Isaac

Miro la noticia en el televisor y subo el volumen, parece que se han dado cuenta de mi esposa está embarazada.

—¿Ya lo viste? —le pregunto a Helena que sale de la cocina.

—Sip. Supongo que tarde o temprano se iba a saber.

Me acerco para besarla y aunque se resiste primero, me regresa con la misma intensidad el beso, no me cansó de esto. Enredo una de mis manos en su cabello y la otra la llevo a su espalda, todo el mundo se detiene cuando la beso.

La amo tanto, intento subir su blusa cuando a mis oídos llega el chillido de nuestro bebé de siete meses, me separo a regañadientes cuando Helena empuja mi pecho.

Noto sus pupilas dilatas y sus mejillas sonrojadas, pero tiene una sonrisa burlona en su rostro.

—Creo que está vez te toca ir con Emmett.

—Debería dejarlo llorar por no dejarme pasar tiempo con su madre.

—No harías eso —intenta abrazarme, pero el vientre de cinco meses nos separa—. Joder, no puedo abrazarte.

—Pero yo a ti si, amor.

La abrazo por la espalda y pongo mis manos en su crecido vientre, pone sus manos encima de las mías y el pequeño Kyle se mueve. Bajo mi cabeza a la altura de su vientre.

—Espero que no seas como tu hermano Emmett, estoy seguro de que serán mi karma.

Dejo un beso en su vientre y otro a Helena antes de ir por el pequeño Emmett que está en la cuna, una vez me ve extiende sus brazos y el corazón se me ablanda de inmediato.

Lo abrazó y dejo un beso en cada una de sus mejillas regordetas y rosadas.

—¿Me extrañaste? —le pregunto como si pudiera contestarme, hasta ahora solo ha hecho pequeños gruñidos que ponen a su madre y a mí a suspirar por lo tierno que es.

Según mamá Margaret se parece a mí, excepto por esos ojos, tomo todo de mí y solo tomo los ojos azules de Helena.

Regreso a la cocina con el bebé en brazos donde deje a Helena.

—Creo que voy a volverme loca —dice cuando nos ve—. Es injusto que me estén superando en número —se toca el vientre.

Hace apenas un mes nos enteramos de que superaremos a Helena en número.

Toco el vientre donde está el pequeño Kyle.

—Podremos hacer más hasta que resulte una niña —yo estoy fascinado con esa idea.

—Claro, amas esa idea porque tienes fetiches —me aclara.

—Eso es mentira —entrecierra sus ojos.

—¿Sí? No lo creo, tienes un fetiche extremo de tener sexo conmigo estando embarazada y te encargas de quitarle a mi hijo la leche que es para él.

Blanqueo los ojos.

—No es mi culpa. Yo obtuve esos senos primero y no me parece justo que tenga que compartir con mis propios hijos y yo quede de lado.

Se ríe y niega con la cabeza.

—Eres de verdad mi karma.

—Un buen karma —la corrijo y la atraigo a mí, puede abrazarme de lado y dejo que pegue el vientre contra mi cuerpo.

—El karma de Isaac —susurra y atrapo su boca.

—Sí, mi karma —me alejo cuando Emmett pone su mano entre nosotros y Helena se echa a reír— Definitivamente ustedes son mi karma y lo adoro.

Fin.




Pd: Es un final que no es un final, estoy segura de que vamos a leer de ellos en los próximos libros.

Pdx2: Gracias por leerlo, espero que les haya gustado. 

El karma de Isaac (E.C #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora