Capítulo 7

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Helena

Las redes sociales hoy están infestadas con imágenes del jugador Isaac y una mujer llamada Melanie que resulto ser su novia. No pertenece al mundo del entretenimiento, al contrario, es una odontóloga que ha estudiado en una prestigiosa universidad.

Mi ánimo ha bajado y no entiendo el porqué.

Ella sonríe a algo que Isaac le susurra al oído.

Es la primera foto que hay de ellos dos juntos desde que se dijo que están en un noviazgo.

Algo amargo me recorre el cuerpo cuando veo las imágenes, pero decido ignorar ese sentimiento y dejarlo de lado.

—Ahora subes foto con ella, pero ayer te me plantaste de frente para que no me metiera en algo que no era de mi incumbencia.

Ignoro el sentimiento ajeno que no sé de dónde viene.

El teléfono suena y no reviso ni quien es el que me llama, solo me llevo la bocina a mi oreja.

—Hola.

—¿Estas libre? —frunzo el entrecejo— ¿Puedes venir?

Reviso el número de quien es el que me habla y caigo en cuenta de que es David.

—¿Ir a dónde?

Al centro de entrenamiento.

—No, no quiero encontrarme a Isaac.

Él no vino a entrenar.

Muevo la cabeza asentimiento como si pudiera verme.

—¿Quiénes estarán?

Un par de hombres que tienen una resaca de mierda y no quiero estar aquí sin alguien con quien burlarme de ellos.

—¿Y soy yo tu primera candidata? —le digo de broma.

La segunda —me confiesa.

—Sigue así y no saldré contigo nunca —escucho la leve risa del otro lado del teléfono.

Paso por ti en una hora.

—No dije que iría.

Te marco cuando este afuera de tu departamento —me cuelga.

—Desgraciado.

Como puedo me arreglo olvidándome de todo lo que vi en la mañana, me meto a bañar y al salir me coloco unos jeans acampanados que están estampados de corazones blancos y una blusa de manga larga del mismo color que los corazones.

Estoy justo a tiempo de maquillaje cuando David me llama para decirme que ya está abajo.

Subo al elevador y cuando paso por recepción saludo a Ben: el hombre que se encarga de la seguridad del edificio.

—Que tenga buena tarde —me dice una vez paso cerca del mostrador.

—Igualmente, Ben.

Asiente con una sonrisa y yo hago lo mismo, alcanzo a ver el Maserati MC20 negro.

—Buenas tardes —lo saludo una vez me subo al copiloto del carro.

—Buenas tardes —deja que bese su mejilla— ¿Lista?

—Si —digo cuando me coloco el cinturón de seguridad.

—No mientas.

Estoy nerviosa, pero no por encontrarme con alguien que no quiera, sino porque ha pasado mucho tiempo desde que no veo a mis amigos.

El karma de Isaac (E.C #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora