3 de enero, 2020
Fiesta doble
Helena
Odio esté síntoma, pero no la sensación de que todo está resultando como quiero.
Sabía que hacer una boda en tan poco tiempo era difícil y estresante. Pero Isaac me dio a escoger la fecha de boda, si por él fuera el mismo día que me pidió matrimonio hubiéramos ido al juzgado, solo porque era noche.
Desde niña sabía que quería casarme el día de mi cumpleaños, siempre quise una celebración doble, podía haber escogido una fiesta pequeña y con nuestros amigos más cercanos, sin embargo, al igual que a Isaac quería una boda grande y que todos supieran que Isaac es mío.
Porque él no es el único que es celoso en está relación.
Aunque papá y Harry también querían una gran boda para la única mujer de la familia. Mamá Margaret fue otra mujer demasiado feliz cuando le dimos la noticia y aunque recibimos un sermón (en el fondo sabíamos que solo lo decía para mantener las viejas tradiciones) estaba encantada de que estuviera embarazada y la boda fuera pronto.
Las chicas me ayudaron a organizar la boda y no morir en el intento, Isaac solo estuvo diciendo sí a todo lo que yo decía y cuando hablábamos del menú solo hubo arqueadas.
Excelente ayuda, por cierto.
Mindy es la organizadora de está gran celebración, mis amigas aportaron, pero necesitábamos a alguien que tuviera experiencia en el campo. Se encargo de que mis ideas se plasmaran en lo real.
—¿Lista? Dejaré pasar a tu familia.
Asiento y me miro una vez más en el espejo. El vestido es de satén blanco, aporta un brillo sutil y sofisticado. La pieza central del vestido es un corsé estructurado que moldea mi cintura, no está tan apretado y no lastima al pequeño que llevo dentro de mí. El corsé tiene un escote en forma de corazón, que aporta un toque romántico y femenino, acentuando mis senos de una manera elegante sin ser ostentosa.
La falda del vestido fluía desde la cintura en una cascada de satén que caía en un A-line suave y clásico. La falda no era excesivamente voluminosa, lo que permitía que pudiera moverme de manera fluida, mientras el satén se deslizaba delicadamente con cada paso. La simplicidad de la falda contrastaba maravillosamente con la complejidad del corsé, creando un equilibrio perfecto entre lo elaborado y lo minimalista.
El vestido también incluía un tren moderado que se extendía detrás de mí, añadiendo un toque de majestuosidad sin abrumar. Este detalle clásico se sumaba a la sensación de realeza y elegancia que emanaba el vestido en su conjunto.
Aliso el vestido como si estuviera arrugado, y luego suspiro tomando el velo largo y ligero que escogí. El velo era sencillo, sin bordados ni detalles excesivos, permitiendo que el enfoque se mantuviera en la estructura y la elegancia del vestido.
Escucho como se abre la puerta y me giro para ver a mi papá y Harry cubiertos con un esmoquin negro.
Quiero llorar.
Parpadeo excesivamente rápido porque Fanny y Genesis dijeron que estaría en problemas si arruinaba el maquillaje.
—Te ves preciosa —Harry parpadea y papá se limpia lágrimas y si sigue llorando yo también lo haré—. Creo que tengo un deja vú, solo que ahora es de verdad.
Harry se sometía a intensas horas donde fingía una boda conmigo, realmente lo odiaba, pero nunca me dijo que no.
—Ya no vas a tener que seguirme la corriente.
—Eso creo.
—¿Cómo me veo, papá?
—Demasiado preciosa, mi niña.
Me abrazo a los dos y aunque me tocan como si de verdad fuera a romperme o lastimarme.
—Feliz cumpleaños, mi rayo de luz —papá deja un beso en mi cabeza con cuidado para no despeinarme.
—Feliz cumpleaños, pequeña —mi hermano imita a papá.
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Sonrío cuando veo a la secta, son padrinos de Isaac.
Ver a los seis hombres en esmoquin es realmente caliente. Pero entre todos ellos yo solo puedo ver a mi esposo, Isaac.
Es el hombre con el que quiero pasar el resto de mi vida y que estoy segura de que no importa nuestro pasado o nuestra separación, porque de ahora en adelante estaremos juntos toda la vida.
Isaac siente mi mirada y sea lo que le digan los chicos lo ignora y viene hacía a mí.
Me muerdo el labio inferior sin poder contenerme, realmente las hormonas están alterándome demasiado, me sorprende que no me le aviente encima en estos momentos a Isaac.
—Hola, esposo —le planto un beso en la boca una vez llega a mí.
—Joder —sus ojos brillan con una posesividad—. Repite eso. Por favor vuelve a llamarme así.
—¿Cómo? ¿Esposo? —Asiente.
—Mi esposo. —Mi esposo me toma de la cintura y no tardo en poner mis manos alrededor de su cuello, llamarlo de esa manera hace revoloteen miles de mariposas en mi estómago—. Mi todo.
—Mi esposa. Mi todo.
Admito que eso genera una ola que me absorbe por completo, saber que soy su todo es lo que quiero siempre en la vida.
—Feliz cumpleaños, amor —susurra antes de besarme.
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El karma de Isaac (E.C #1)
Ficção AdolescenteIsaac pertenece a la selección de Inglaterra, es el capitán de su equipo. Su vida es un sube-baja dado a que es una figura pública, no le interesa tener una relación y tiene una fama de todo un casanova dentro de un compromiso, todo porque sigue rec...