Mi lejano futuro (Rusper)

Capítulo 50: Reencuentro

La peruana no podía ser más feliz, pese a que su padre seguía en un sueño profundo, seguía con vida respirando con calma, estaba más que emocionada, volver a tenerlo a su lado era una dicha que pensaba había perdido hacía muchos años. Al abrir de par en par la cúpula donde el rey descansaba, no dudó ni un segundo en abrazarlo, seguía algo cálido pero intacto ¿Cómo es que consiguió estar con vida todos esos años? ¿O es que utilizó algún hechizo antiguo?

— ¿Cómo vamos a despertar a papá? — preguntó el menor al bajar de los brazos del finlandés, no sabía cómo es que ocurrieron los hechos, pero tenía la teoría de que su ex cuñado tenía algo que ver con todo ello.

— Creo saber un hechizo, pero me tomará bastante maná para poder lograrlo, sin embargo ¡Funcionará! De esto estoy casi segura

— ¿Estarás bien al usar tanta magia? Puede ser que te desmayes ¿No?

— Espera- ¿Qué? ¿Cómo que desmayarte? Per...

— Tranquilo Finn, no será para tanto, pero mejor apártate con Ecuador para que ambos no salgan afectados, eso haría que se gaste aun más mi energía

— Cla- Claro...

Pese a que el finlandés estaba preocupado por su amiga, cargó al menor de su cintura logrando apartarlo al instante, solo esperaba que ella no sufriera tanto al hacer aquel hechizo. Cuando estaban lo suficientemente lejos, ella pudo comenzar con aquel conjuro. Desde la perspectiva del finlandés y el ecuatoriano, la pelirroja creo un gran círculo de magia que cubría a su padre por completo, aquel era un hechizo susurrante, apenas se escuchaban un par de cosas, pero no lograban entender aquel idioma, ni siquiera el ecuatoriano podía hacerlo.

Pese a temerle un poco, notaron como aquel cuerpo del rey comenzó a brillar casi tan fuerte como el sol, a lo cual el finlandés rápidamente cubrió los ojos del menor para que no se dañara la vista, aparte de él cerrar los ojos. Al estar con la vista más clara, descubrió los ojos del menor agarrando sus hombros, tenía miedo de que le sucediera algo malo.

— ¿Estás bien Per? — agarrando la mano del menor, se acercó hasta su amiga para ayudarla a levantarse, al parecer con el hechizo, se había agotado un poco, pero al menos no se había desmayado, eso era un avance — ¿Funcionó?

— Bueno... — al ver a un lado, notó como el cuerpo de su padre seguía en la misma posición, parecía no haber funcionado, hasta que notó como comenzó a moverse un poco, hasta despertar — ¡Papá! ¡Si funcionó!

— ¿Qué...? — aquel rey estaba confundido ¿en que momento estaba? Al sentarse un poco donde se encontraba, rápidamente sintió como su pequeña, ya no tan pequeña hija lo abrazaba, sollozando entre sus brazos ¿Qué había pasado? El tiempo lo tenía confundido — ¿Qué año es...? ¿Cuántos siglos pasaron?

— Me alegra tanto volver a escucharte papá~ — no podía ocultar su felicidad, por más de diez años pensó que su amado padre había muerto, y ahora lo tenía frente a ella, nada podía opacar esa felicidad que ella tenía en ese momento — Pasaron 3 milenios desde que nos fuimos...

— ¡¿Qué cosa?! ¡¿Pasaron ya 3 mil años?! — no podía con la conmoción, había sentido el tiempo, pero no que ya hayan pasado tres mil años o hasta más, eso si que lo dejaba más que sorprendido — ¿Y tú te encuentras bien? Habías desaparecido, y mandé a Rusia para que escondiera a Ecuador, Colombia y Venezuela

— Si, pasaron muchas cosas cuando desaparecimos... Pero ahora todo está bien, ya que estás de regreso, te había extrañado mucho papá — volvió a abrazarlo, no podía evitarlo, era su único padre, eso aparte de su madre España, pero era un amor diferente.